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Arte y Espectáculos 29 de julio de 2018

“Uno se pierde en las pantallas del celular y las historias de Instagram”

El Cirque du Soleil ofrecerá una serie de espectáculos en Mar del Plata. En "Sép7imo Día", Totó Castiñeiras protagoniza un homenaje a la emblemática Sobredosis de TV.

Totó juega con la cámara y la pantalla, uno de los momentos más celebrados del show del Cirque Du Soleil.

“Es la mejor metáfora sobre la paranoia”, fue el comentario que recibió de un psicólogo que vio su actuación en “Sép7imo Día: No descansaré“. La celebrada intervención de Totó Castiñeiras en este nuevo show del Cirque Du Soleil es un homenaje a Sobredosis de TV, canción emblemática de Soda Stereo, aparecida en 1984, en el primer disco de la banda y tocada en todos los recitales del trío liderado por Gustavo Cerati.

Un personaje payasesco juega con una camarita y su imagen se reproduce en una pantalla gigante, ante su desconcierto. El personaje no sabe lo que ocurre, parece temerle al dispositivo pero ante él sucumbe, extasiado. La sorpresa del hombre frente a la máquina. La reminiscencia de los primeros videoclips de los `80, en los que también los músicos de Soda jugaban con una camarita. La admiración frente al cine.

Marplatense, Totó despertó al teatro en esta ciudad. Sus primeros trabajos como director fueron aquí. Luego, el Cirque Du Soleil se transformó en su escuela más completa. Desde 2004 viaja con diferentes propuestas, una de ellas “Quidam”, con la que llegó a escenarios del mundo.

Ahora, Totó se prepara para desembarcar en Mar del Plata por primera vez como payaso del famoso circo. A partir de este viernes, el Cirque Du Soleil ofrecerá una seguidilla de espectáculos desde el Polideportivo “Islas Malvinas”. Serán varias funciones diseminadas durante los días 3, 4, 5, 10 y 11 de agosto, en lo que ya se anticipa como uno de los acontecimientos culturales más importantes del año.

Aunque sabe que no será una visita de vacaciones, sino un desembarco laboral dentro de la apretada agenda de la compañía, Totó dice sentirse “contento”, sabe que éste no será un escenario más. “La gira es medio rock and roll, estamos tocando tantos lugares…”, asegura en una entrevista con LA CAPITAL.

– En los ’80, cuando apareció Sobredosis de TV, la tele era el aparato que generaba adicción. ¿Hoy por dónde pasa esa adicción?

– Por las pantallas, las pantallas del celular y las historias de Instagram, uno se pierde en eso y cuando te das cuenta decis ‘¿qué estoy haciendo…?’ Las redes sociales las uso sobre todo para promocionar mi trabajo, eso seguro, ahí es hiperpositivo, es la forma más a mano de promocionar tu laburo o los talleres. Y cada tanto cuando hago un viaje se me va la mano en Instagram, pero con cosas más cotidianas. Aunque muchas veces vivo sin ellas y eso te da cierta tranquilidad. Me imagino un poco más ocupado en otras cosas, es una locura toda la gente mirando la pantalla. Estar un par de días sin celular es darte cuenta de que todo el mundo está ahí y que uno no lo necesita tanto. Además, se arman debates (en las redes) que si la gente estuviese más activa en el día a día y no tan activa con las redes… está bien igual el debate ahí adentro, pero si estuviera menos estaría accionado, más en la acción.

– Tu intervención es muy tecnológica, jugás con las pantallas ¿cómo es?

– Me interesa esta rutina porque es algo muy artesanal, interactúo con una camarita chiquita y se eso se ve en una pantalla gigante. Es un trabajo que logró la gente de video del espectáculo. Lo que me interesa es esa humanidad que llega a la gente, la del actor interactuando con una camarita y poniéndose loco. Es la reformulación de un videoclip de la época de los ’80, es ese juego, lo austero de los videos de esa época, esa austeridad y esa riqueza en la que se veía todo, los gestos, los actores, los músicos, la cámara poniéndose en diagonal. Evoca esos videos. Aparecer adentro de la televisión, de la pantalla, es como una empatía, tiene que ver con la interación que tenemos cuando vemos un noticiero o un partido de fútbol, a veces discutimos con la televisón.

Totó

– ¿Qué asistencia recibiste de Charly Alberti y de Zeta Bosio?

– Ellos no trabajaron la creación conmigo específicamente. Están muy copados con el espectáculo, son excelentes espectadores de mi número, observan cómo evoluciona… Para armar el número vi una cantidad enorme de material de ellos. Videos en los que Cerati se acercaba y se alejaba de la cámara, como jugando, algo psicodélico. A partir de ahí se me dispararon ideas. En ese aspecto sí estuvieron aportando cosas.

– ¿Cómo fue tu relación con la música de Soda?

– Me encantaba Cerati, no sé si era seguidor. Llegué a fantasear en tratar de ubicarlo para que armara un tema para Finimondo (espectáculo unipersonal de Totó) cuando estaba en el Metropolitan. Pero justo se dio lo del accidente. Lo escuchaba mucho y a raíz de escucharlo llegué a Soda. Cuando empezó Soda yo era adolescente, tenía 15 años. Entonces no era de escuchar música en general, pero Soda era parte de la movida adolescente. Me acuerdo de las fiestas de 15 de mis compañeras de la secundaria y de escuchar esa música… lo relaciono directamente con eso. Es muy loco lo que pasa. Hace un año y pico que hacemos este show y la música de Soda la seguimos tarareando, tiene una poética, cierta psicodelia, una cosa atemporal, medio futurista. Es actual.