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La Ciudad 16 de mayo de 2017

Vecinos de Parque Independencia arreglan con fondos propios las calles del barrio

Vendieron rifas e intentaron reunir el dinero necesario para comenzar a realizar las obras que posibiliten el acceso a la zona. Denuncian "abandono" y "desidia" por parte del Estado.

En el cielo no hay ni una nube y el tímido sol matutino es el abrigo de los perros del barrio que, reposados sobre algún paredón descubierto, descansan de sus paseos diarios por el barrio Parque Independencia. Las personas, en tanto, están lejos de parecer relajadas. Con una habilidad sólo vista en los circos, hombres, mujeres y niños estiran sus brazos a la altura de los hombros y, con un equilibrio y concentración inquebrantable, intentan hacerse lugar entre el barro, los pozos y los microbasurales.

La situación se agrava cuando un automóvil aparece en escena y, ante la ausencia de veredas, comienza la competencia. Las maniobras para evitar que el piso del auto golpee los montículos de tierra que hacen de calle son casi nulas, por lo que, en general, el conductor prioriza el paso del peatón.

Superada la travesía, se llega a la avenida Jorge Newbery, esa frontera que nunca se animan a pasar colectivos, remises o ambulancias. Sin dejar de estar atentos a la llegada del micro, guardan sus zapatillas embarradas en una bolsa y se calzan un nuevo par. Esa última imagen se repetirá varias veces más a lo largo del recorrido que hizo LA CAPITAL, a pocos metros de los barrios privados Arenas Chico y Rumencó.

Según denuncia Alicia, la presidenta de la sociedad de fomento, el barrio no es área transitable para funcionarios de la Municipalidad, a quienes, aseguró, les manifestó en reiteradas ocasiones las problemáticas que afectan al sector. “Esto empezó meses antes de la gran inundación, cuando algunas lluvias comenzaron a deteriorar cada vez más las calles. Una vez llegado el temporal el panorama fue caótico.

Desidia

“Hasta el día de hoy no hay cómo entrar y no hay Municipalidad que se haga cargo”, aseguró a LA CAPITAL, mientras mostraba las fotos que supieron registrar en abril. Quien no tuviera en la memoria las impresionantes imágenes de esos días tan grises, confundiría las calles del barrio con un turbulento río.

Cansados de la “desidia”, los vecinos decidieron utilizar fondos propios para arreglar al menos la calle Fragata Sarmiento, arteria principal del barrio.

“Esta situación se replica en todo la zona, pero elegimos empezar por acá. Hicimos rifas, vendimos pollos y hasta hablamos con corralones para que colaboren donando material”, explicó, al tiempo que aseguró, una vez reunidos todos los recursos necesarios, se repartirán las tareas y comenzarán las obras. Sólo esperan la ayuda de empresas de contenedores.

“Hablamos con el Emvial, hablamos con Vialidad de la Provincia y entre ellos se pasan la pelota. En el medio quedamos nosotros, los vecinos”, señaló, resumiendo lo que, según indicó, fueron meses de reclamos.

Historia de reclamos

Alicia no esconde su tristeza al reconocer que el esfuerzo y el dinero bien podría estar destinándose a otras tareas en el barrio, que como tantos otros en las zonas periféricas de la ciudad, presentan una batería de necesidades irresueltas desde hace tiempo. Interrumpe el recorrido de LA CAPITAL, Rosa, una mujer que vive en el barrio hace casi 20 años que, indignada por el panorama actual, aseguró que “nunca vio una cosa semejante”.

“El barrio nunca fue lindo pero esto es terrible. No se puede caminar. Mi hija, por ejemplo, golpeó el auto en alguno de estos pozos y ahora tiene que pagar 20 mil pesos para un arreglo, es una locura”, señaló.

Horacio, otro de los vecinos de la calle Fragata Sarmiento se sumó al reclamo contra la inacción del municipio.
“Esto antes no pasaba. Por lo menos venían con las máquinas, nivelaban las calles. Ahora ni eso”, indicó.

“La situación en el barrio es muy grave. Los vecinos tienen que salir con otro calzado en una bolsa para no acudir a sus trabajos o a las entrevistas laborales sucios”, describió Alicia para demostrar cómo algo tan simple como intentar llegar a destino en iguales condiciones en las que uno salió de su casa, termina siendo un desafío en los barrios periféricos.

Los efectos de los barrios privados

A fines de abril, la sociedad de fomento había presentado en el Concejo Deliberante una carta solicitando que, al momento de evaluar la construcción del nuevo barrio privado Arenas Chico, tengan en cuenta los daños que ocasionó en Parque Independencia la creación de Arenas del Sur. Según indicó Alicia, cuando se dispuso el levantamiento del primer barrio privado, los camiones cargados de materiales de construcción utilizaban los accesos del barrio, destruyendo a su paso las calles y generando canaletas que terminaban inundando las viviendas ubicadas a la vera del camino. Ante la posibilidad de la habilitación de nuevas obras, decidió tomar cartas en el asunto.

“No nos oponemos a la construcción del barrio Arenas Chico pero sí pedimos que tengan en cuenta que la calle Transporte Bahía Thetis sea asfaltada en toda su extensión desde Jorge Newbery hasta el acceso del barrio ya que Arenas del Sur no lo cumplió”, reza en el documento presentado.

Además, solicitaron que “en el pluvial en la intersección de las calles Transporte Bahía Thetis y Transporte Bahía San Blas se efectúen obras según corresponda para que no se inunde ese sector de nuestro barrio”.

Alicia señaló que los responsables de construir Arenas del Sur “desviaron un afluente natural de un pluvial”, lo que provoca que, ante una jornada de lluvia, “las calles queden completamente anegadas”. A propósito de esto, recordó una conversación con autoridades de la construcción privada. “Lo irónico es que ellos construyeron una suerte de laguna artificial. Yo les dije: ‘Ustedes tienen patos nadando, yo tengo gente”.