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El País 9 de julio de 2019

Un loco festejo en plena hegemonía peronista

En 1973, De la Rúa acompañó a Ricardo Balbín en la fórmula presidencial de la UCR.

por Alejandro Esteban Bidondo

La historia enseña que la primera aparición en las grandes ligas de la política argentina de Fernando De La Rúa ocurrió en marzo de 1973, cuando se presentó por su partido como candidato a senador por la Capital Federal y terminó ganando la banca.

El año en que el justicialismo impuso la fórmula Héctor Cámpora-Vicente Solano Lima ganando la elección presidencial con el 49,56 por ciento de los votos, De La Rúa vencía en la Capital.

Fue a una segunda vuelta y superó a su rival del justicialismo Marcelo Sánchez Sorondo, desatando una suerte de locura radical.

En aquellos convulsionados años daba la sensación de que el peronismo era invencible y eso quedó demostrado en la elección general de septiembre, cuando arrasó la recordada fórmula Perón-Perón (con el 61,85% contra 24,42% de Balbín-Gamond), tras la renuncia de Cámpora-Solano Lima.

Pero aquella victoria radical en la Capital acaso marcó el antecedente de esa “rebeldía” de la Ciudad de Buenos Aires, que muchas veces votó a contramano del país y, sobre todo, del peronismo.

Este cronista tuvo entonces la oportunidad de ver todo lo que pasaba con ojos de niño gracias a que su padre no se quería perder ningún acontecimiento popular.

Así, pudo verlo al “Tío” Cámpora saludando desde el balcón de la Casa Rosada y formar parte de la marcha de celebración con la que los radicales recorrieron el centro de Buenos Aires cuando ganó “Chupete”, que por entonces era casi un desconocido o al menos un novato.

La euforia de aquella militancia quedó demostrada en la vía pública, incluso con algunos desbordes cuando identificaban algún lugar de los adversarios políticos de la época.

Eso sorprendió a propios y extraños y los comentarios eran de admiración ante la capacidad de movilización de aquella militancia, que sumó a mucha gente que salió espontáneamente a sumarse.

Y aquí vale aclarar que la población no estaba entonces acostumbrada a ver marchas en la calle a diario.

Menos aún si los protagonistas no eran peronistas, auténticos dueños de las calles y de la histórica Plaza de Mayo (por algo siempre cantaban “es la plaza de Perón”), aunque las grandes concentraciones se llevaban a cabo en días no laborables.

Lo cierto es que entonces De La Rúa plantó bandera en lo que ahora es la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, de la que llegó a ser su primer jefe de Gobierno.

Ya “con el diario del lunes” se podría arriesgar que el fermento de Cambiemos -donde está contenida actualmente la estructura oficial de la Unión Cívica Radical- o incluso la buena performance de Martín Lousteau en suelo porteño, estuvo en aquel antecedente de 1973, cuando se volvía en el país a votar después de muchos años de interregno militar.

Eso a pesar de los “hundimientos” que sufrió ese partido histórico de la política argentina tras las debacles de los gobiernos de Raúl Alfonsín y el propio De La Rúa, en 1989 y 2001 respectivamente.

(*): Especial para NA.