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Más allá de las noticias 16 de junio de 2019

Un bar ofrece a sus clientes tocar y acariciar ratas

Los clientes son recibidos con un "cóctel marca de la casa", el Ama-RAT-O Sour.

Ratas merodean alrededor de unos vasos de La Mazmorra de San Francisco. Foto: EFE | Kristen Schroth | Rat Bar.

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Al estilo de los cada vez más comunes “cafés de gatos”, en los que los clientes juegan con estos felinos, un bar de San Francisco (Estados Unidos) propone a quienes se acerquen hasta allí hacer lo mismo pero con ratas, que campan a sus anchas para que puedan ser “tocadas y acariciadas”.

La Mazmorra de San Francisco (“San Francisco Dungeon”), situada en Fisherman’s Wharf, uno de los enclaves más turísticos de la ciudad, se encuentra repleta de roedores y anima a los amantes de estos animales y a los curiosos a acudir al lugar para “jugar” con ellos.

Los responsables del establecimiento aseguraron a EFE que no se trata de ratas comunes callejeras, sino de roedores “domesticados, limpios y seguros” aportados por la organización sin ánimo de lucro Ratical Rodent Rescue, y que los clientes tendrán media hora cada uno para interactuar con ellas, aunque pidieron que “no se hagan cosas raras” con los animales.

Un bar de Estados Unidos ofrece a sus clientes tocar y acariciar ratas

Se trata de una experiencia temporal de solo tres días (que el mismo establecimiento ya albergó el año pasado) y el precio de acceso son 49,99 dólares, con los que se incluye, además de los 30 minutos para jugar con las ratas, una visita interactiva de una hora a una exposición-espectáculo sobre “el lado oscuro” de la historia de San Francisco.

Los clientes son recibidos con un “cóctel marca de la casa”, el Ama-RAT-O Sour (un juego de palabras con “rata” en inglés), cuyos ingredientes son Amaretto, un licor de limón y una “cola de rata” como complemento decorativo.

A los asistentes se los anima a sujetar a los roedores con las manos, dejar que “escalen” por las piernas, brazos y otras partes del cuerpo e incluso a que reposen sobre la cabeza, lo que ha hecho que en algunos casos los clientes se hayan expuesto a que el animal les orinase encima.