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Interés general 15 de julio de 2016

Una ciudad cada vez más sucia y el municipio que no reacciona

Por Lucas Fiorini -Presidente bloque concejales FR-

Nunca vimos la ciudad tan sucia como hoy. Esta realidad es un comentario constante de vecinos y turistas, llegando incluso a los medios de comunicación que simplemente se hacen eco de una situación inocultable.

Es preocupante lo que sucede, el problema se agrava día a día y, lo peor, no se ofrece ninguna reacción clara por parte de las autoridades, como si tuviésemos que resignarnos a vivir en la mugre y rodeados de microbasurales por doquier, con todas las consecuencias que implica, no sólo estéticas (algo no menor en un emblema turístico como Mar del Plata, que así pierde competitividad) sino también higiénico/sanitarias (proliferación de roedores y enfermedades), medioambientales (contaminación, involución en la separación de residuos que ayuda a un mejor manejo de los mismos), sociales (para quienes pueden trabajar con la separación por ej.) y territoriales (inundaciones por boca de calle tapadas). No tiene por qué ser así.

Empresa prestataria y control municipal

El Municipio paga un importante canon (540 millones de pesos anuales) para que una empresa privada (la 9 de Julio) realice esta labor, que obviamente resulta caro al observar los pobres resultados. Hay una responsabilidad indiscutible de la empresa. Pero sería un error quedarse allí, pues todos los vecinos pagan con sus tasas el servicio, y por tanto el gobierno municipal es quien debe cuidar se cumpla el cometido: el municipio es la otra cara de la moneda. No debemos perder de vista que si el estado municipal no es quien recoge de manera directa los residuos, su misión central será la de controlar que quien debe hacerlo (y a quien le paga para ello) lo haga bien. No hay excusas: no tiene que lidiar con la actividad de forma directa, debe por tanto concentrarse en exigir que se cumpla lo pautado. Sencillo. Por tanto, en nuestra ciudad los responsables son dos: la empresa prestataria y el estado que debe controlar. Al Municipio no le corresponde quejarse sino actuar. No es espectador sino actor. Y aquí quisiera hacer algunas precisiones, porque si algo otorgó el nuevo pliego fueron herramientas de control: prácticas, nuevas, efectivas… si hay voluntad política de aplicarlas…

Prestaciones y abandonos

El pliego que rige la renovación que el Ejecutivo le otorgó a principios de este año a la empresa 9 de Julio contiene numerosas precisiones. Tuvo mejoras con respecto al anterior en cuanto a la extensión y las exigencias del servicio. Por ejemplo, amplió significativamente barrios cubiertos por la recolección de residuos, que hoy alcanzan a 36578 cuadras (+ 48%). Y también incorpora un 70% más de camiones, que pasan a ser 44 unidades.

Lamentablemente el Municipio eliminó la obligación de destinar el 3% de la facturación a comunicación y campañas que el estado llevaría adelante para la importante separación en origen de residuos, que sólo puede sostenerse con educación y mensajes constantes de concientización, para que se avance paulatinamente en una práctica fundamental para ciudades que quieran ser modernas y sustentables. En este campo fue un error el abandono práctico de este tema, que permitiría un predio final de residuos que incluya reciclaje, trabajo, ingresos, cuidado del medio ambiente.

También es tremendo ver la proliferación de microbasurales, algo vinculado entre otras cuestiones por no avanzar con la contenerización, que preveía 490 puntos verdes (50% en centro y avenidas, 50% en basurales clandestinos ya detectados). La instalación de contenedores (cuya finalidad, dicho sea de paso, no era sólo combatir esos basurales clandestinos sino también eliminar contenedores que hoy abonan hoteles y negocios gastronómicos, con la importancia que tendría en el estímulo que estamos buscando para que no decaiga más la economía y oferta de nuestra ciudad) es una respuesta efectiva al candente problema de los microbasurales, que si no se detienen y eliminan seguirán creciendo, agravando el problema en un verdadero círculo vicioso (para colmo el BID otorgó oportunamente 70 millones de pesos para avanzar con un plan de contenedores en toda la ciudad, pero si no se concreta hay que devolver el monto, lo cual es gravísimo en nuestra situación actual).

Controles

Pero yendo a las prestaciones que están vigentes en la actualidad y que deben ser cubiertas por la empresa, sabiendo que la letra queda en la nada si no tenemos cómo exigir su cumplimiento, hubo en el pliego que la rige una importante ampliación de los elementos de control y sanción, estableciendo nuevas herramientas de fiscalización, eliminando en muchos casos la vinculación de la empresa con los encargados de controlar. El control está previsto con más instrumentos y podría ejecutarse sin dilaciones. Pero poco sabemos de su avance, y por tanto de su puesta en práctica. Enumeraré cinco puntos que me parece importante conozca el vecino porque son cercanos a él, están previstos en el pliego, deberían estar implementados, pero en los que increíble y sugestivamente nada se ha avanzado, haciendo que la queja por el mal servicio caiga en el vacío, cuando podría haber corrección, mejora, solución, sanción, cambio:

1) Cada camión debería contar con GPS con terminal tanto en la empresa como en la municipalidad, de forma tal de auditar recorridos efectivizados junto a frecuencias y horarios. Además permitiría que se incluya una aplicación en el celular de cada vecino para que desde allí se controle. Fácil y factible. ¿Se exigió a las unidades el sistema de control satelital? Las tecnologías son aliadas para el control: sólo hay que incorporarlas.

2) El sistema de call center debía estar conectado con el 147, para que no caiga la llamada del vecino en la empresa y muera allí. Hoy no contamos con este servicio básico…

3) Uso de cámaras de seguridad: en un trabajo conjunto con la Secretaría de Seguridad y el Centro Operativo Municipal, donde expresamente el pliego indica que será una herramienta para ejecutar penalidades. Los puntos pueden ser rotativos sin informar a la empresa cuáles serán cada semana.

4) Cuerpo de veedores vecinales: qué mejor que vecinos -tantos que con diligencia y responsabilidad ciudadana están atentos a la prestación de los servicios públicos- controlando y transparentando el sistema. Quienes se inscriban voluntariamente serán auditores. Se los capacitará en el tema y los incumplimientos informados por este cuerpo tendrán el valor de un acta municipal.

5) Publicación de los celulares de los inspectores municipales para que los vecinos puedan llamar a los vehículos oficiales de prestaciones privadas de su zona ante fallas de la recolección, tal como los patrulleros publican su celular por cuadrículas. Otra forma de ayudar a quienes deben controlar, y saber si hacen bien su trabajo.

Estos puntos simplemente quieren graficar que herramientas hay, y que es el Ejecutivo a través del ENOSUR quien debe hacer su parte (fundamental) controlando con efectividad a la 9 de Julio, sin excusas ni escapando a sus responsabilidades básicas, incorporando a los vecinos y las últimas tecnologías que tanta ayuda pueden brindar. Si no lo hace hay inobjetable incompetencia, se avalan las malas prestaciones y se cae en complicidades graves. Cada vez que no se controla, el servicio se presta peor, nada induce a mejorar y el municipio pierde además plata por multas no efectuadas (sanciones a la empresa que permiten a la vez tener antecedentes y herramientas para que el gobierno pueda incluso llegar al cambio de prestador si el problema continúa). El municipio va demasiado lento en este campo fundamental, con las consecuencias nefastas que estamos viendo. Cada vez que no se hace bien el trabajo, cada vez que no pasa el camión recolector, cada vez que no se cubren las cuadras de barrido, sufre el vecino y la ciudad, y la empresa se “ahorra” erogaciones importantes. ¿Cómo calificar en este marco la ausencia de control de un funcionario?..

No nos resignemos: Mar del Plata puede estar limpia y brillante si el Municipio pone energía en hacer lo que debe, que es controlar, con determinación y honestidad. Si se quiere se puede. Hay que tener claras las prioridades y llevarlas adelante.



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