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La Ciudad 21 de julio de 2020

Uno de cada cuatro marplatenses recibió aportes del Estado nacional

Un total de 157.296 personas recibieron durante la pandemia el IFE o el ATP, más de la mitad de la población en edad laboral de la ciudad. Lideran la lista de los beneficiarios los trabajadores informales y desocupados. El gobierno analiza un nuevo programa de asistencia para después de agosto.

Durante la pandemia por el coronavirus, uno de cada cuatro marplatenses recibió aportes económicos por parte del Estado, ya sea a través de los $10.000 del Ingreso Familiar por Emergencia o percibiendo la mitad de su salario, en el marco del programa de Asistencia al Trabajo y la Producción.

El dato, confirmado a LA CAPITAL por el director regional de Anses, Pablo Obeid, implica un total de 157.296 beneficiarios, cifra que representa más de la mitad de las personas en edad laboral en la ciudad, que ronda las 314.000, según el Indec. El número también se acerca al 25% del total de la población (unos 604.000 habitantes).

El alcance de los programas puestos en marcha por el Gobierno nacional para paliar la crisis económica ocasionada por la pandemia refleja un importante alcance a nivel local: del total de beneficiarios, 117.050 cobraron el IFE, mientras que unos 40.246 empleados tuvieron garantizado el 50% de su salario con el ATP.

El desglose del dato de la IFE permite incluso tener una idea más acabada de quiénes fueron los principales destinatarios, así como el déficit de ingresos que ocasionó en los hogares de los marplatenses la paralización económica.

Así, la lista de quienes no contaban con otros ingresos y fueron autorizados a cobrar los $10.000 mensuales es encabezada por los trabajadores informales o desocupados (68.453 personas), que representan el 58% del total.

Los siguen los beneficiarios de la AUH (27.845), los monotributistas de las categorías más bajas (17.125), el personal de servicio doméstico (2.058) y jóvenes que acceden al plan educativo Progresar (1.569).

En términos de desembolso de dinero, el IFE y el ATP para Mar del Plata y Batán implica la inyección por parte del Gobierno nacional de un total mensual de más $1.950 millones. A ese número también habría que agregarle los $17 millones que implica el bono al personal de salud.

El esfuerzo fiscal es enorme y el objetivo uno solo: contener a la inmensa masa de personas que vieron la economía de su hogar afectada en un contexto de emergencia sanitaria.

Después de agosto

En línea con lo anunciado por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, Pablo Obeid aseguró que el tercer pago del IFE -que a nivel nacional alcanza a 9 millones de personas- se abonará en agosto y que será el último aporte del Gobierno nacional para ese universo de personas, al menos en ese formato.

Las razones, asegura, son dos: por un lado destacó que desde un inicio el IFE se presentó como una medida “de emergencia” y, por otro, aseguró que las arcas nacionales no pueden sostener el programa en los niveles alcanzados en los últimos meses.

“De todas maneras vamos a seguir trabajando con una porción importante del universo que fue beneficiado con el IFE, pero seguramente en un nuevo formato con otros criterios”, señaló y aseguró que la planificación de este nuevo programa está en plena fase de debate.

En la discusión entra tanto un posible salario universal como un programa focalizado en aquellos a los que más les va a costar reactivarse.

De todas maneras, y teniendo en cuenta la crisis económica que atraviesa el país por la pandemia, el funcionario arriesgó que el nuevo programa será, al igual del IFE, de amplio alcance. “Yo creo que, al menos, más de 3 millones de personas van a terminar cubiertas de una manera sostenida después de agosto”, detalló. La cifra de beneficiarios en Mar del Plata dependerá del impacto de la pandemia en las próximas semanas.

En relación al ATP -que en la ciudad fue percibido por más del 21% de los trabajadores registrados-, Obeid fue menos categórico y dejó abierta la posibilidad de la continuidad de ese instrumento de asistencia económica. “El avance o no del ATP lo decide el Presidente y tiene que ver con cómo está la situación por la pandemia, la posibilidad que tiene el Estado de garantizarlo y lo que ese aporte genera en la economía nacional”, señaló.

Así y todo, Obeid apuntó a las “vulnerabilidades” que presenta el ATP en relación a las obligaciones de los empresarios.

“La debilidad del ATP es que tenemos muchos casos donde el empresario no paga el otro 50%. El objetivo era que el trabajador continúe cobrando y compartir ese peso con el privado desde el Estado, pero tenemos muchos casos donde el trabajador cobra injustamente la mitad”, señaló. Y agregó: “También tenemos casos donde declaran un sueldo mayor de los empleados, para que el 50% sea mayor, pero como nadie quiere perder el trabajo los trabajadores no lo denuncian de manera formal”.

Más allá de eso, el funcionario -que asumió en febrero, semanas antes de declarada la pandemia por el Covid-19- aseguró que el objetivo del organismo sigue siendo el mismo del primer día: “Acompañar a los argentinos y argentinas en esta emergencia sanitaria que estamos viviendo”.

— El desafío de mejorar la atención al beneficiario

La pandemia por el coronavirus llegó apenas unas semanas después de que Pablo Obeid asumiera como director regional. Su irrupción no sólo llevó a poner en marcha el trabajo remoto de los 429 empleados a su cargo, sino también múltiples operativos para el pago de los programas sociales, haberes previsionales y atención virtual de los beneficiarios.

Así y todo, Obeid asegura que trabaja todos los días por un objetivo para su gestión: mejorar la calidad de la atención.

“Cuando hablamos de Estado inteligente, decimos que es el que presta un buen servicio, que tiene que ser claro y simple”, señaló, al tiempo que aseguró que “la calidad de la atención es el gran desafío por el volumen y heterogeneidad del universo de personas que atendemos nosotros”.

Según indicó, hasta el momento llevan registrados 1.500 trámites semanales por la atención remota, “casi lo mismo que de manera presencial”. “Mucha gente tiene dificultad para hacerlo, pero muchas otras no. Yo pienso que es un formato que va a quedar, como ocurrió con el homebanking”, señaló.

“Si bien los programas tienen que ver con la política nacional, desde nuestro lugar podemos incidir en las formas de atención. Lo primero que estoy intentando desde el primer día es evitar que la gente circule, rebotando de un lugar a otro sin saber lo que tiene que hacer ni dónde”, señaló y aseguró que la clave será “la articulación con otros organismos e instituciones”.



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