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Ucrania denuncia que la central nuclear ocupada por Rusia fue desconectada de la red eléctrica

Los incendios en el área de la central térmica que abastece de electricidad a los reactores nucleares motivaron la desconexión de la última línea eléctrica que enganchaba con la red ucraniana.

La central nuclear ucraniana de Zaporiyia, ocupada por tropas rusas y blanco de recientes ataques, quedó “totalmente” desconectada de forma temporal de la red eléctrica, en medio de temores por un accidente atómico y tras nuevas acusaciones de Estados Unidos y la Unión Europea (UE) contra Rusia por el bombardeo a una estación de trenes que dejó numerosos muertos.

“Los dos reactores en funcionamiento de la central fueron desconectados de la red. En consecuencia, las acciones del invasor acarrearon la desconexión total (de la central de Zaporiyia) de la red eléctrica, por primera vez en su historia”, señaló el operador ucraniano Energoatom en la red de mensajería Telegram.

Según la firma, los incendios en el área de la central térmica que abastece de electricidad a los reactores nucleares motivaron la desconexión de la última línea eléctrica que enganchaba con la red ucraniana.

“Las otras tres líneas fueron dañadas previamente en ataques terroristas” rusos, añadió Energoatom.

Por su parte, las autoridades regionales instaladas por Rusia dijeron que hubo cortes del suministro eléctrico en ciudades de Zaporiyia, mientras que algunas localidades de la vecina provincia de Jerson, también bajo control ruso, se quedaron sin luz ni agua.

Sin embargo, más tarde indicaron que “se restableció el suministro eléctrico a todas las ciudades y distritos de Zaporiyia” desde la planta, después de las interrupciones que hubo durante el día.

El gobernador Yevhen Balytskyi dijo a su vez que el corte fue provocado por un ataque de las fuerzas ucranianas a las líneas eléctricas en la zona de la central de Zaporiyia.

Rusia y Ucrania se responsabilizan mutuamente de los bombardeos a la central, la más grande de Europa.

Kiev acusa también a Moscú de almacenar armas pesadas en la central y utilizarla como base para bombardear posiciones ucranianas, aunque el Kremlin niega esto y asegura que solo instaló unidades para garantizar la seguridad del lugar.

Pero la falta de acceso independiente a la planta hace que sea imposible verificar lo que está sucediendo allí. La ONU pidió permitir una inspección del lugar para evitar posibles accidentes.

En ese sentido, el jefe de los inspectores nucleares de la ONU, el argentino Rafael Grossi, aseguró que estaba cerca de cerrar un acuerdo para poder visitar la central.

“Estamos muy, muy cerca” de un acuerdo con Rusia para inspeccionar la central nuclear de Zaporiyia, dijo Grossi, director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), de visita en París.

Luego de reunirse con el presidente francés, Emmanuel Macron, el jefe de la OIEA, que alertó de un posible accidente atómico por las hostilidades cerca de la central, dijo a un canal de noticias  que la operación es “extremadamente compleja”.

“Tenemos que ir allí, tenemos que estabilizar la situación, tenemos que asegurar una presencia del OIEA pronto”, aseveró Grossi, quien dijo esperar que la visita se concrete en cuestión de “días”.

Estados Unidos, la UE, la ONU y la OTAN pidieron a Rusia que retire las tropas y permita la inspección de la OIEA.

El ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu, destacó la importancia de una visita de la OIEA a la planta y aseguró que Moscú está lista para brindar la asistencia necesaria a los inspectores del organismo con sede en Viena.

Por otra parte, Estados Unidos y la UE acusaron al Kremlin de más “atrocidades” en Ucrania y le advirtieron que deberá responder por un bombardeo a una estación de trenes que dejó numerosos muertos justo cuando se cumplían seis meses de guerra.

Ucrania dijo que la cifra de víctimas por el ataque a la estación de la sureña localidad de Chaplino se elevó a 25 muertos y 31 heridos, todos ellos civiles, incluyendo dos niños fallecidos y dos lesionados.

Rusia manifestó por su parte que el tren estaba lleno de militares que se dirigían desde la provincia de Dnipropetrovsk a zonas de combate en el este de Ucrania, y que el bombardeo, que fue con un misil, mató a más de 200 de ellos.

Este ataque llegó justo el Día de la Independencia de Ucrania de la ex-unión Soviética y luego de que Kiev advirtiera durante varios días que Rusia preparaba una acción “particularmente atroz” en coincidencia con la fecha.

En el marco de ese aniversario y de los combates incesantes, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, habló con su par ucraniano, Volodimir Zelenski, y le prometió que la Casa Blanca seguirá ayudando a Ucrania y a su población mientras luchan para defender su soberanía”.

“Sé que es un aniversario agridulce, pero dejé en claro que Estados Unidos continuaría apoyando a Ucrania y su pueblo en su lucha por defender su soberanía”, tuiteó el líder demócrata.

Coincidiendo con esta simbólica fecha, Washington anunció un nuevo paquete de ayuda al país europeo valorado en unos 3.000 millones de dólares.

Zelenski, por su parte, agradeció a Biden el “inquebrantable apoyo de Estados Unidos, financiero y en materia de seguridad” demostrado desde el inicio de la invasión el pasado 24 de febrero.

En Ginebra, la Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, urgió al presidente ruso, Vladimir Putin, “a poner fin al ataque armado contra Ucrania”, de cuyo inicio se cumplieron ayer seis meses.

“Seis meses increíblemente terroríficos para el pueblo ucraniano, en los que 6,8 millones de personas tuvieron que huir de su país. Millones de personas más se han visto desplazados dentro del país”, declaró Bachelet.

La ONU dijo esta semana que ha podido documentar la muerte de por lo menos 5.587 civiles en Ucrania como resultado de la invasión, entre ellos unos 1.000 niños, además de 7.890 heridos, aunque reiteró que la cifras reales seguramente son mucho mayores.

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