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La Ciudad 30 de noviembre de 2018

Una norma que Arroyo ideó en su casa y que ahora debe ser fundamentada ante la Justicia

Según contó el intendente, el decreto que prohíbe el consumo de alcohol al conducir fue redactado por él mismo un sábado a la mañana.

Control de alcoholemia en la ciudad.

Pocos días después de que se comenzara a aplicar el decreto de tolerancia cero de alcohol al conducir, el intendente Carlos Arroyo se ocupó de revelar cuál fue el proceso que posibilitó que Mar del Plata se constituyera en la primera ciudad de la provincia de Buenos Aires en contar con una norma municipal de este estilo.

“Lo hice yo solo, solo, solo un sábado a la mañana”, se enorgulleció el jefe comunal durante una de sus habituales entrevistas en Radio Brisas.

Ahora no se sabe si ante el pedido de la Suprema Corte para que la Municipalidad se expida sobre la eventual “inconstitucionalidad” del decreto 19809/18 la comuna exaltará o no las circunstancias que dieron origen a esta prohibición.

Tras haber redactado el texto en su vivienda del barrio Don Bosco, el intendente instruyó a sus funcionarios para que se lo aplicara de inmediato.

Por esa razón su publicación en el Boletín Oficial del lunes 24 de septiembre tomó a muchos por sorpresa. “Yo soy el único responsable de este decreto”, remarcó el intendente cuando se lo confrontó con los cuestionamientos que surgieron sobre su legalidad, uno de ellos, realizado por el presidente de la Asociación de la Justicia Municipal de Faltas, Carlos Rey.

La fecha en la cual fue adoptada la medida podría explicar en parte las razones por las que su implementación surgió de un decreto del Ejecutivo, cuando los concejales ya tenían en tratamiento una iniciativa similar.

Por aquellos días el Concejo Deliberante se encontraba paralizado a causa de una retención de tareas de su personal, debido a la resistencia del secretario de Economía y Hacienda, Hernán Mourelle, a aceptar el reencasillamiento de algunos de sus trabajadores.

“Tomate vacaciones, el Concejo no va a funcionar durante bastante tiempo”, le había sugerido Mourelle a un concejal de Cambiemos cuando intercedió para intentar superar el conflicto.

En ese contexto, en el entorno del jefe comunal había quienes sugerían que el gobierno debía demostrar ‘capacidad’ para garantizar el funcionamiento del municipio, aún cuando el Concejo se mantuviera prácticamente paralizado.

Tal vez por eso y tal y como sucedió con el de tolerancia cero, por aquellos días surgieron otros decretos.
Uno de ellos fue el que dispuso recortar las remuneraciones de los docentes municipales aplicando una rebaja en sus bonificaciones.

Al hablar sobre cómo ideó el decreto de tolerancia cero ante la prensa el intendente explicó: “En primer lugar me adhiero a la Ley Nacional de Tránsito, con lo que cubro cualquier aspecto legal, porque estoy aplicando en el fondo una ley nacional”.

Y en el segundo lugar “digo que regirá hasta tanto el Concejo Deliberante dicte la ordenanza”, señaló al reconocer que los concejales tenían -y aún tienen- en tratamiento un proyecto similar.
Ese expediente, impulsado por el propio Ejecutivo, se encuentra en la comisión de Calidad de Vida desde el 3 de julio de este año.

Lo llamativo es que el proyecto de ordenanza difiere en muchos aspectos del decreto que el intendente redactó en su casa.

Mientras que la propuesta en debate establece únicamente la prohibición de conducir “cualquier tipo y especie de vehículo o medio de transporte, con una graduación de alcohol superior a cero” el decreto de Arroyo también comprende al “consumo de estupefacientes y/o psicotrópicos y/o cualquier otra sustancia que disminuya la aptitud para conducir”.

Y esa no es la única divergencia entre uno y otro texto, ya que mientras que el proyecto de ordenanza en trámite determina una pena única para los infractores, el decreto del jefe comunal aplica diferentes sanciones, según los conductores tengan más o menos de 0,5 miligramos de alcohol en sangre.

Otro detalle curioso y para nada menor, surge del criterio con el cual Arroyo dijo que pretende hacer valer el cumplimiento de su decreto.

Aunque su norma establezca en cero los gramos permitidos de alcohol por litro de sangre, el jefe comunal sostuvo que aceptará casos de marcas de alcohol “mínimas”, como por ejemplo si el conductor “comió una ensalada con vinagre”.

“Los inspectores tienen instrucciones mías de tener en cuenta ese tipo de detalles”, indicó. Y agregó: “Mínimas cantidades no serían tomables en cuenta”. En ese sentido, “0,1% no es un problema” y “hay que aceptarlo”, dijo.