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Policiales 6 de febrero de 2024

Un viaje soñado a la costa con amigas que terminó en tragedia: las últimas horas del turista asesinado

Mauricio Grasso había viajado desde Moreno con dos amigas comediantes que iban a dar un show en Mar del Plata. Fueron a Santa Teresita, pasaron por un campo de girasoles y disfrutaron de una tarde en Chapadmalal.

El plan de Mauricio Grasso (40) y sus amigas era escaparle al calor abrasador de Moreno -localidad del conurbano bonaerense- y pasar un fin de semana en la costa, aprovechar que sus amigas debían dar un show de comedia en un bar de Mar del Plata y disfrutar de la playa. Imposible imaginar que el final del viaje sería el lunes a la madrugada cuando un motociclista dispararía en la camioneta en que iba y lo asesinaría.

El viernes, Grasso y sus dos amigas fueron en camioneta hasta Santa Teresita donde Jésica, una de ellas, tiene una casa. Allí pernoctaron y el sábado partieron para Mar del Plata, donde ellas debían dar el show el domingo.

El sábado, los tres turistas pasearon por la costa, visitaron conocidos y las dos comediantes recibieron un llamado en el que les avisaban que se suspendía el show que iban a dar el domingo, porque el bar tenía problemas con el sonido. La noticia no les quitó el humor y esa noche se fueron a una fiesta con otros amigos de Mar del Plata para disfrutar de su estadía en la costa.

El domingo al mediodía fueron a comer al restaurante de un amigo marplatense, quien al enterarse que el show se había cancelado los invitó a su casa esa misma noche para comer un asado.

Esa tarde Grasso y sus amigas fueron a Chapadmalal, para disfrutar de una de las zonas más exclusivas de la costa y fueron a conocer El Calamar Loco, el balneario donde por las tardes se realizan unos concurridos after beach.

El domingo a la noche se juntaron a comer el asado en la casa de su amigo marplatenses y el plan, en un principio, era regresar ese mismo domingo a la noche hacia Moreno porque una de las mujeres debía volver a trabajar, pero como le confirmaron que no era necesaria su presencia el lunes en su lugar de trabajo, decidieron extender un poco más la “juntada” entre amigos.

Jésica, una de las amigas de Grasso, estaba cansada por lo que decidió irse a dormir y Grasso, sus dos amigos marplatenses y la otra amiga con la que había viajado salieron al boliche Momentos, en Bolívar y Santa Fe.

Después, la tragedia. Los cuatro amigos dejaron el boliche, se subieron a la camioneta y fueron por Bolívar hasta Independencia. Allí se cruzaron dos motos, en una iba una pareja y en otra un joven solo, quien hizo “cortes” con el escape, ruidosas explosiones que incomodaron a todos los que estaban en la Toyota Hilux. La camioneta avanzó, el marplatense que iba como acompañante dijo un nervioso “¡Bien ahí, rey!” y los motociclistas los persiguieron unas cuadras, hasta que uno de ellos sacó una pistola 9 milímetros y disparó contra el vehículo una única bala, que atravesó la luneta e impactó en la frente de Grasso, quien justo se había dado vuelta ante el grito de su amiga.

Jésica se despertó con la noticia impensada: su amigo Mauricio Grasso, con quien había viajado, había sido asesinado. Lo que siguió fue pesadilla: llantos, declaraciones a los investigadores, el dolor de la familia y los amigos

El área de Asistencia del Municipio contuvo a los amigos y a la familia de Grasso y el intendente Guillermo Montenegro se puso a su disposición. Este martes, el cuerpo del turista asesinado será llevado a la localidad de Moreno, donde será velado.

El viaje soñado entre amigos, fue la más dolorosa tragedia, y ahora solo piden que la Justicia encuentre a los responsables, que esto no pase de nuevo.

—Jésica, ¿cómo te acordás a Mauricio?

—Era un excelente padre y amigo, con un corazón enorme. En el viaje quería sacarme una foto con girasoles, por una situación que sufrimos en mi familia este año, pero a la hora que pasamos por los girasoles de Lezama era de noche y bueno, sin sol era imposible. Yo estaba retriste y cuando salimos de Santa Teresita el sábado, pasamos por Ruta 11 y Mauricio vio girasoles y sin preguntarme frenó la camioneta. Nos metimos, nos sacamos fotos y fue gracias a él. Él era así, así todo por los demás, para que la pasaran bien, tenía un corazón enorme.