Policiales

Una muerte que no trascendió y que se investiga como asesinato

Facundo Vita, la víctima. Ulises López, el victimario. En abril López golpeó a Vita en circunstancias que se investigan. Vita pasó casi dos meses internado y falleció. Un caso complejo con posiciones jurídicas encontradas.

El 14 de abril pasado un joven llamado Facundo Vita (24) salió de su casa y se dirigió hasta un almacén ubicado a un par de cuadras. Pero nunca regresó porque de allí, inconsciente tras ser agredido por un vecino, fue trasladado al Hospital Interzonal donde murió 55 días más tarde.

Su caso no trascendió hasta ahora debido a que se perdió dentro de la ambigüedad de la propia causa judicial que generó, la cual ahora deberá resolver si hay un asesino o si su muerte obedeció a problemas de salud sin vínculo con el ataque.

Dos pesos pesados del derecho penal se enfrentan en el expediente. En representación de la familia Vita está el estudio Perelló, por medio de la abogada Carolina Ciorda, mientras que la defensa del acusado, Ulises López (23), es ejercida por César Sivo y Romina Merino.

Por lo pronto, la fiscalía N°4 de Andrea Gómez notificó a Ulises López por el delito de homicidio pero no sería extraño que una vez se hayan incorporado todos los peritajes la causa derive hacia otros escenarios jurídicos. “La autopsia es clara. Dice que Vita murió a raíz de una seria infección pulmonar y dice también que no presentaba ni lesiones craneales ni cerebrales”, se anticipa Merino en diálogo con LA CAPITAL. En tanto, Ciorda postula lo contrario: “Vita entró al hospital por los golpes que recibió. De eso no hay ninguna duda porque así consta en la autopsia que dice que hubo un trauma encefálico grave”.

El hecho

A las 22 del sábado 14 de abril, López y Vita se cruzaron en el almacén de Sagastizábal al 7400. Ambos se conocían porque vivían a poca distancia de allí, en el barrio Aeroparque, y la versión de lo que sucedió es la que luego contó López y su esposa, que esperaba en el auto.

Según esos dichos, Vita lo intentó robar y López, físicamente mucho más grande, se defendió. Lo que hizo fue darle un golpe en el rostro y llevarle a su esposa la bebé de 10 meses que tenía en brazos, para luego regresar y retener a Vita contra el piso.

No hubo testigos por lo tanto esa versión jamás pudo ser refutada, aunque la familia de Vita asegura que no hubo un intento de robo. “Facundo fue a comprar un encendedor y este muchacho, que ya lo conocía, lo desmayó a golpes sin motivos”, sostienen.

Lo cierto es que Vita fue trasladado al HIGA donde llegó inconsciente y nunca más despertó. Los médicos lo indujeron a un coma farmacológico y su cuadro clínico se deterioró hasta que el 8 de junio falleció por paro cardiorrespiratorio secundario a sepsis y fallo multiorgánico. Presentaba una gran infección pulmonar y el reconocido medico forense Adolfo Peñeñory cuestionó la atención brindada por el Hospital Interzonal.

Aunque la causa está caratulada como homicidio doloso, no se descarta que pueda modificarse. Una de las posibilidades es que se incorpore la figura preterintencional con penas que van de 1 a 3 años de prisión o de 3 a 6 de reclusión, a diferencia del homicidio simple que va de 8 a 25 años.

El homicidio preterintencional se configura cuando el homicida busca provocar un daño en el cuerpo o en la salud, y le produce la muerte a alguna persona, con un medio empleado que no debía razonablemente ocasionar la muerte.

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