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¿Una comunidad política europea para frenar nuevas ampliaciones de la UE?

Emmanuel Macron propuso la creación de una nueva organización para integrar a otros países como Ucrania. República de Macedonia del Norte, Montenegro, Serbia y Turquía.

Por Catalina Guerrero

BRUSELAS, Bélgica.- La idea de crear una “comunidad política europea” lanzada esta semana por el presidente francés, Emmanuel Macron, como una antesala para países con aspiraciones a integrar la Unión Europea (UE), como Ucrania, ha sido acogida con cierto interés, pero también con advertencias sobre las frustraciones que podría generar, según diferentes fuentes consultadas por EFE.

Ofrecer un lugar en esa “comunidad política europea”, aún por definir, es lo que Macron propone para Ucrania, pero no solo para este país, como alternativa al largo proceso de adhesión a un club que requiere cumplir un exigente acervo europeo.

Un proceso arduo en el que están inmersos desde hace años Albania, República de Macedonia del Norte, Montenegro, Serbia y también Turquía, que hizo su solicitud en 1987, mientras que Bosnia y Herzegovina y Kosovo son candidatos potenciales.

Y ahora, tras la agresión militar rusa en Ucrania, este país y las antiguas repúblicas soviéticas de Georgia y Moldavia han solicitado en la urgencia ser candidatos a la adhesión a la UE.

En la cumbre europea extraordinaria del 30 y 31 de mayo en Bruselas, Macron podrá explicar a sus pares su idea de “nueva organización europea” que lanzó el Día de Europa en un discurso en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo.

¿Espacio privilegiado o segunda división?

Esa estructura permitiría incorporar países como Ucrania, que comparten los valores de la Unión Europea, en “un nuevo espacio de cooperación política, de seguridad”, pero también en ámbitos como los transportes, la energía o la circulación de personas.

De partida no le parece una mala idea al secretario general del Partido Popular Europeo, Antonio López-Istúriz, ya que esa institución permitiría tener una buena relación político-económica de proximidad con países que no vayan a entrar en la UE.

Pero advierte que hay que “perfilar muy bien” la propuesta y “dotarla de contenido para que no haya confusiones con países vecinos con aspiraciones a formar parte del milagro europeo”, y espera que no sea “un mecanismo para que a lo mejor no haya más ampliaciones”.

En una interpretación similar se mueve el eurodiputado socialista Nacho Sánchez Amor, miembro como López-Istúriz de la comisión de Exteriores del Parlamento Europeo, cuyo pleno respaldó que Ucrania sea aceptada como candidata a la UE.

“Esa oferta crea una especie de antesala de la UE para acoger situaciones diversas y que podría ser no adecuada” porque puede provocar “frustración en las opiniones públicas si la lectura que hacen es que es para enfriar entusiasmos o perspectivas” de entrar en la UE, según Sánchez Amor.

El eurodiputado emplazó a Macron a que acompañe su discurso federalista y europeísta con un procedimiento gradual que permita que la silla francesa en el Consejo de Seguridad de la ONU pase a ser europea.

Por su parte, el analista principal del Real Instituto Elcano Ignacio Molina ve dos enfoques diferentes para esta propuesta que le parece “una buena fórmula”.

Por un lado, reconoce que se puede entender que Macron es “una especie de aguafiestas” que viene a “calmar los ímpetus” y que entroncaría con “el ADN de Francia de que no le gustan las ampliaciones”, a las que siempre se ha opuesto, desde el general Charles de Gaulle en contra de la entrada del Reino Unido.

En este sentido, la propuesta de una “comunidad política europea” se podría asemejar al “invento” de Nicolas Sarkozy con la Unión por el Mediterráneo, para Turquía y que “no ha servido para nada”, dijo.

Pero, por otra parte, se puede entender como una nueva fórmula que pueda beneficiar de manera muy rápida a países como Ucrania y otros sin tener el estatus de candidato a la UE, añadió Molina.

Un espacio de relación privilegiada en el que también podría entrar en un futuro países que se han ido, como el Reino Unido, o que están dentro, como Hungría, y que “dan mucho la lata” y a los que se les podría indicar “el camino de salida” a esa “segunda división”, lo que rebajaría “su capacidad de chantaje”, explicó Molina, que reconoce la “honestidad” de Macron al poner a Ucrania frente al espejo de que no es posible una adhesión exprés.

La vía rápida que reclama Ucrania, con el apoyo de Polonia y los bálticos, choca con la cautela no solo de Francia sino también de muchos otros, ya que no cumple con todos los requisitos básicos, y además suscita suspicacia en los candidatos a los que el mismo proceso les llevó meses o años.

Se espera que los líderes europeos debatan la candidatura ucraniana en la cumbre del 23 y 24 de junio, la última de esta presidencia francesa de turno de la UE.

EFE.

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