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Policiales 24 de julio de 2018

Una escena escabrosa desestima la hipótesis del robo en el crimen del barrio Cerrito Sur

La víctima fue torturada antes de ser sumergida en la bañera. Los autores del crimen le pusieron un inodoro y una pileta encima para asegurar la muerte.

Ricardo Pereyra Peralta (50), el vendedor ambulante asesinado en las primeras horas del lunes, sufrió cortes y golpes en el rostro, la cabeza y sus manos antes de morir ahogado dentro de la bañera de su casa del barrio Cerrito Sur.

La conclusión preliminar a la que arribaron los peritos de Policía Científica surge de la operación de autopsia celebrada en la tarde del martes y del estudio de la escena del crimen, lo que hace que la hipótesis de un homicidio por enemistad, con tortura mediante, gane terreno respecto a la de un contexto de robo.

La trama que subyace en el violento crimen contiene algunas aristas que están siendo analizadas por la fiscal Andrea Gómez, como un supusto robo sufrido por la víctima en la tarde del domingo, un modo de vida licensioso con tendencia al abandono, un viejo conflicto por usurpación y algunos vínculos con personas de malvivir.

Sin embargo, lo que llamó la atención de la fiscalía es el grado de ensañamiento desatado contra un hombre que no tenía valores en la casa de Marcelo T. de Alvear al 2300. El cuerpo de Pereyra Peralta se encontraba sumergido en la bañera y los autores del asesinato lo habían atado y, evidentemente golpeado para asegurar su muerte. Pero hubo un aspecto más macabro todavía que resaltó en la escena del crimen: los asesinos habían arrancado el inodoro y la pileta, y los habían arrojado sobre el cuerpo.

Los homicidios en ocasión de robo suelen no tener como característica la tortura ni el nivel de compleja violencia observada en este caso.

El cuerpo de Pereyra Peralta fue descubierto por un amigo en la noche del lunes, quien asistió luego de que no respondiera a sus llamados.

Se pudo establecer que la muerte ocurrió entre la 1 y las 3 de la madrugada de lunes, algunas horas después de un presunto robo que nunca fue denunciado más que a sus amigos. Lo que recogieron los investigadores de distintos testimonios es que el domingo Pereyra Peralta habría invitado a comer a unas personas y que luego los dejó en la casa. También que al regresar, Pereyra Peralta constató que le habían robado una puerta, una mesa y unas sillas.

Esta versión es parte de la pesquisa de la fiscalía, como también el detalle de que la víctima pidió a un amigo que lo acompañara en la noche del domingo.

Pereyra Peralta quedó solo pasada la medianoche, poco antes de la data de la muerte.

El móvil

“Vivía en un gran desorden, acumulaba cosas pero no eran de valor”, dijo una fuente consultada por este medio. Se sospecha que quienes ingresaron a la casa y le dieron muerte de un modo tan brutal lo hicieron con el fin de obtener algo que creían que el hombre ocultaba. O para conseguir un beneficio con el uso de la casa.

Pereyra Peralta era un hombre depresivo, que sufría una grave enfermedad y que vivía de manera solitaria. También trascendió que años atrás había tenido un conflicto por dicha propiedad debido a una usurpación, vivienda que logró recuperar por medio de la Justicia.

Para no dejar hipótesis sin transitar, los investigadores indagarán en la posibilidad de que alguien quisiera quedarse con la casa de Pereyra Peralta, dado su estado de vulnerabilidad.

El supuesto robo sufrido por la víctima podría conectarse con el homicidio, por eso es que se trata de determinar por estas horas a todas las compañías conocidas.



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