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Deportes 4 de mayo de 2024

Zeballos, íntimo: su viaje al pasado, la estrategia mental para consagrarse y una ilusión olímpica

"Las presiones de esta semana pocas veces las había sentido", dijo el flamante número uno del mundo en dobles en una entrevista exclusiva a LA CAPITAL. La electrizante combinación de emociones, sus pensamientos, los Juegos Olímpicos y más.

Por Marcelo Solari

En la tranquilidad de su casa en Buenos Aires, el marplatense Horacio Zeballos atraviesa el reposo del guerrero. Con recuperación incluida, ya que sesión de magneto terapia mediante, en pleno proceso de recuperación, dialoga con LA CAPITAL para profundizar sobre sus sensaciones personales como flamante número uno del mundo en dobles y, también, para todo lo que viene por delante.

“La lesión es una distensión importante en la pierna derecha. No llegó a ser desgarro, pero si seguía jugando, el riesgo era muy alto. El músculo está indefenso porque se rompió la capa que lo protege y el proceso de recuperación estimado es de 8 a 10 días”, explicó.

-La pregunta se impone. ¿Vas poder jugar el Masters 1000 de Roma?
-Todavía no lo sé. Dependerá de la evolución de las lesión en los próximos 3 o 4 días. Espero poder estar, pero no queremos arriesgar, porque la prioridad es llegar bien a Roland Garros.

-Volvamos unos días atrás. ¿Qué fue lo primero que se te pasó por la cabeza tras cerrar el partido ante Hugo Nys-Jan Zielinski en Madrid?
-Fue una locura. Primero y principal, desde el piso lo miré a mi entrenador (N. del R.: Alejandro Lombardo), porque quería corroborar. Y le hacía señas. “¿Somos número uno?”. Una vez que estuve 100% seguro, miré a mi mujer y mis hijos y fue un estallido de emociones y llanto. Indescriptible. Me acordé de todo el camino recorrido durante años. Los viajes, los sacrificios, los torneos. Se me vinieron a la mente los entrenamientos en el Edison Lawn Tenis con mi viejo, también la vez que quise largar todo y no seguir jugando, y millones de cosas e imágenes. Es muy difícil poder explicar todo lo que sentí.

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-¿Alguna vez pensaste que no se iba a dar?
-En ningún momento lo pensé. Al contrario, era una motivación muy fuerte luchar por el número uno. En un circuito cada vez mejor y más exigente, es fundamental tener una motivación así de fuerte para ganar partidos durísimos. Era muy difícil llegar y el objetivo será tratar de mantenernos ahí arriba.

-¿En qué momento se dieron cuenta de que podían llegar al “1”? ¿Fue cuando perdieron Matthew Ebden y Rohan Bopanna?
-Obviamente que cuando perdieron Ebeden y Boppana en primera ronda fue impactante, porque nos dimos cuenta de que teníamos la chance bien concreta. Pero yo traté de mantenerme al margen. No sabía exactamente hasta qué ronda teníamos que llegar. No quería pensar más. Fue un arduo trabajo fuera de la cancha, no meterme en las redes sociales, no contestar mensajes. Debo reconocer que las presiones de esta semana pocas veces las había sentido. Y a medida que iban pasando los partidos, era una posibilidad más clara. Fue muy importante hablarlo con Marcel (Granollers), su entrenador, que es su hermano, y Alejandro, antes de cada partido, después de los entrenamientos. Había que afrontar esos nervios y enfrentar la posibilidad, que estaba ahí. Teníamos que jugar con esa presión, no disimularla.

-¿Cómo fue la proyección de esa presión?
-En primera ronda no la sentí, tal vez porque todavía no habían perdido Ebden y Bopanna. En octavos, con los belgas Gille y Vliegen, sí. Pero fue clave reconocer que estaba esa presión y estuve bastante suelto. Me sentí orgulloso de poder lidiar con el partido, los rivales y la presión. Me fui liberando y traté de aferrarme a lo que me podía hacer bien: no dejar entrar pensamientos a mi cabeza. Y funcionó. Al día siguiente, contra Nys y Zielinski, me repetía todo el tiempo a mí mismo: “con la misma actitud que en el partido anterior. No permitas que nada te desenfoque”.

-Por lo que contás, fueron más méritos mentales que tenísticos…
-Sin dudas. Fue 100% mental. Un esfuerzo muy cansador y muy necesario también.

-¿Cómo fue es Match tie-break interminable en cuartos de final?
-Infartante. Por eso digo que fue todo mental, porque no tiene explicación tenística todo lo que pasó. Que uno de los rivales tuviera la espalda tan mal que tuvo que sacar de abajo; que nos pusimos 4-1 arriba con el saque y quedamos 4-7 abajo. Los match-points salvados. Una locura.

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-Seguramente tomarás en cuenta para ir o no a Roma que si no vas, podrían perder rápidamente ese número uno…
-Sí, por supuesto. Lo sabemos. No defendíamos nada en Madrid, pero ahora tendremos que reafirmar semifinales en Roma, final en Ginebra y semifinales en Roland Garros. Es una posibilidad. Pero tenemos muchos torneos por delante para recuperarlo y, de paso, sumar para volver a clasificar al Masters de fin de año.

-¿Te ves con posibilidades de ir a los Juegos Olímpicos?
-No es algo sencillo. Por supuesto que me encantaría ir, pero el capitán (N. del R.: Guillermo Coria) quiere llevar cuatro singlistas y el cupo por cada país es de seis tenistas. Quedarían dos lugares y estamos Máximo González, Andrés Molteni y yo, los tres en muy buen nivel. Pero ellos juegan juntos todo el año y es entendible que la decisión particular del capitán se incline por no romper esa química. Ojalá se dé. Compartir la Villa Olímpica con los mejores deportistas del mundo es algo maravilloso. Los Juegos son muy especiales. Yo viví algo similar en los Panamericanos de 2007, en Río de Janeiro (ganó la medalla de oro con Eduardo Schwank).