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La Ciudad 19 de mayo de 2019

Un anuncio que puede trastocarlo todo y que suma nuevas incógnitas

La decisión de Cristina Fernández de Kirchner de ser candidata a vicepresidenta de Alberto Fernández sacudió el tablero. Raverta buscó disimular su sorpresa. ¿Tiene más chances Pulti de ingresar al armado peronista? También enrosca el escenario oficialista. Fuerte respaldo del Gobierno a Montenegro.

Octubre de 2017. CFK en un acto en el barrio Malvinas Argentinas de Mar del Plata. Era candidata a senadora por Unidad Ciudadana.

Por Ramiro Melucci

El viernes, un día antes de que Cristina Fernández de Kirchner sacudiera el escenario político con el anuncio de que será candidata a vicepresidenta en una fórmula con Alberto Fernández, un grupo de radicales de Mar del Plata jugaba a las especulaciones electorales con un interrogante de cabecera: ¿qué sucedería si la ex presidenta no fuera candidata? Iba seguido de otra incógnita que podría tocarlos más de cerca: ¿mantendría Mauricio Macri su candidatura a la reelección?

Acaso aquel juego estuviera influenciado por las palabras que unos días antes había dejado caer, también como una bomba, el jefe de la UCR nacional, Alfredo Cornejo, al poner en duda la candidatura presidencial de Macri.

Conviene advertir, sin embargo, que desde la perspectiva oficialista la hipótesis no se cumplió: CFK no bajó ninguna candidatura; se subió a la fórmula presidencial. Esa es la primera lectura que hicieron en la Casa Rosada para mantener vivo el fantasma de su regreso. Impedir la vuelta al pasado seguirá siendo, por lo tanto, la bandera de Cambiemos.

A Fernanda Raverta, la única precandidata local que atesora una foto con la ex mandataria en este tiempo preelectoral, la tajante novedad la encontró organizando un encuentro programático en el Hotel 13 de Julio. La diputada nacional había iniciado su campaña con la convicción de que Cristina Kirchner sería candidata a presidenta. Ayer, sacudida por la noticia, hizo un esfuerzo por disimular la sensación de sorpresa que la rodeaba y enalteció el gesto de su líder política. Remarcó, además, el dato que compensó la revelación de que Cristina no será candidata a presidenta: al menos estará en la fórmula.

Alberto Fernández, el elegido por la ex mandataria, ya había emergido como el principal armador de ese espacio político. Su ahora compañera de fórmula lo llenó de elogios en la Feria del Libro, cuando presentó “Sinceramente”. Lo que nadie anticipó fue que más que su armador iba a ser su aspirante a presidente.

El ex jefe de gabinete era, justamente, uno de los hombres con los que negociaba el ex intendente Gustavo Pulti su posible desembarco en la boleta kirchnerista. ¿Este último movimiento le suma posibilidades? Es demasiado apresurado arriesgar una respuesta.

En el entorno de Raverta reconocían, hasta hace unas semanas, que Alberto Fernández representaba la única puerta entornada que tenía Pulti en el kirchnerismo. Pero después la consideraron cerrada tras un encuentro de Alberto con la diputada. Se desconoce si el nuevo rol del ex funcionario rompe el molde.

Pulti también se pronunció. No fue coincidencia que mencionara por Twitter que Argentina “se prepara para una nueva etapa” después de que Cristina formulara su anuncio por la misma red social. Es la primera vez que se aparta un milímetro de su campaña exclusivamente local.

Hay otra definición: Daniel Scioli ratificó su intención de competir en “una gran PASO”. ¿Tendría en ese caso un candidato a intendente propio? El último antecedente electoral data da 2015, cuando firmó con Pulti el “Acuerdo por Mar del Plata”.

En la semana, antes de subirse al ring electoral y cuando lo novedoso era la presencia de CFK en la sede del PJ, Alberto Fernández había comentado que no iba a parar hasta incluir a Massa en la unidad peronista. Ayer, en su primera reacción, el tigrense se mostró dispuesto al diálogo y mencionó que respeta a Alberto. La hipótesis de que Massa entre en la foto de un peronismo unido, como pidió el ex jefe de Gabinete, se refuerza después de lo de ayer.

Massa también podría ser otro de los animadores de la “gran PASO”. Así, el nombre de Ariel Ciano, su candidato para Mar del Plata, se inmiscuiría en la interna peronista. Todas las variantes están abiertas.

En el oficialismo aseguran que no se ha modificado la intención de Cristina de volver al poder. En el plano doméstico, lo más resonante sucedió en el local que abrió el diputado Guillermo Montenegro en avenida Colón 2010, donde a través de un video recibió el apoyo de Macri, de Vidal, de ministros nacionales y bonaerenses y de intendentes del PRO. Un respaldo contundente.

El comentario más llamativo (cómo iba a ser de otra manera) fue el de Elisa Carrió, que hizo votos por “recuperar Mar del Plata en serio”. Y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, elevó a Montenegro a la categoría de interlocutor sobre asuntos de gestión con la Casa Rosada cuando le reconoció que fue por su pedido que mandó Gendarmería a Mar del Plata.

El video es la ratificación de la candidatura de Montenegro. Es la constatación, además, de que el Gobierno no piensa delegar en un radical su estrategia en Mar del Plata. Mucho menos, claro, en el desgastado intendente Arroyo.