El diputado italiano Riccardo Magi, del partido opositor Más Europa, ingresó al Parlamento vestido de fantasma como forma de protesta contra el Gobierno de Giorgia Meloni.

Durante una sesión que se llevó a cabo este miércoles, el diputado se vistió con una sábana blanca que tenía dos agujeros en los ojos y escrita, en letras grandes, la palabra “Referéndum”.

Su partido viene denunciando en los últimos días supuestos intentos del Gobierno de Meloni de boicotear cinco referéndum, que tendrán lugar el 8 y 9 de junio, para eliminar distintas leyes y para los que se requiere un quórum mínimo de votantes.

Desde su escaño comenzó a gritar, interrumpiendo la sesión en la que intervenía la primera ministra Giorgia Meloni, quien inmediatamente lo grabó con su celular.

El presidente de la Cámara de Diputados, Lorenzo Fontana, ordenó su expulsión inmediata y cinco integrantes del cuerpo de seguridad lo escoltaron fuera del hemiciclo.

Tras el incidente, Magi denunció en sus redes sociales que “la estrategia del Gobierno” de Meloni consiste en “apostar por la abstención” porque “teme la voluntad popular”.

“Pueden sacar al fantasma del referéndum del recinto, pero no lograrán detenernos en nuestro intento de informar a los italianos. Solo pedimos que la presidenta del Consejo informe a los ciudadanos sobre la votación referendaria. No le estamos pidiendo un favor: es su deber preciso”, añadió.

Poco fa il deputato di +Europa, Riccardo Magi, è entrato alla Camera dei Deputati vestito da fantasma per protestare contro il silenzio sui referendum dell’8 e 9 giugno. pic.twitter.com/6WQTsUp0Gz

— Trash Italiano (@trash_italiano) May 14, 2025

El episodio tuvo lugar mientras el diputado Riccardo Molinari, de la Liga —socio clave de Meloni en el gobierno— exponía las políticas de seguridad de la coalición. “Lo ha hecho mientras hablamos de las fuerzas del orden. Esto deja claro quién las respeta y quién no. Se ha descalificado a sí mismo”, criticó con dureza Molinari.

Los referéndum en cuestión abordan temas sensibles: desde la posible reducción de diez a cinco años del plazo para que un extranjero pueda solicitar la ciudadanía italiana, hasta la derogación de aspectos centrales de la Reforma Laboral de 2015.