Una carta en la cual una madre aconseja a sus hijos no asistir a la universidad y realizar otro tipo de actividades, se viralizó a través de las redes sociales.

La madre, quien estudió durante toda su vida y admite haber estado obsesionada con ser “la más inteligente”, no quiere lo mismo para sus tres hijos.

La columnista de un portal de noticias estadounidense escribió dicha carta para que sus hijos la tomen como una recomendación de cosas para hacer. La mujer considera que el crecimiento personal se encuentra en un lugar diferente a la facultad, y cree que sus hijos serían más felices si no asistieran.

La carta comienza “no me podría importar menos si van a la universidad (…) preferiría que agarraran una mochila e hicieran dedo hasta Siberia, iniciaran un negocio de jabones naturales, fueran de voluntarios a Haití, lo que sea”.

Además reconoció que ella vivió la experiencia de ir a la universidad y afirmó “de primera mano” que “no importa la educación que recibió respecto a su potencial y valor para la sociedad“. También mencionó que fue a la universidad para “hacer felices a su papá y mamá, para hacerles sentir que hicieron un buen trabajo criando a una chica muy buena” y les pidió que “por favor no decidan ir a la universidad porque creen que la haría orgullosa o feliz“, porque ella ya lo está.

La madre pretende que sus hijas asistan a la universidad si realmente lo desean, no que lo hagan porque “es lo que deben hacer, para pagar miles de dólares y esperar encajar en un sistema en que su educación está en los confines de una habitación”.

En la carta también describe cuál es su verdadero deseo: “Deseo que hagan cosas aparentemente irracionales pero llevadas adelante por la pasión, como tomar un vuelo a Perú para tratar de encontrar a ese tipo que conociste por 15 minutos en la ruta de bicicleta y al que no puedes sacar de tu cabeza. Espero que les rompan el corazón al menos una vez para que puedan saber qué tan grande es, y qué tan resistente es”.

Finaliza su deseo con un mensaje claro para sus hijos: “En mis ojos son mejores que el 95% de la gente que termina en deudas universitarias por la oportunidad de un “mejor” futuro, un “mejor” sueldo, un “mejor” trabajo, más estabilidad, convenciéndose a si mismos que de alguna forma son más inteligentes que el resto de las personas que no fueron a la universidad”.