Policiales

Un crimen signado por la droga, prostitución y delincuencia en el barrio La Herradura

El fiscal Leandro Arévalo solicitó que la causa por el asesinato de Nicolás Vieytes llegue a juicio, con Hernán Cajal (30) como el único sospechoso que pudo ser detenido, mientras que Sergio Contreras (25) continúa prófugo.

El fiscal Leandro Arévalo solicitó elevar a juicio la causa en torno al crimen de Nicolás Vieytes, ocurrido en octubre del año pasado en el barrio La Herradura y que tendrá como único acusado al detenido Hernán Cajal (30), mientras que el otro sospechoso, Sergio Contreras (25) se mantiene prófugo.

Cajal se encuentra detenido en la Unidad Penal 44 de Batán desde febrero y está imputado por  “homicidio en ocasión de robo agravado por el empleo de arma de fuego y por la intervención de menores de edad en el evento”. Si bien al declarar ante el fiscal Arévalo dio una versión exculpatoria de lo sucedido ese 28 de octubre, cuando Vieytes fue asesinado, no aportó ninguna prueba a la misma y toda la investigación apunta hacia él.

Por su parte Contreras había sido señalado por testigos como la persona que disparó y mató a la víctima, pero al saber que era buscado por la policía se esfumó del barrio La Herradura. El joven de 25 años, buscado por la policía desde entonces, y cuenta con una lista de antecedentes penales que lo vinculan al mundo del delito, como robo gravado (2015), coacción (2015), tenencia de arma de uso civil (2016), robo agravado (2017).

Además, el fiscal solicitó el sobreseimiento de una mujer, que había quedado envuelta en la causa por ser la dueña del celular desde el cual los delincuentes contactaron a la víctima.

Cabe destacar que también hay dos menores imputados, un hombre y una mujer, pero estos casos los lleva el Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil.

El fiscal Arévalo. Foto Telam

El crimen

El asesinato de Nicolás Vieytes ocurrió el 28 de octubre a la noche en Sartore al 1800, pero su suerte había sido echada días atrás, en circunstancias que una mujer que ejercía la prostitución en el barrio La Herradura vendió su celular para poder conseguir droga en una noche de consumo ejercido.

Ese celular llegó a las manos de Hernán Cajal y en complicidad con su amigo, el prófugo Sergio Contreras, y dos adolescentes (imputados en la causa) comenzaron a revisar los contactos que tenía y decidieron concretar una cita con un ocasional cliente para asaltarlo.

El azar hizo que el nombre de Nicolás Vieytes sea el elegido y por este motivo la adolescente que estaba en el grupo se hizo pasar por la dueña del teléfono para concretar una cita y que fuera hasta el barrio para tener un encuentro sexual.

El 28 de octubre, Vieytes fue en su Volkswagen Gol hasta la esquina acordada en Sartore al 1800. Al llegar fue sorprendido por dos hombres -según la investigación Cajal y Contreras- quienes lo abordaron, le quitaron la billetera y, antes la resistencia, uno de los atacantes disparó y lo baleó en la cabeza. La muerte de Vieytes fue inmediata.

Silencios y amenazas

Un pacto de silencio envolvió por meses la muerte de Vieytes. En el barrio La Herradura nadie se animaba a hablar ni señalar a Cajal, un apellido vinculado a la venta de drogas. “Los Cajal mandan en el barrio”, llegaron a explicar testigos de la causa.

Por su parte, la pareja de adolescentes vinculada al hecho tampoco emitió testimonios. El joven, dijo, estaba amenazado y no podía hablar. La chica, por su parte, apareció un día golpeada y se negó a aportar información.

Fue gracias a una meticulosa investigación de la Dirección Departamental de Investigaciones, que incluyó la escucha de numerosas líneas telefónicas, la toma de testimonios con identidad reservada, la identificación de personas y el análisis de los vínculos por redes sociales, que el fiscal Arévalo pudo dar con los sospechosos y esclarecer el caso.

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