CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
Interés general 17 de agosto de 2023

Una problemática que crece: los pibes “adictos” a las apuestas online y la necesidad de concientizar

Todos los entretelones de lo que es noticia en Mar del Plata.

Luego de varios días de análisis de los resultados electorales del domingo, los comentarios seguían circulando en las peñas de amigos, asados y encuentros entre marplatenses, aunque matizados con otras cuestiones. Justamente, en concurrida cena en el Bosque Peralta Ramos -celebración del cumpleaños 50 del dueño de casa, empresario del rubro textil- se arrancó con las PASO, pero para “gastar” a amigo que se demoraba en llegar y que había protagonizado una nota de color el domingo, según él mismo confesó. En su momento, realizó el cambio de domicilio de Mar del Plata a General Vidal para tramitar el registro de conducir -algo que han hecho centenares de marplatenses- y, en consecuencia, debió trasladarse hasta Pirán para emitir su voto. “Se llevó la boleta en el bolsillo para no meter la pata y recién cuando volvió a la noche a Mar del Plata se dio cuenta de que había votado a un candidato de acá, por lo que su voto fue anulado”, relató sonriendo el agasajado.

 

 

Hubo muchas mujeres en esa cena, en la que irrumpió también el tema de las apuestas online a partir de lo comentado por una profesora en Letras de escuela secundaria de Mar del Plata. “Hay problemas con muchos chicos que se entusiasman apostando a través del teléfono. Supe, por los padre de uno de ellos, que prácticamente se había hecho adicto a las apuestas online, endeudándose en más de 300 mil pesos en dos semanas”, relataba. Lo que sorprendió es que varias de las presentes conocían historias similares, según se pudo escuchar. Lo cierto es que desde hace un tiempo distintos sectores advierten la proliferación de plataformas de apuestas virtuales, en paralelo al incremento de su presencia en medios, áreas de entretenimiento e incluso como sponsors principales de instituciones. Particularmente, su presencia en plataformas y entretenimientos consumidas por adolescentes tuvo su correlato en su utilización, con el riesgo que eso conlleva de hacerlo de manera compulsiva. Cada vez son más los adolescentes que se vinculan al mundo de las apuestas. Y cada vez es mayor la preocupación que despierta ese vínculo.

 

Ya son muchas las alertas en todo el mundo. Los especialistas y las instituciones vinculadas al tema advierten cada vez más sobre los peligros que trae la adicción a las apuestas. Y más aún en un contexto donde la tecnología y la accesibilidad le abren las puertas a apostadores cada vez más jóvenes. La ludopatía se está convirtiendo lenta pero firmemente en una problemática social en la Argentina y los políticos recién ahora están tomando nota. Debe resaltarse, en ese marco, que desde la oposición del Concejo Deliberante propusieron que la Municipalidad se ponga al frente de una campaña de prevención dirigida puntualmente a los adolescentes y coordinada por la Subsecretaría de Comunicación en conjunto a la Secretaría de Educación.

 

 

Como se publicara en LA CAPITAL, el proyecto fue presentado por la concejal de Unión por la Patria Mariana Cuesta, quien expresó que la pandemia contribuyó en gran medida al avance de las plataformas tecnológicas y la transformación de hábitos digitales, haciendo que las apuestas online sean más accesibles incluso a un público particularmente joven. Según el proyecto de ordenanza, la campaña debe incluir difusión de material sobre los riesgos y consecuencias del juego compulsivo online, realizar charlas y talleres en escuelas del ámbito municipal, articulación con organizaciones locales sobre ludopatía y salud mental, y promoción de alternativas saludables y recreativas para los más jóvenes. En tanto, desde la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires advierten que particularmente los sitios de apuestas deportivas lograron instalarse en el mercado local -en un contexto de digitalización y crisis económica- y también captar la atención de jóvenes que, además de consumir transmisiones deportivas, encuentran la posibilidad de ganar dinero, creándose cuentas en las plataformas y apostando a un gran abanico de posibilidades. Así, desde la Defensoría advirtieron en los últimos meses por la aparición de consultas vinculadas al juego compulsivo y especialmente entre los jóvenes.

 

De acuerdo al último informe de relevancia denominado “Global Online Glambing Markets-Previsiones de 2022 a 2027”, el espacio del azar online se ensancha y “el número de personas que participa está aumentando a un ritmo considerable”. Según este trabajo, el mercado de apuestas en línea terminó en 2020 con un valor de 65.316 millones de dólares; mientras que hacia 2027, se prevé que experimente una tasa de crecimiento anual del 10 por ciento. En los próximos cinco años, se acercará a los 130 mil millones de dólares. La tendencia en alza se consolida, ya que de acuerdo a la American Gaming Association, para 2018 ya existían 2.800 sitios activos online con juegos como póker, lotería y bingo y, en 2023, dicha cifra se revela mucho mayor. “Si el mercado crece, hay que tener en cuenta que detrás de cada apuesta hay personas. El problema, precisamente, es que lo que muchas veces comienza como un juego y como una actividad intrascendente culmina por ser problemática en la vida de los individuos”, confiaba la profesora, visiblemente preocupada por la situación.

“Los pibes se entusiasman, aciertan una vez, ganan algo de plata y vuelven a la carga hasta que al final empiezan a perder y en el intento por recuperarse terminan haciendo un desastre con la tarjeta de crédito. A veces perdemos noción de que ese telefonito que manejan puede convertirse en un arma”, consignaba el propietario de una estación de servicio, interviniendo en la interesante charla. Es que si bien en todo caso se recomienda el clásico “Jugar con moderación”, la advertencia es tramposa, en la medida en que al mismo tiempo se estimula lo contrario. En efecto, a los usuarios se les facilitan absolutamente todos los medios de pago: tarjetas de débito, crédito, transferencia bancaria y billeteras digitales. Todos los canales a disposición y muy pocos controles. “El uso compulsivo del celular y la relación que tenemos con la tecnología se potencia y se mezcla con las apuestas online. Hoy son sponsors oficiales de los principales acontecimientos deportivos y muchos referentes internacionales promocionan esta actividad. El apostador, a diferencia del consumidor de drogas, por ejemplo, tiene una conciencia de la enfermedad muy distinta, con lo cual es muy difícil que llegue a una consulta. Estamos a las puertas de una situación dramática”, refería pocas horas después el médico psiquiatra Federico Pavlovsky.

 

Una cosa es prohibir los cajeros automáticos en los bingos y las casas de apuestas y otra muy diferente es contar con la posibilidad de dilapidar todo el dinero a través de una cuenta bancaria que se administra desde el propio celular. En esta línea, continúa Pavlovsky: “Las apuestas online constituyen un camino directo, legal y promocionado al consumo compulsivo. Desde mi perspectiva, este fenómeno tendrá consecuencias que todavía no podemos ver, sobre todo, porque a diferencia de otras problemáticas vinculadas, esto es inmediato. Con hacer dos clics ya estás apostando”, resaltó. Mientras tanto, en café cercano a la Municipalidad, y en reunión con la directora de una escuela y una de sus colaboradoras, la concejal Mariana Cuesta insistía con que se trata de una problemática que está creciendo. “No podemos mirar para otro lado. El 80% de los casinos en línea que existen son clandestinos y el control sobre quiénes acceden es nulo. Por eso hay cada vez más chicos apostando”, explicó.

 


Cuesta remarcó que en los últimos años, a partir del avance de las plataformas tecnológicas y la falta de control, cada vez más adolescentes se vuelcan al mundo de las apuestas online. En su proyecto, citó a Jimena Golender, titular de la Fundación de Ludopatía Infanto Juvenil (Finju), quien sostuvo que “en los últimos años se registró un aumento de casos” de este tipo. “Se está disfrazando primero el tema de los videojuegos con ludopatía adulta, después se disfrazó con ludopatía infantil-juvenil y ahora está creciendo todo este fenómeno que genera el casino online”, agregó Golender. La concejal mencionó que algunos países ya implementan programas de prevención de la ciberludopatía infantil e impulsan regulaciones y marcos normativos a este tipo de plataformas. También mencionó el caso de la Ciudad de Córdoba que a través de una ordenanza se excluyó de la ley provincial que autoriza los juegos online. “Es necesario que el municipio y el Concejo Deliberante tomemos consciencia del problema que enfrentan nuestros chicos y chicas y adoptemos las medidas correspondientes”, insistió. Cabe destacar que en la web proliferan sitios de apuestas clandestinas al tiempo que también crecen los “cajeros” y los que quieren serlo…

 

Esas apuestas ilegales funcionan desde plataformas que no están registradas en el país y mueven cifras millonarias. Es que las apuestas online en la Argentina generan ingresos por 2.400 millones de dólares, aunque operar juegos de azar de manera oculta puede significar entre tres y seis años de cárcel, se consignaba en un artículo de Perfil. En este contexto, cada vez más personas quieren ser “cajeros”, es decir, los encargados de canjear fichas por dinero, entre los apostadores una “changuita” que surgió en la pandemia y que se extendió como un rebusque informal. Si un usuario empieza a trabajar como “cajero” en un casino online, se transforma en el intermediario que recibe el dinero de los apostadores y lo cambia por fichas en algunas de las decenas de plataformas de juego. Un “pasamanos” por el que cobran una comisión, aunque esto les exige dos cosas: estar disponible casi las 24 horas y reclutar cada vez más apostadores. Un negocio sencillo pero intenso, que cada semana crece por el boca en boca y que hoy es una salida laboral. Para ello, solo hace falta apenas un celular con internet, cuentas en bancos digitales y mucha perseverancia. En Mar del Plata ya hay numerosos “cajeros”, algunos de los cuales están ganando cifras de dinero más que importantes.

 

 

Quienes lo ofrecen lo venden como un emprendimiento para trabajar desde casa, en el que se puede generar hasta 600.000 pesos mensuales. Los jugadores se buscan por estados de WhatsApp y perfiles de Instagram. Claro que estos “cajeros” lo que no cuentan es que se trata de un “negocio ilegal” y que nunca se sabe quién juega. Las cargas son a partir de 500 pesos y las apuestas en las máquinas arrancan desde los 2 pesos. El sueldo depende de las ventas y de la cantidad de premios a entregar. «Yo tengo quincenas altas y otras no tanto, pero por la cantidad de premios que van saliendo en el medio. En esta quincena saqué $ 220.000 pesos. Al mes puedo llegar a sacar $ 440.000 pesos o un poquito más, dependiendo las ventas que tenga en ese período”, revelaba Mariana, en diálogo con el portal AG Noticias, donde confesó que trabaja como cajera de apuestas online en tres plataformas diferentes, en turnos de hasta 14 horas.

 

Su rol consta en conseguir clientes y cargar fichas. El procedimiento para cargar fichas consiste en que los usuarios la contacten a través de WhatsApp, ella les da un alias para transferencias y una vez que envíen el comprobante, les da acceso a través de un link a la plataforma donde les carga las fichas compradas. “Ellos entran al link de una página web porque no hay que descargar ninguna aplicación. Ingresan en ese link, poniéndole el usuario y la contraseña que se les brinda en el momento que ellos elijan jugar. En caso de que ganen, me tienen que hablar en un horario porque yo manejo un cronograma de retiros y de pagos. Ellos me tienen que hablar en ese horario para que yo les pueda retirar las fichas y aguantarles el premio. Los ganadores recibirán una transferencia electrónica”, reveló Mariana. Una actividad ilegal que crece y prolifera y que, por ahora, no irrumpió en las páginas policiales de los diarios.