Yeza: “Si lo de Milei no funciona, la Argentina puede entrar en una situación muy difícil”
El exintendente de Pinamar dijo, sobre el rumbo que plantea el gobierno de Javier Milei que “no está garantizado el éxito, pero es el camino que siguieron otros países que lograron salir”.
"Estamos probablemente en nuestro peor momento desde que nacimos como partido", aseguró Martín Yeza en relación al PRO.
Martín Yeza, exintendente de Pinamar, actual diputado nacional y uno de los referentes del PRO, pasó por Mesa Chica, el programa de streaming de Canal 8 y LA CAPITAL y dejó una serie de definiciones que se mueven entre la autocrítica y la reflexión estratégica. En una conversación sin edulcorantes, como él mismo reclamó, habló de la crisis del PRO, de la falta de renovación en la política y del agotamiento del sistema de representación.
Según Yeza, la dirigencia política argentina enfrenta una doble dificultad: por un lado, una hiperpolarización que se acentuó con el tiempo; por el otro, una ciudadanía cada vez más desconectada del debate público. “La polarización no es nueva -dijo-, pero hoy hay una agresividad mayor. A la vez, hay una parte creciente de la sociedad que ya no se interesa, que se corre. Y eso se ve en los números: este año ninguna elección provincial superó el 57% de participación. La gente valora votar, pero siente que nada cambia”.
En ese marco, Yeza planteó una imagen potente: “La política argentina compite por la atención contra las máquinas más sofisticadas del mundo. Netflix, por ejemplo, cuya competencia no es otra empresa, sino el sueño de la gente. Reed Hastings lo dijo: ‘Nuestra competencia es que la gente no duerma’. Y la política sigue peleándose entre sí”.
También se refirió a una “decadencia sostenida” de los indicadores sociales y económicos en las últimas tres décadas: “En educación estamos frente a una tragedia. Un informe reciente mostró que casi la mitad de los chicos de tercer grado no decodifican el código alfanumérico. No es que no entienden textos: no pueden escribir ‘mi mamá me mima’. Y eso atraviesa clases sociales. Es muy preocupante”.
Consultado por la situación del PRO, Yeza no esquivó la autocrítica. “Estamos probablemente en nuestro peor momento desde que nacimos como partido. Es raro, porque al mismo tiempo tenemos más representación institucional que nunca: tres gobernadores, intendentes clave como Guillermo Montenegro, una bancada importante en el Congreso. Pero estamos desordenados, sin rumbo. Y eso es insostenible”, admitió.
Comparó la situación interna del partido con una selección de fútbol desorganizada que se salvaba por Messi: “Durante años tuvimos buenos candidatos que tapaban los problemas. Pero cuando no aparece el gol de Messi, el vestuario en crisis no se disimula más. Hoy no tenemos esa figura salvadora, y lo que nos queda es encarar un proyecto serio de mediano y largo plazo. Sin eso, no hay salida”.
En esa línea, propuso pensar una reingeniería partidaria: “Hace 20 años fuimos el partido más moderno de la Argentina. Hoy ya no lo somos. Y tenemos la obligación de construir una fuerza capaz de resolver los cinco temas que la Argentina no logra resolver desde hace décadas: salud, educación, seguridad, transporte y basura. Esos son los verdaderos desafíos”, reconoció.
El rumbo económico
Yeza es uno de los dirigentes del PRO que expresa un respaldo explícito al rumbo económico del gobierno nacional. “Estoy convencido con lo que está intentando hacer Javier Milei. Cuando miré los procesos similares de desinflación, ves que países como Brasil o Israel tomaron decisiones parecidas en contextos también muy difíciles. Todos esos procesos arrancaron con equilibrio fiscal y un encarecimiento de la economía, que es parte de la transición”, detalló.
Sin embargo, advirtió que el éxito no está garantizado. “No existe la condena al éxito. Eso que nos decían a los que nacimos en el 86, con la frase de Duhalde: ‘Estamos condenados al éxito’. Falso. Hay que trabajar muchísimo. Y tampoco es verdad que ‘peor no podemos estar’. Sí, podemos. Y si esto no funciona, la situación puede volverse realmente muy difícil”.
Aun así, Yeza matiza: “El problema de la Argentina no son solo las ideas. El desafío es sostener esas ideas en el tiempo. Me obsesiona pensar cómo se construye un sistema que dura más que un mandato. Que no cambia cada cuatro años. Como en Chile, donde Boric dejó al ministro de Hacienda de Piñera. O en Brasil, donde Lula mantuvo al presidente del Banco Central de Bolsonaro. Eso es salud institucional”.
Sobre el rol de Mauricio Macri, Yeza fue enfático: “Mauricio ayuda, sin dudas. Lo fuimos a buscar para ordenar el desorden interno que nos dejaron los últimos candidatos presidenciales. Tanto Horacio Rodríguez Larreta como Patricia Bullrich perdieron y, en lugar de hacerse cargo, le echaron la culpa a todos los demás”.
Y remató con una comparación. “Tony Nadal, el tío de Rafa Nadal, contaba que una vez Rafa estaba jugando con la raqueta rota y ni se dio cuenta porque estaba acostumbrado a pensar que siempre la culpa era suya. Bueno, a mí me emociona esa actitud. En cambio, acá nunca escuchás a un político decir ‘me equivoqué’. Mauricio escribió dos libros sobre en qué se equivocó. Ojalá otro político pasara lo mismo algún día”.
En otro tramo de la entrevista con Mesa Chica, Yeza descartó cualquier intento de reflotar Juntos por el Cambio: “No entiendo qué problema real resuelve esa idea. Parece una solución para políticos, no para la gente. El riesgo es caer en esa lógica de responder preguntas que nadie se está haciendo”, indicó.
Yeza también abordó una de las tensiones centrales que atraviesa hoy al PRO: el dilema entre sostener una identidad partidaria o sumarse sin condiciones al proyecto libertario. Su postura es clara: “Yo hago lo que creo correcto para la Argentina. Pero reconozco que preservar cierta identidad partidaria también es valioso, porque ayuda a la salud democrática. Es un equilibrio delicado”.
Y cerró con una visión de largo plazo: “La verdadera prueba del rumbo económico no va a estar cuando gobierne la derecha, sino cuando le toque a alguien como Boric o Lula. Si ese rumbo se mantiene ahí, recién entonces vamos a saber si diseñamos algo sostenible”.
Al cierre de la entrevista, fue consultado por dos cuestiones personales. La primera, si volvería a ser intendente de Pinamar. La respuesta fue clara: no. “Yo fui un militante contra las reelecciones indefinidas, y por eso me presenté solo a una reelección. No tengo intención de volver a ser intendente”, afirmó.
La segunda, si podía mencionar a cinco personas de su generación -sin importar el partido político- con las que le gustaría trabajar en el futuro. La lista fue rápida y sincera: Soledad Martínez (intendenta de Vicente López), Ignacio Torres (gobernador de Chubut), y el tecnólogo Santiago Siri (“aunque no sea de la política tradicional, es alguien con quien me gustaría construir”), concluyó.
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