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Interés general 16 de noviembre de 2019

Una familia en la semiinconsciencia a través de los ojos de una madre y su hija

En "Los sonámbulos", Paula Hernández crea una historia asfixiante, de personajes "que no se sienten cómodos en el lugar en el que están", que tienen replanteos existenciales, situaciones enquistadas y no resueltas que van acumulando una tensión que explota "por el lado de los más frágiles".

Erica Rivas y la marplatense Ornella D'Elia, protagonistas de "Los sonámbulos".

Los sonámbulos“, la cuarta película de la directora argentina Paula Hernández, se presentará hoy en competencia internacional del 34° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, cinco días antes de su estreno comercial.

En esta obra, la realizadora, también autora del guión, crea una historia de climas, sensaciones, sentimientos, replanteos y explosiones internas de los miembros de una familia en la que sus integrantes “no están ni despiertos ni dormidos, sino en un estado de semiinconsciencia, ninguno está cómodo con el rol que ocupa”.

La familia se encuentra en un entorno que podría parecer abierto y bucólico, que contrasta con la sensación de asfixia y claustrofobia que sus integrantes sienten internamente.

La película está centrada en los puntos de vista de Luisa (Erica Rivas) y Ana (Ornella D´Elia) una mujer madura, madre, en pleno replanteo existencial familiar y profesional y su hija, en las puertas de la adolescencia, etapa de descubrimientos, deseos y necesidad de independencia.

A través de ellas, un planteo sobre la maternidad (una tía madre soltera abrumada con su bebé de pocos meses), las relaciones y la paternidad (un tío separado con tres hijos con mucha diferencia de edad entre ellos), una abuela matriarcal (que está perdiendo su poder de manejarlo todo) y un marido/padre (que no ve la realidad más allá de sus intereses).

La familia se reúne en una vieja casona para celebrar las fiestas y en ese contexto, las cuestiones no resueltas, las incomodidades, los replanteos y cambios, las diferencias, van acumulando una tensión que explota, como define la directora “por el lado de los más frágiles”.

En una charla con LA CAPITAL Hernández definió que la película “tiene capas generacionales” y las distintas temáticas que aborda “pegan de manera diferente, por un lado a adolescentes que hoy están atravesadas por estos temas -feminismo, igualdad, derechos, autonomía del propio cuerpo- y los mundos familiares más patriarcales”.

“Me interesaba tratar el encierro que sienten esos personajes dentro de la situación en la que están inmersos, más allá de lo que acontezca en el entorno, que tiene que ver con un proceso muy íntimo” señaló.

Por ello, si bien la cuestión del sonambulismo tiene un sentido literal, también refiere a que la familia “no está ni dormida ni despierta, sino en un estado de semiinconsciencia”.

En ese marco, la historia juega con el fuego, el bosque, el río y la noche, “elementos que podrían ser perturbadores” pero que en este caso contrastan con “el terror interno”.

Calor, agobio, personajes que no pueden entregarse al sueño, alcohol, la mirada adulta y la mirada adolescente, se conjugan en esta historia inquietante en la que se muestra como pequeñas situaciones y malestares cotidianos van generando una escalada de violencia.

“Luisa se está replanteando quién es, su pareja, su rol como madre y como profesional” y Ana “está en un momento de crecimiento, encontrándose con un cuerpo nuevo, con sensaciones y deseos nuevos, necesidad de tener una opinión propia” y Emilio (Luis Ziembrowski) “no ve nada de lo que está pasando alrededor, no escucha o cambia el sentido de lo que se está diciendo y genera mucha violencia interna”.

En un clima agobiante “se cuenta lo doloroso de esta madre de tener una intuición y no entender muy bien por dónde va, pero sentir que hay algo que no está bien y terminar llegando tres minutos tarde” señala.

Como en los personajes, en la historia la acumulación de la tensión explota. Y explota con una situación y un tema en pleno debate: un abuso. “La película está inevitablemente atravesada por la coyuntura” señala Hernández, aunque asegura que su resolución tuvo más que ver con “el tema que me interesa, qué pasa con la sexualidad, los cuerpos, cómo van cambiando, cómo son mirados, cómo la chica empieza a poder encontrar sus propios sí, sus propios no y sus instancias, su curiosidad, su deseo, pero qué hace con eso cuando todavía sabe muy poco del mundo y se encuentra con ese lugar muy complejo del primo adulto, que avanza en un estado en el que el personaje está en total indefensión”.

“Siempre este tipo de escenas fueron delicadas y difícil pensar como abordarlas. Mi posición fue que no me interesa revictimizar a la víctima ni ponerla en un lugar de exposición de su cuerpo, por eso está filmada desde la distancia”.

Este clima agobiante fue un “desafío” desde el punto de vista técnico, con una disposición de las tomas “muy complejo”, que mutó desde lo fluido y “ensoñado” de un largo plano secuencia inicial”, que da paso a un trabajo cámara en mano con planos muy cortos, en los que parece que la cámara se funde con los personajes.

“Con Iván Gierasinchuk -director de fotografía, quien hizo las cámaras de la película- tenemos un acuerdo muy intenso en la manera en la que nos complementamos. Yo planteo la puesta de cámara y un poco es como si le cediera mis ojos”.

Además de Rivas, D’Elía y Ziembrowski, trabajan en la película Marilú Marini, Valeria Lois, Rafael Federman y Daniel Hendler.

Un detalle del filme tiene que ver con la aparición, en una escena, del tema “Púrpura” de WOS, “el rapero del momento”, quien fue estudiante de Hernández en un seminario de actuación. “escuché ese tema cuando estábamos empezando a filmar la película y me pareció que iba al dedillo con lo que estaba pasando” define la autora.

“Los sonámbulos” participó en la competencia Platform del Festival Internacional de Cine de Toronto y en la sección Horizontes Latinos del Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Próximamente, el film se exhibirá en Busan International Film Festival (Corea del Sur), Chicago International Film Festival, AFI Fest Film Festival y en Glasgow International Film Festival.

En el Festival de Mar del Plata se podrá ver este sábado a las 9 y a las 22 en el Teatro Auditorium y el domingo a las 12 en el Ambassador 1.