Policiales

Una foto en el San Martín que acabaría como ícono del reclamo de Justicia

Se cumplieron 30 años de la desaparición forzada y asesinato de Andrés Nuñez. Hay policías condenados a perpetua y uno, el principal acusado, prófugo. La historia de Nuñez y su relación con Mar del Plata.

“No se sabe cuándo te están sacando la foto con la que mañana van a buscarte//Cabeza blanca y negra de la manifestación  pide justicia a viva voz por todas partes”  (Zambayonni)

 

Por Fernando del Rio

La imagen de Andrés Nuñez resalta por el contraste de aquellos escalones de pintura blanca de fondo. Parado en el centro de la cancha viste la camiseta de Estudiantes de La Plata y en su pantalón se distingue el número 4. En vertical, ya en la foto no en el momento que capturó la cámara, un sobreimpreso menciona a la Liga Marplatense de Fútbol y al año 1985.

El entorno del viejo estadio San Martín, con el poco público amontonado en los peldaños superiores para aprovechar la sombra del techo en visera, es un recuerdo de una década que aún preservaba algo de buen fútbol. Andrés Nuñez tenía entonces 25 años y esa foto tomada en Mar del Plata sería la que  luego habría de utilizarse en miles de folletos, carteles, afiches, para pedir por su aparición, primero, y justicia después. Hasta el día de hoy.

Hace tres décadas, el 27 de septiembre de 1990, un grupo de policías de la Brigada de Investigaciones de La Plata llegó hasta la casa de Nuñez en 119 y 78 para buscarlo. En realidad buscaban a “El Gallego” por el supuesto robo de una bicicleta. Y “El Gallego” era el apodo de Nuñez, que no tenía trabajo o lo hacía ocasionalmente en un taller de reparación de televisores. Todavía seguía jugando al fútbol con el mismo apasionado amateurismo de siempre. De hecho cuando llegaron los policías no estaba: jugaba un partido nocturno.

El personal policial encabezado por Pablo Gerez lo esperó, lo levantó y lo desapareció. Hubo una sesión de torturas en las dependencias de calle 61 y 12, tal vez donde se decidió que ya no hubiera retroceso. Que era suficiente. Que las prácticas heredadas todavía estaban vigentes.

Mirna Gómez, la esposa de Andréz Nuñez, hizo lo que pudo para visibilizar el caso. Pidió por él, convocó a algunas marchas, y la foto de ese marcador de punta aguerrido con la camiseta de Estudiantes de La Plata y el fondo del estadio San Martín de Mar del Plata se transformó en la imagen de un desparecido. El primer desaparecido en democracia de la Bonaerense.

Mirna Gómez, la viuda de Nuñez con la imagen tan característica.

Fue recién que pudo cobrar más fuerza el pedido de Justicia con el surgimiento de un nuevo y emblemático caso, el de Miguel Bru, el joven estudiante de periodismo desparecido por la Bonaerense en agosto de 1993. La familia de Nuñez aprovechó la exposición del Caso Bru para insistir en la búsqueda de paradero. Y volvió a mostrar al Gallego Nuñez con la camiseta rojiblanca.

Un proyecto increíble

Esa camiseta que se veía en los afiches de las agrupaciones de izquierda era la de Estudiantes de La Plata, pero en el lejano 1985 vestía a un club de Mar del Plata gracias a un convenio extravagante. El club elegido fue el popular Al Ver Verás, que por entonces tenía su humilde sede en Brown y Chaco, y su más humilde aún predio en el corazón del barrio Las Heras.

Los contactos entre el presidente de Estudiantes, el escribano Raúl Correbo, y un abogado de Mar del Plata posibilitaron la idea de hacer una franquicia del club que venía de arrasar con aquel equipo de Carlos Bilardo un par de años atrás. Así fue como apareció la posibilidad de “descargar” jugadores a Al Ver Verás para intentar llegar a la primera división de la Liga Marplatense de Fútbol.

Varios futbolistas que estaban sin un destino seguro en Estudiantes, otros a los que la edad de jugar en primera ya se les estaba pasando (Nuñez tenía 25 años), se sumaron al proyecto. “Antes de aceptar ir a Mar del Plata, Nuñez se esperanzó con la posibilidad agregarse a un club de Corrientes, pero al final decidió lo de Mar del Plata”, recuerda Pablo Morosi, el periodista platense que escribió el libro “Un tal Nuñez” (Ed. Octubre),  en el que cuenta la historia policial, judicial y de vida en torno a este caso.

Al Ver Verás afrontó el torneo de segunda de ascenso y Andrés Nuñez se destacó por su aguerrida forma de cuidar la banda derecha de la defensa. En ocasiones, el equipo jugaba con la camiseta de Estudiantes de La Plata y en otras con la rojiverde del club de Mar del Plata que debió modificar su estatuto para admitir la nueva denominación: Estudiantes-Al Ver Verás

Nuñez es el primero de la derecha. Aquí con la camiseta de Al Ver Verás en cancha de Nación.

“Tenía un equipazo para la categoría y recuerdo haber estado en el San Martín ese día”, dice Sebastián Arana, el periodista que más conoce del fútbol marplatense. Ese día era el 21 de diciembre de 1985, el día de la fotografía, cuando se jugó la fecha decisiva del cuadrangular final entre el equipo fusión y Banfield. Con el empate, Estudiantes-Al Ver Verás lograba el ascenso y el juego fue cerrado, con los nervios propios de una final.  El partido terminó 0 a 0 y hubo escándalo ya que se produjo un recordado incidente que aún destaca en los recuerdos del fútbol local: el técnico de Banfield, Luis “Merengue” García agredió a golpes al árbitro Jorge Mustafá.

Hubo festejos por el logro y luego el proyecto no se sostuvo. “Fue muy lindo. Los muchachos llegaban de Buenos Aires los fines de semana      y los de Estudiantes se juntaban en La Plata a entrenar. Entre ellos estaba Nuñez, al que recuerdo muy bien. Tiempo después me enteré lo que le sucedió”, recuerda Daniel Luaces, uno de los pocos marplatenses que jugó en aquel plantel.

Hay otras fotos más, muchas más de Nuñez en Mar del Plata como integrante de ese sueño futbolístico que duró poco. A fines de 1985 el “Gallego” Nuñez celebraba una alegría; exactamente diez años después su familia se consolaba, al menos, con conocer su destino final.

El quiebre y la verdad

El caso de Miguel Bru debilitó –solo debilitó- la estructura represiva de la Policía Bonaerense que luego volvería a ser erosionada tras un brutal crimen en Mar del Plata: el del “Chavo” Campos en 1996. El asesinato de José Luis Cabezas en 1997 acabaría con ciertos formatos de la “Maldita Policía”, aunque episodios posteriores como el de Luciano Arruga o el actual de Facundo Castro demuestran que esas conductas permanecen y se activan cada tanto.

Aquella situación vivida por la familia Bru impulsó la revisión de los vínculos policiales y judiciales en La Plata y en 1995 un policía llamado José Ramos, integrante del grupo que “chupó” a Nuñez, se quebró. Buscaba beneficiarse con una delación y terminó por ubicar el sitio en donde habían carbonizado y escondido el cuerpo de Nuñez.

Una estancia próxima a la ciudad de General Belgrano, ubicada a 110 kilómetros de La Plata, tenía por encargado a un primo de Gerez. Allí en un área donde había un perímetro enchapado tipo tanque australiano se hallaron restos óseos carbonizados y objetos de vestir. Los peritajes corroboraron que se trataba de los restos de Andrés “El Gallego” Nuñez.

Foto Google Images

Momento del hallazgo de los restos calcinados de Nuñez.

Recién en el año 2010 hubo un juicio en el que se condenaron a prisión perpetua Víctor Dos Santos y Alfredo González, y tras estar prófugo 22 años, en el 2012 capturaron a Luis Raúl Ponce en la ciudad neuquina de Junín de los Andes. Ponce recibió en 2017 reclusión perpetua.

“Hace 30 años luchamos por justicia plena para que encuentren a Gerez, para que no le otorguen salidas a Dos Santos, González y Ponce y para que sean juzgados Pedro Costilla, Ernesto Zabala, César Carrizo y Gustavo Veiga porque ellos sabían lo que había pasado en la Brigada y no lo denunciaron”, aseguró.

La búsqueda de Justicia no se detiene y en cada marcha, en cada pancarta, en cada afiche, o en cada nuevo artículo periodístico, aparecerá Nuñez, en pose, con las tribunas del estadio San Martín de fondo.

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