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Unión, con fuerza interior

Se impuso 78 a 70 en la segunda final y sigue el suspenso. El campeón no se rinde. Se potenció con el regreso de Barovero y fue más sólido cerca del canasto para vencer y recuperar la ventaja de cancha. El tercer cotejo se jugaría el viernes.

por Sebastián Arana

Unión le dio una vuelta de tuerca a la serie final del Torneo Preparación de primera división, Copa OAM, que ahora está en llamas. Con el regreso de Alejo Barovero y un buen partido de Alejo Meire, recuperó su mejor nivel y se impuso 78 a 70 a Peñarol en un partido parejo para forzar el “bueno”. El tercer y decisivo cotejo se jugaría el viernes a las 21.10.

Unión entró decidido a llevar la serie a un tercer encuentro. Y jugó un primer cuarto de alto nivel. Lo rubricó un triple de once metros de Alejo Meire para llevar la ventaja a una máxima de catorce puntos: 27-13. Antes había establecido diferencias manejando todas las variables del ataque. Contraataque de la mano de Mateo, tiro abierto con Meire y presencia en el poste con Abbadie, primero, y luego con Barovero.

Pero los de De Paz dejaron de insistir en el arranque del segundo parcial con las habilitaciones a los internos. Y un Peñarol con mayores energías llevó el desarrollo del partido a un terreno favorable. De movida, en dos minutos, un parcial de 7-0 liderado por cinco puntos de Valentinuzzi lo puso en partido. Luego, con el superior aporte de sus relevos y una defensa presionante, continuó con su trabajo de desgaste y logró pasar al frente (38-37) a la hora de ir al descanso.

El tercer cuarto fue de paridad. De Paz, por primera vez en el partido, puso juntos a Abbadie y Barovero en un intento por recuperar el poderío interior perdido. Y Meire, como al comienzo, los apoyó con sus lanzamientos externos. El conjunto local, por su parte, sostuvo la mínima luz con sus corridas y sus cortes por el fondo de cancha.

La pulseada se mantuvo indecisa medio cuarto más. Pero Unión lo jugó siempre con más cabeza y jugó a atacar el aro y provocar faltas. Un triple de Andrés Mateo, importante en el cierre, le abrió el camino. Y la eficacia con la que sus compañeros fueron a la línea -especialmente Barovero y el pibe Agustín Jara- hicieron el resto.

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