Arte y Espectáculos

Wali Iturriaga, íntimo con LA CAPITAL: “El escándalo no me suma”

El creador de los personajes "La Jenny" y "Juan Carlos", está disfrutando junto a su familia de su segunda temporada en Mar del Plata y presentándose con su nuevo espectáculo en el teatro Neptuno.

Wali Iturriaga no va casi a ningún lado sin su familia, su “cable a tierra”. Como cada noche que tiene función en el teatro Neptuno con “La Jenny, ¿Dónde está Juan Carlos?”, como en la gira por Estados Unidos en la que los llevó, por tandas, la visita a la redacción del diario LA CAPITAL no fue la excepción: Junto a Milagros -(Mity) su esposa- y sus cinco hijos Luisana, Martina, Milo, Valentino y Luna -la más pequeña, de solo un mes- llegó para una charla a fondo, en la que reconoció que el cuerpo le pasó factura por la intensidad de los últimos años, que le gustaría incorporar nuevos personajes, que entre sus objetivos de esta temporada está poder disfrutar un poco más de la ciudad y que le encantaría estar en la tele pero, no a costa de escándalos. “El escándalo no me suma”, confió el deportista, músico y actor que desde hace cinco años se sube casi sin descanso a las tablas, llena teatros y comparte más de 3 videos por día en sus redes sociales, donde acumula millones de seguidores.

A un año de su debut en la temporada marplatense, el regreso a Mar del Plata se dio luego de un 2023 intenso. “El cuerpo fue manifestando todo lo acumulado con la gira, la exposición, tantas cosas que van pasando, que son nuevas, tanta adrenalina, tantas emociones juntas. Pero fui buscando el equilibrio y siempre con el apoyo de un equipo enorme que trabaja atrás y la familia que me acompaña a todos lados, que es mi cable a tierra” confió Eduardo Beltrán, tal su nombre de nacimiento, en la charla con este medio.

A poco más de un mes del nacimiento de su quinta hija, consideró que ahora, también, entre sus objetivos, pone “disfrutar la vida”.

– Cómo se vuelve después del premio Revelación y de romper récords de público del año pasado?

– Es bastante difícil entre comillas porque uno se queda con la vara muy alta y yo soy súper competitivo. Veníamos con expectativas no tan altas, por lo que está pasando en el país, por la situación de la gente, por la economía. Tenemos un público súper amplio, súper popular y muy familiar. Hoy en día, es muy difícil para una familia de 4 pagar una entrada, pero la verdad que así y todo estamos igualando y algunos días superando lo del año pasado. Y este es un año mucho más competitivo también, porque está Fátima -Flores-, está Martín -Bossi-, es mucho más amplia la oferta.

– Cómo analizás la reacción del público? ¿Qué pasó en Estados Unidos?

– Lo que nos pasa con el público no deja de sorprenderme. Hay desde niños muy chiquitos -yo pienso que me deben ver como si fuera Barney, un señor grandote de colores-, hasta gente muy mayor que te dice ‘sos mi única alegría’.

Y lo de Estados Unidos fue algo que me sorprendió un montón porque teníamos interrogante. Pensamos que iba a ir gente de Argentina, Paraguay, Uruguay que es nuestro público más fuerte y la verdad que nos encontramos con que ese público estaba, pero había gente de todos lados, desde Nueva York de la zona de California, gran parte Latina, México, Colombia, Honduras, Venezuela. Eso me sorprendió.

– ¿Influye la interacción en las redes sociales, el tiempo que le dedicás a la gente a la salida del teatro? ¿La gente, tiene necesidad de expresarse?

– Totalmente es para mí igual. Mi carrera, si bien parece larguísima por la intensidad con que la vivo, es muy corta y lo que se vive en el teatro, fuera del teatro, alrededor del teatro con el público es hermoso porque, como vos decís, rompe esa barrera teatral, la gente se va a buscar una charla, a vivirlo de otra manera. Van con carteles, disfrazados.

A mí me gusta mucho el momento cuando salgo y estoy con la gente y me piden una foto y puedo hablar. Dedico mucho tiempo a eso, para mí es la parte más linda, la parte más natural. No me creo nada. Yo soy uno más. Yo lo disfruto y es la parte que más valora la gente.

Wali Iturriaga con su familia: Mity, su esposa y sus hijos Luisana, Martina, Milo, Valentino y Luna.

– Primero fue Cachilo pero Jenny y Juan Carlos fueron la puerta de entrada para esa relación, esa gran familia ampliada, que tenés con tu comunidad.

-Sí, yo creo que sí. Cachilo y los personajes que hacía antes fueron una puerta enorme para toda mi zona: Corrientes, Chaco, Misiones, Formosa y demás. Se generó ese vínculo muy extremo con la gente que con la Jenny y Juan Carlos se globalizó, pero obviamente tengo ganas de seguir mostrando un montón más de personajes, pero la demanda está muy fuerte en ellos.

– ¿Estás pensando, no en dejarlos de lado, pero en ofrecer una alternativa?

-Sí, sin duda, porque otra cosa que me pasa es que las redes sociales son hermosas y sirven para un montón de cosas, pero también te encasillan mucho. Con la Jenny me pasó algo que no pasa ni en el cine, ni en la tele, ni en ningún otro rubro: que se piense ‘Wali debe ser como la Jenny, debe vivir como la Jenny, debe pensar así, debe ser con su mujer así. Y la verdad que no tiene nada que ver con lo que yo soy. Por eso quiero ir explorando otras cosas.

Me capacité toda mi vida para mostrar otras cosas que sé hacer. Por eso trato de meter en el show mucha música, toco instrumentos, todo lo hago en vivo y lo hago real.

– ¿Creés que llegue el momento para que puedas hacer algo de televisión?

– Me encantaría. Yo tengo una cosa muy rara y lo voy a decir en el mejor sentido: Me crié viendo tele, tengo 41 años, o sea que que para mí la tele es súper importante y que me genera un montón de cosas en la mente, en el cuerpo, en el alma, pero a la vez veo que es el medio más difícil de llegar por mi forma de ser, porque lo que muestro, lamentablemente no interesa. Prendés la tele y lo único que están buscando qué problema hay, todo se termina volcando en una gran pelea. Es lo que vende, supongo, pero se pierde la esencia del trabajo, todo el esfuerzo toda la construcción que hay detrás de los personajes, del espectáculo, de la técnica, y creo que resta un montón.

– ¿Le escapás al escándalo?

– Sí, la verdad, el escándlo no me suma. Está totalmente fuera de mi esencia, de lo que yo quiero mostrar como persona. Sé que puede aburrir un poco para un programa que busca eso, decir que detrás del escenario somos una familia unida, que labura. Si tuviera que hacer lo otro tendría que ser totalmente fingido y no me saldría, no puedo.

– ¿Qué expectativas tenés para el resto del verano?

– Quiero que todo funcione bien, quiero estar siempre en el podio, no por demostrar nada a nadie, sino para fijarme metas, para seguir superándome con el equipo, porque yo soy el que doy la cara, pero sin todo el equipo sería imposible. Pero la verdad que en este momento lo único que pienso es disfrutar un poco más. El año pasado fue muy lindo y estuvimos primero, pero fue bastante estresante, agobiante, mucha locura. Me gustaría disfrutar un poco más Mar del Plata, salir con los chicos, vivir el momento del teatro con alegría, con esa esencia del comienzo, que no me importaba tanto el qué dirán ni quién me está viendo, ni en qué lugar porque todo eso te va como condicionando un poco. Me gustaría buscar el equilibrio.

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