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Arte y Espectáculos 18 de mayo de 2023

Un disco inaugural, la rebeldía y los estadios que no llenó: Antonio Birabent reflexiona antes de cantar en Mar del Plata

Se presenta este sábado en la sala Payró del Auditorium. Fiel a sí mismo, con un nombre propio y muchos discos grabados, el artista recorrerá su música junto al baterista Ignacio Svachka. En charla con LA CAPITAL, contó cuales fueron los ejes que lo marcaron.

Antonio Birabent.

De lo otro lado, se lo escucha relajado y reflexivo. En ese tono que regala sonrisas, repasa su camino artístico atravesado por éxitos musicales, por una película que le abrió puertas y por una actitud entre rebelde y personal que mantiene, y hasta recomienda. Antes de llegar a Mar del Plata, hecho que sucederá este sábado para ofrecer un recital en la sala Payró del Teatro Auditorium junto a Ignacio Svachka en batería y placas, Antonio Birabent proclama: “Me puedo permitir el lujo, al menos, de cantar lo que se me de la gana”.

Pasaron treinta años desde que editó su primer disco, “Todo este tiempo”, casi un manifiesto de entrada al mundo adulto con hits como “A mi la lluvia”, “Salgo a caminar” o “Tan frágil”. También pasaron tres décadas desde que se lo vio en “Tango feroz”, interpretando a su propio papá, Moris. A sus 54, con un nombre y un universo musical propios promete un show con esas canciones conocidas pero con otras no tan populares y hasta inéditas.

 


“Tengo que ser sincero: donde estoy parado es el lugar que fabriqué”


 

De la unión musical con Svachka apareció todo un repertorio propio que visitaba poco. Sonará actualizado a su vida en este tiempo. “Formamos un dúo hace no mucho tiempo, de guitarra y batería, pero lo que pasa que él no toca solo la batería, sino que también toca un instrumento parecido a un vibráfono, entonces hay diferentes sonoridades en el concierto y también esta alianza que hicimos me llevó a renovar mucho el repertorio, estoy cantando canciones que hace mucho que no cantaba. Vamos a tocar canciones viejas, un par de ese primer disco, pero después de discos muy variados, muchas canciones que la gente seguramente no conoce”, dijo el músico en una entrevista con LA CAPITAL.

-Si mirás para atrás, ¿considerás que “Todo este tiempo” es un disco clave?

-Fue más clave para otros que para mi, la verdad.

-¿Por qué?

-Es clave porque es el primero, no creo que sea ni de lejos entre los mejores discos míos. Esa es mi visión, yo no creo que sea clave en un sentido artístico, pero en algún lugar uno empieza a hacer las cosas, como todo disco primero uno inaugura toda una cosa primera, inaugura algo. En ese sentido es importante.

-Tiene una ingenuidad muy hermosa.

-Son canciones que escribí a los 20 años. A los 18, a los 17. Recuerdo que el primer disco es un disco con canciones que no eran todas de ese mismo año, eran canciones que llevaban unos cuantos años ya en un cajón esperando ser grabadas. Debo decir por otro lado que había ingenuidad y mucha fuerza. Con esa voluntad ingenua también era muy poderosa.

-“Salgo a caminar” y “A mi la lluvia” ¿son hitazos?

-Lo digo sin ningún dolor, con mucho realismo: nunca volví a tener temas tan populares como en ese primer disco por diferentes motivos. El fundamental es que me fui hacia otro lado y no repetí esa fórmula. Excepto el segundo disco, no volvía a trabajar con una multinacional. Y eso obviamente te da una difusión mucho menor. Esos son los dos temas que sigo tocando de ese disco, sin embargo, hay canciones que yo creo que a lo mejor me gustan más de ese disco, Tan frágil, por ejemplo. Por otro lado edité tantos discos que prefiero tomar, cuando hago un show como el del sábado, de otros discos más recientes. “A mi la lluvia” es una canción que estuve sin cantarla durante veinticinco años. Y ahora le encontré una vuelta y la canto con gusto.

-¿Por qué tanto tiempo sin cantarla?

-Porque tenía canciones que me daban más ganas de cantar que esa y no creo que uno se deba tanto al público como para cantar lo que no quiere. Nunca me pareció eso una ley, hay músicos que toman eso como la ley de una industria y en ese sentido soy un poco ilegal. Entiendo que hay personas que no quieren cantar más ciertas canciones pero se sienten un poco obligadas a hacerlo. Yo no canto más El Oso. Hago esto porque me alimenta el alma y el espíritu. Creo que tengo que ser coherente con esa realidad: cantar lo que no quiero cantar, ¿por qué? Si yo llenara estadios tal vez, pero como no he hecho nada bueno para llenar estadios, me puedo permitir el lujo al menos de cantar lo que se me de la gana.

-¿Soñabas con llenar estadios?

-En algún momento sí, después me di cuenta de que no hacía ningun deber de los que había que hacer para llenarlos. A veces es muy normal no estar conforme con la repercusión de lo que hacés, pero en mi caso yo tengo que ser sincero: donde estoy parado es el lugar que fabriqué y es un lugar maravilloso, es un lugar que elegí. Tiene que ver con un montón de decisiones que fui tomando y acá estoy y si hubiera querido hacer otra cosa, tendría que haber tomado otras decisiones, no haber publicado 28 discos y haber hecho por lo menos tres o cuatro discos más iguales al primero hasta el quinto disco. Y no lo hice, claro.

-Se me ocurre que aprendiste a ser rebelde de la mano de tu papá.

-A veces pienso en eso, mi padre tampoco fue un tipo coherente con su, llamémosle, carrera artistica. Me acuerdo mucho sobre todo en España, cuando yo era más grande. Su primer disco de alguna manera era un disco de rock clásico, salvando la distancia y las épocas como también fue mi primer disco. El segundo disco de él, en España, se llama Mundo moderno, y ya se fue para otro lado. No hizo un disco parecido al primero. Yo hice mi segundo disco que se llamó Morir o matar, era un disco que ya tenía chelo, tenía una sonoridad extraña, era un disco raro. No fue un disco que la compañía hubiera preferido hacer. Fue mi segundo y último disco para la compañía. De ahí en más empezaron todos los peldaños para no llenar los estadios. Cuando firmé con BMG para hacer el primer disco, yo venía a hacer Tango feroz, en gran medida el contrato tiene que ver con eso. Entonces en la compañía alguien me dijo “Bueno, ya que funcionó tan bién El oso, ¿por qué no hacemos una versión de rock argentino para tu primer disco?”. Yo les dije no. Fue una pelea porque es muy probable que si yo hubiera grabado una versión de Viento dile a la lluvia, Ayer nomás o Muchacha ojos de papel, mi primer disco en vez de vender 30.000, que es lo que vendió, a lo mejor hubiera vendido el doble. Yo dije que no, claro.

-Cuando apareció Tango feroz hubo una explosión del rock. ¿Es parecido ese momento al de ahora, a partir de la serie de Fito Páez?

-Lo importante es la creatividad. En este país casi nada funciona, la creatividad funciona, evidentemente la creatividad es un motor que no descansa. Y eso está bien, eso creo que es una de las cosas que nos salva. La otra es la red humana, social, las amistades. Creo que seguimos teniendo una gran capacidad artística y eso es fabuloso.



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