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El Mundo 4 de septiembre de 2018

Un movimiento izquierdista adopta parte del discurso antiinmigración en Alemania

Aufstehen, impulsado por Sahra Wagenknecht, quiere volver a poner los temas sociales en el centro de los debates, sin dejar a un lado la cuestión migratoria.

Sahra Wagenknecht anunció la fundación del movimiento ''Levántate'' en Berlín. Foto: EFE | Alexander Becher.

por Mathieu Foulkes

BERLIN, Alemania.- Un nuevo movimiento de izquierda, que adopta elementos del discurso antiinmigración, nació este martes en Alemania, donde el crecimiento de la extrema derecha está transformando el escenario político.

El movimiento Aufstehen (“Levántate”), impulsado por Sahra Wagenknecht, una figura del partido de izquierda radical Die Linke, quiere atraer a los votantes decepcionados por la izquierda tradicional, que logró menos del 40% de los sufragios en las elecciones de 2017 y que ha visto como parte de su electorado votaba por la formación ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).

Para su proyecto, Wagenknecht, de 49 años, cuenta con el respaldo de su esposo, Oskar Lafontaine, un exintegrante del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) que fue ministro de Finanzas durante poco más de cuatro meses, de octubre de 1998 a abril de 1999, del gobierno del socialdemócrata Gerhard Schröder.

Lafontaine renunció al gobierno por oposición al giro liberal de Schröeder, luego se fue del SPD y en 2007 fundó junto a otros dirigentes el partido Die Linke.

Sahra Wagenknecht, acostumbrada a las posturas heterodoxas en el seno de su familia política, presentó el movimiento en Berlín.

No duda en defender la memoria de la Alemania del Este comunista o la Rusia de Vladimir Putin, ni en criticar a la Unión Europea (UE).

De momento, Aufstehen, que afirma tener 85.000 simpatizantes registrados en internet, no tiene intención de convertirse en partido político. De hecho, tiene dificultades para atraer a figuras de la izquierda.

“Ingenuidad”

Pero, en una Alemania donde los electores de izquierda están cada vez más desconcertados por la coalición entre el partido centroderechista de Angela Merkel y los socialdemócratas, el nuevo movimiento quiere volver a poner los temas sociales en el centro de los debates, sin dejar a un lado la cuestión migratoria.

Con su estilo incisivo, Wagenknecht, la copresidenta del grupo Die Linke en el Bundestag, el parlamento alemán, multiplica las críticas contra la “ingenuidad” de la izquierda en materia de inmigración.

En 2016, tras el atentado de Berlín reivindicado por el grupo Estado Islámico, denunció “la apertura incontrolada de las fronteras”.

También cuestionó “el derecho a la hospitalidad” del que gozaron muchas personas, en su mayoría originarias del Magreb, que cometieron agresiones sexuales el 31 de diciembre de 2015 en Colonia.

Con la decisión de Merkel de abrir, en septiembre de 2015, las fronteras a los refugiados, “muchos problemas sociales” se han “acentuado”, afirma la exmiembro del partido comunista de la RDA.

“Levántate” apunta en particular a las regiones orientales del país, las que formaban parte de la desaparecida República Democrática Alemana (RDA), como se llamaba la Alemania comunista.

Varias de esas regiones deben renovar el parlamento en 2019 y los sondeos prevén un nuevo crecimiento de los partidos de extrema derecha, que en las legislativas de 2017 obtuvieron 20% de los votos, ocho puntos porcentuales por encima del promedio nacional que fue de 12%.

Frenar a la ultraderecha

“Con este movimiento queremos frenar el ascenso de AfD”, declaró Lafontaine, que muchos medios de prensa señalan como el cerebro de “De Pie”.

“Miren lo que pasa en la antigua Alemania del Este: la AfD se convirtió en el partido de los trabajadores y los desempleados.

Esto nos obliga, en la izquierda, a pensar en qué fracasamos”, afirmó Lafontaine.

Existen diferencias entre Sahra Wagenknecht y la ultraderecha, aunque, a veces, la retórica de la dirigente izquierdista suene parecida al discurso de la AfD, sostuvo Gero Neugebauer, especialista de la izquierda alemana en la Universidad Libre de Berlín.

“La AfD dice todo para los alemanes, ¡fuera los extranjeros! En cambio Wagenknecht no dice eso”, defiende el derecho de asilo y no ataca al islam, explica Neugebauer.

El discurso de Wagenknecht no es muy bien recibido en la izquierda de tradición internacionalista. En junio pasado, en el congreso de Die Linke, un discurso suyo con tintes antiinmigrantes fue acogido con silbidos.
Aufstehen “no me impide dormir”, dice la dirigente del SPD Andrea Nahles.

Sin embargo, este nuevo movimiento político amenaza con dinamitar aún más a la izquierda alemana, inmersa en una grave crisis.

En momentos en que grupos de extrema derecha persiguen a inmigrantes, “la izquierda social debe evitar las divisiones y los retrocesos”, advirtió Bernd Riexinger, un dirigente de Die Linge opuesto a Sarha Wagenknecht,

Según un primer sondeo realizado en agosto por la revista Focus, un tercio de los alemanes interrogados declararon que podían votar por Aufstehen.

AFP-NA