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Interés general 30 de marzo de 2020

Un trabajo en conjunto pocas veces visto para enfrentar a la pandemia

Análisis político.

Por Gerardo Gómez Muñoz

Nación, Provincia y Municipio trabajan como nunca se ha visto con una prolijidad que, a veces pareciera, que existe una constante intercomunicación entre las tres administraciones, aunque no siempre es así. Bastará recordar que al comienzo de la crisis más de una vez desde Mar del Plata hubo decisiones desde la conducción del intendente Guillermo Montenegro que se anticiparon resoluciones de los gobiernos superiores. Como prueba basta un botón como como la clausura escolar que provocó el airado brote del gobernador Alex Kicillof que reclamó por la invasión de la jurisdicción de estricto dominio de la provincia. Como era de esperar la cuestión no pasó a mayores, pero tampoco inhibió al informado y ágil elenco municipio dictar disposiciones al unísono del gobierno nacional.

De tal modo se fueron sucediendo propuestas y soluciones, al punto que la Nación y la Provincia con el anuncio de la instalación de un Hospital Modular pusieron a la ciudad y sus habitantes a la par de distritos claves del conurbano. Junto con la información que fue primicia, intencionalmente reservada para Kicillof, la jefa local del Frente de Todos y ministra de Desarrollo de la Comunidad , Fernanda Raverta y del propio presidente Alberto Fernández, 48 horas después se iniciaron los trabajos preliminares para la obra que a principios de abril deberá estar concluida. Pero no hubo desdoro de la autoridad de Montenegro y menos de su gestión, habida cuenta de que al día siguiente estuvo en el escenario y ,antes, cuando se informó en el terreno sobre la próxima realización, un hombre clave de su equipo el arquitecto Rubén González estuvo presente porque hay trabajos preliminares que estarán a cargo del gobierno municipal.

Este sigue con el plantado contiguo al CEMA de la preanunciada carpa gigante que servirá de consultorio de atención previa al comienzo del eventual paciente.

Con la precisión que caracteriza a un equipo y a su conducción ejecutiva, los aportes y soluciones a la interminable lista de problemas que deben solucionarse sobre la marcha de esta guerra contra el “corona virus”, el enemigo invisible pero formal se sigue dando en todos los terrenos.

La vida sigue andando con más dificultades, pero con los requerimientos de todos los días y eso es tan valioso y requiere tantos esfuerzos, aunque tal vez no tan exigentes como los otros. Y en este terreno también hay errores muy costosos como el del asesinato de Claudia Repetto y la vergonzante incapacidad de la pesquisa policial y desempeño de la fiscalía que también y a simple vista tuvo responsabilidad en la búsqueda del asesino y del cuerpo de la víctima. El colmo se define con la simple mención de que el asesino fue capturado por los propios hijos y sobrinos, a siete cuadras del lugar del secuestro, plena ciudad, montando la bicicleta de siempre “la del cuadro celeste”, como decían los vecinos.Y el cadáver a 20 metros del lugar donde había aparecido la reconocida pala de la bestia que asesinó a la mujer y la enterró allí, en “Los Acantilados”.

Siempre queda algo pendiente

Apenas asumió Montenegro se vio con su equipo frente a uno de los incendios más destructivos, peligrosos y céntricos de la historia marplatense. Un centro de distribución comercial de media manzana, el histórico “Torres y Liva” que fue arrasado junto con edificios lindantes, decenas de departamentos y otros que luego debieron ser demolidos. La labor de los equipos municipales y de bomberos mereció la admiración y el respeto. Ahora cuando el elenco municipal estaba al trabajo, casi hormiga, el de arreglar las calles de los barrios y aquellas obras de las escuelas y otras que añoraban los marplateses engañados por un intendente, luego castigado en su delirio de reelección por el 93 ciento de los marplatenses. Nunca se dio un castigo tan apabullante en democracia como tampoco se vio un jefe comunal y equipo tan mentiroso y charlatán que decía caminar en paz porque Dios era su copiloto. Hace poco en radio céntrico, cerca de su propia casa manejando tan mal como su gobierno, volcó con su automóvil y ahí sí los vecinos dijeron”te salvaste porque Dios quiso”…Ahí otro chusco agregó: “Viste,cómo no hay que hablar al cohete”. Chascarrillos oportunos al margen, estábamos que Montenegro, pensando en las obras grandes y gestionándolas discretamente, encaraba las más contingentes y que apuraban los vecinos.

Llegó el virus maldito y, pensando en la gente de todos días, fue de los primeros en disponer en serio medidas prácticas y las costosas: cerrar las escuelas, hacer cumplir la cuarentena, cerrar los negocios y centros de reunión y la circulación callejera. Participar como uno más en las reuniones de los centros sociales, deportivos, barriales políticos y sindicales donde se debatieran necesidades y soluciones. Blindó a fuego y sinceridad la unidad en acción con todas las fuerza políticas y se adelantó al mismo PRO que ahora salió con su presidenta Patricia Bullrich.

“Vamos a acompañar todas las medidas del gobierno nacional, provincial y de las municipalidades”, dijo. Claro Montenegro y otros del palo pueden decir con franqueza “chocolate por la noticia”. El jefe comunal ,un paso adelante, ya dijo: “si no se cumple con el aislamiento puede haber miles de muertos”. Días antes ante el público debido,en castellano básico y contundente, avisó: “Miren que ésto no es joda”.

Y sigue con sus gestiones entre las que figura la posibilidad de que dos hoteles del Complejo de Chapadmalal sean utilizados a los fines que requiera el requerimiento sanitario conforme el temido avance de la Pandemia. Antes con participación del padre Hernán David, vicepresidente de Cáritas , otro de los deshabitados descuidados hoteles, con las reparaciones del caso fue destinado al alojamiento del prójimo “en situación de calle”,el eufemismo canalla en que se refugiaban adláteres rentados de Arroyo que argüían que “hay que dejarlos porque viven en la calle y no se los puede rescatar”…Un indisimulado derecho de gente que ni sabe qué es el derecho ni el torcido.

Los nuevos derechos

La nueva sociedad, la de la unidad como primer derecho y deber a la luz del fenómeno de la desconocida forma de matar que tiene el enemigo invisible, pone a todos no sólo a Fernández, Kicillof y Montenegro, sino a todo humano a la mutua protección. Algunos ya predicaban algo así aunque en la lid política les costaba hacerlo práctica: “La patria es el otro”.

Montenegro tiene para estas horas varios problemas a resolver: el sobreprecio y aumentos canallescos de alimentos y comestibles. La cuestión de los camioneros que transportan víveres tan indispensables como las verduras y las frutas. Los que anduvieron de turistas por Cuyo, la Patagonia fructícola, el Litoral cítrico, la Salta y Jujuy de tantos productos, añoran esos paisajes. Los camioneros que, en cada carga olvidan sus hogares por dos o tres días,denuncian que son prácticamente bloqueados por los controles policiales nacidos por disposiciones mal interpretadas o intencionadamente usadas porque están puestas por las autoridades para proteger y no perseguir.

Otro problema de todos y no del pobre prójimo al que le quitan el laburo porque el establecimiento comercial o industrial está parado.Y así la sucesión es interminable, bajo la bandera de la unidad para salvarnos, no es un problema de Montenegro o las demás jurisdicciones administrativas,”la gente” que no más que nosotros, el vecino, el dirigente sindical, el político,en estas circunstancias y sin salir a la calle, porque no se debe,debe hacer oír su voz.

Están los sistemas de comunicación tecnológicos, quienes gobiernan,están tocados por la realidad que duele y atenderán. Y para terminar porque la lista es inacabable, la UCIP habla hoy de una entidad que no es tan antigua que “el campo”, pero más profunda y tan o más necesaria. Representa más del 70 por ciento del trabajo argentino: las Pymes. Y no es un fenómeno hace un tiempo el tercio de la economía, solo que arrastraba un daño colateral, su inmensa trampa porque en gran proporción era “trabajo en negro”. Entre nosotros está institucionalizada, que el incansable Lamacchia, figura histórica de la UCIP, reclama por la supervivencia de ese colectivo indispensable del trabajo argentino.

Unidad es con todos y no en la calle con el corazón en la mano y los nuevos instrumentos de la comunicación que llegan también a los más altos estrados donde hoy están quienes proclaman que prefieren la vida.