La escena parecía sacada de una película de terror: una mujer de 29 años se presentó en la comisaría de Otamendi en estado de shock, manchada de sangre y con un hacha con la que había atacado salvajemente a su madre y a su propio hijo, un niño de 10 años.

El hecho ocurrió el pasado sábado a la madrugada en una casa ubicada en Salta al 300, de la localidad de Otamendi. Allí dormí una mujer de 60 años cuando, repentinamente, fue atacada por su hija con un hacha. La víctima intentó defenderse con sus manos, con la que frenó la embestida.

En ese contexto, el hijo de la agresora, un niño de 10 años, se interpuso entre su madre y su abuela y trató de frenar a la mujer, que también lo atacó y le provocó diversas heridas.

El niño logró escapar y salió a la calle al grito de “mi mamá mató a mi abuela, mi mamá mató a mi abuela”.

Un llamado al 911 alertó de la situación a la policía, que inmediatamente fue hasta el lugar y al llegar encontró a la víctima, de 60 años gravemente herida, con marcas en las manos y brazos de haberse defendido y al niño, en estado de shock y levemente herido.

La mujer de 60 años fue trasladada al hospital de Miramar mientras que el chico al Materno Infantil de Mar del Plata, donde aún se encuentran internados fuera de peligro.

Pocos minutos luego del ataque, la mujer fue hasta la comisaría de Otamendi. Los policías dijeron que estaba en estado de shock, como perdida. Todavía portaba el hacha y estaba manchada con la sangre de su madre y su propio hijo.

El mismo sábado, el fiscal Ramiro Anchou la citó a la mujer para tomar declaración, pero se negó a dar una versión de los hechos y si bien parecía que entendía la criminalidad de sus actos, desde la Justicia de Garantías ordenaron que se le realizara un examen psiquiátrico en el Hospital Interzonal.

De esta manera, la imputada de dos casos de homicidio agravado por el vínculo en grado de tentativa quedó internada -y detenida- el el área de salud mental del Hospital Interzonal.