Un certero disparo en la cabeza a modo de fusilamiento fue el causal de la muerte del hombre de 36 años frente a un “point” de drogas del barrio Coronel Dorrego.

La autopsia reveló que Walter Silguero tenía el cráneo destrozado por un único impacto de bala en la región parietal derecha. Peritos del Cuerpo Médico Forense recuperaron un plomo aunque ahora deberá peritarse para saber si se corresponde con el arma secuestrada a Agustín Juárez (25), el único detenido hasta el momento por el crimen.

El fiscal Fernando Berlingeri trabaja sobre una hipótesis en la que Juárez y Silguero tenían una mala relación desde hace bastante tiempo. Además el ataque sufrido por Silguero ocurrió delante de otras personas que habrían aportado descripciones coincidentes con la fisonomía de Juárez.

Agustín Juárez.

El hecho se produjo poco antes de las 7 de la mañana de este martes en Coronel Suárez al 2500, en un sector del barrio Coronel Dorrego conocido como “Villa Gascón”. Allí se encontraba Silguero a bordo de su motocicleta Yamaha Ybr 125, la cual estaba encendida, en marcha. Fue entonces cuando, según las averiguaciones de Berlingeri y la comisaría decimosegunda, se acercó Juárez y le disparó desde corta distancia.

El agresor se dio a la fuga y vecinos del lugar llamaron a la policía para asistir a Silguero. Sin embargo, cuando el personal policial llegó, la víctima estaba ya fallecida. El cráneo estaba destrozado y el cuerpo había caído sobre la motocicleta, la cual todavía estaba en marcha.

Testigos del crimen indicaron que el responsable era Juárez, un hombre con muchos antecedentes y que vivía en la misma cuadra. Así fue como horas más tarde, y a partir de una tarea minuciosa de búsqueda de la DDI y de la propia comisaría, Juárez fue localizado en la casa de un pariente en interceptado en Berutti y Amaya, una sector del barrio Florentino Ameghino. Juárez al ser detenido tenía una motocicleta Mondial sustraída poco antes.

Pero lo más importante es que en poder de Juárez los policías lograron secuestrar una pistola Taurus calibre 9 milímetros. Precisamente, el proyectil extraído del cráneo de Silguero tenía el tamaño de ese tipo de munición.