Lo que comenzó como una observación rutinaria terminó revelando una posible red de desguace y venta ilegal de autopartes. El 9 de abril de 2025, personal del Comando de Patrullas que realizaba recorridas preventivas por la zona de Cerrito y calle 75 notó algo inusual: una Renault Kangoo circulaba con una letra alterada en su chapa patente. El conductor intentó escapar al ver a los efectivos, pero fue interceptado tras una breve persecución que finalizó en Gianelli y calle 89.

Ese día se estableció que el vehículo tenía un pedido de secuestro activo por hurto, y en su interior la policía halló una pistola calibre 22 milímetros, una riñonera con documentación de otras personas y prendas pertenecientes a la víctima, un hombre de 66 años. El aprehendido, de 28 años, fue notificado por encubrimiento y trasladado a la Unidad Penal N.º 44, mientras que el arma fue remitida a Policía Científica para su análisis.

Pero la investigación recién arrancaba. La pesquisa, impulsada por la Oficina de Delitos Contra la Propiedad Automotor, bajo la órbita de la fiscal Lorena Irigoyen, derivó en dos allanamientos efectuados este jueves. El primero se realizó en una vivienda de Cerrito 4049, donde se incautaron 20 autopartes, un capot grabado con el dominio KFU 157, prendas y documentación de la víctima, y chapas patentes con pedidos de secuestro activo correspondientes a un Peugeot Partner y una Renault Duster.

Mientras se desarrollaba el operativo, los efectivos observaron desde el patio de una casa lindera —ubicada en la esquina de calle 81 y Cerrito— una chapa patente con pedido de secuestro y un Chevrolet Agile en proceso de desguace. Luego de obtener una nueva orden judicial, se allanó ese domicilio y se incautó el vehículo, más autopartes y otras pertenencias de la víctima.

La fiscalía validó la actuación policial aunque no ordenó medidas privativas de la libertad para los moradores. La causa continúa abierta y apunta a esclarecer el funcionamiento de una posible red dedicada al desarme y reventa de vehículos robados.