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Salud 14 de junio de 2019

Una pregunta puede salvar vidas: ¿Cómo está su hígado?

por Adrián Gadano

La Enfermedad Hepática Grasa no alcohólica (EHGNA) es conocida popularmente como “Hígado Graso” y afecta al 30% de la población mundial. Si no se diagnostica y controla, la enfermedad puede empeorar y traer graves consecuencias en la salud del paciente.

Hay enfermedades silenciosas cada vez más frecuentes a las que hay que presentarle mucha atención. Esta semana se conmemora el Día Internacional de la EsteatoHepatitis No Alcohólica (EHNA o NASH, por su sigla en inglés), y resulta fundamental tomar conciencia y conocer más acerca de esta enfermedad para evitar sus consecuencias.

La EsteatoHepatitis No Alcohólica es una forma de EHGNA que a menudo es “silenciosa” y la mayoría de las personas que lo padecen no lo saben. A largo plazo puede generar graves consecuencias en el paciente y, su causa no es el consumo excesivo de alcohol, sino el depósito excesivo de grasa en el hígado.

Es una enfermedad crónica, es decir que afecta a la salud en el transcurso de muchos años y suele darse en personas de mediana edad, más especialmente en mayores de 50 años, con obesidad o sobrepeso. Además, tienen mayor probabilidad de padecer EHNA, los pacientes con diabetes de tipo 2, colesterol o triglicéridos altos, o con una combinación de estos problemas de salud conocida como “síndrome metabólico”. Sin embargo, también puede afectar a personas de aspecto saludable con peso normal, e incluso puede presentarse en niños. Tengamos en cuenta que nuestro país lidera la tasa de obesidad infantil en Latinoamérica.

En cuanto al diagnóstico de la EHNA, en la primera etapa de la enfermedad, es posible que el paciente presente pocos o ningún síntoma. Puede aparecer grasa en el hígado en una ecografía abdominal o una leve alteración en los análisis de sangre en un examen de rutina. En etapas más avanzadas, la persona puede sentir cansancio, debilidad e incluso pérdida de peso. En general, el diagnóstico de EHNA se confirma con una biopsia hepática. A grandes rasgos, podemos afirmar que la EHNA podría sospecharse en pacientes con pruebas anormales de la función hepática y sin motivos obvios para una enfermedad del hígado. Algunas veces, las ecografías o resonancias magnéticas realizadas por otros motivos muestran un agrandamiento del hígado o detectan la presencia de grasa.

Como se trata de una enfermedad desconocida por la mayoría de la población, es fundamental tomar conciencia y entender que puede transformarse en una enfermedad grave, pero controlable, llevando hábitos de vida y alimentación saludables. Si no se controla puede empeorar, causar lesiones y cicatrices en el hígado; y con el tiempo este órgano puede fallar en su funcionamiento, incluso puede degenerar en un cáncer de hígado o necesitar imperiosamente un trasplante hepático para evitar la muerte del paciente.

Actualmente, esta enfermedad se encuentra entre las primeras causas de trasplante hepático en Argentina y en el mundo. Por eso, es clave tener en cuenta que la EHNA existe, preguntarse ¿cómo está mi hígado?, consultarlo con su médico y, si se diagnostica, consultar con un especialista para realizar un tratamiento basado en hábitos saludables.

Es recomendable hablar con su médico de cabecera y respetar ciertos factores importantes para evitar o sobrellevar de la mejor manera la enfermedad. Entre ellos se encuentran: mantener un peso saludable, seguir una dieta equilibrada, con bajo contenido de azúcar y grasas saturadas, aumentar o reforzar el ejercicio aeróbico, evitar las bebidas alcohólicas y chequear con su médico los medicamentos que está usando para reducir el posible esfuerzo del hígado. A su vez, disminuir el peso dentro de un intervalo saludable, puede ayudar a evitar que la EHNA se agrave y podría incluso revertir la enfermedad. Actualmente no hay un tratamiento farmacológico específico aprobado, pero en el mundo, como también en nuestro país se están llevando a cabo investigaciones de nuevas drogas para tratarla.

Como profesional de la salud vuelvo a resaltar la importancia de hablar del tema, porque hacerse la pregunta correcta, salva vidas. Se trata de una tarea ardua pero efectiva, cuantas más personas conozcan que esta enfermedad existe, más posibilidades hay de que cambien sus hábitos y eviten las consecuencias graves que apareja tener un hígado graso.

Ante la duda, consulte a su médico.

(*): Jefe de la Sección de Hepatología y del Departamento de Investigación del Hospital Italiano de Buenos Aires.