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Deportes 22 de abril de 2018

Anda bien del corazón y sigue soñando

Alvarado derrotó 3-1 a Chaco For Ever y clasificó. Llegó a ir perdiendo y tuvo que remontar una desventaja de dos goles en la eliminatoria. Pero mostró poder de reacción, la emparejó y la terminó haciendo suya con un gol de Albarracín en el último minuto.

Por Sebastián Arana

Alvarado, que perdía 1-0 y parecía contra las cuerdas, protagonizó un notable vuelco y terminó imponiéndose 3-1 a un pijotero Chaco For Ever para avanzar a la cuarta instancia de la Reválida del Torneo Federal A de fútbol. El equipo marplatense ahora enfrentará, comenzando como local, a Defensores de Belgrano de Villa Ramallo.

Treinta y dos minutos tardó Alvarado en soltar amarras. Los que mediaron entre el comienzo del partido y el gol de Chaco For Ever.

Antes asumió una iniciativa sin demasiada convicción y con menos profundidad. No pesó Erviti, no encontró su lugar Litre, casi nunca intentó por el lado de Molina y, por la derecha, Urquiza no terminó bien sus proyecciones.

Sólo la propia cautela de Chaco For Ever -jugó siempre pensando en el triunfo 2 a 1 de la ida- creaba la sensación de dominio local. Alvarado rodeaba la manzana visitante. Pero no encontraba la precisión para entrarle. Ni tampoco se llevaba por delante a su rival.

Hasta que a los 32′ apareció el peligroso Magno por la derecha, desbordó y envió un centro perfecto. Rivero se lanzó en palomita, anticipó a Rago y convirtió el primer gol.

Después de ese cachetazo, recién entonces, Alvarado se desmelenó. Ahí mostró poder de reacción. Y en cinco minutos generó todo lo que no hizo en más de media hora.

Casi convierte Litre, a los 34′, pura fe para ir a buscar un cierre lento de un zaguero rival y puntear la pelota cuando salía el arquero: salvó un rival sobre la línea. Un minuto más tarde, Mantia envió un centro y Erviti cabeceó alto.

La más clara fue a los 37’. Urquiza envió un centro, Susvielles lo bajó de cabeza para el ingreso de Erviti y Canuto tapó a los pies del zurdo.

Pero el propio Erviti pateó rápido el córner y el balón rebotó en la mano de Sciorilli. Nassier cobró el penal, discutido por los visitantes. Y Susvielles lo convirtió con una buena ejecución, cambiándole el palo a Canuto.

En el entretiempo, Giganti tomó la decisión de poner toda la carne en la parilla y mandó a Albarracín a la cancha. Susvielles pasó a jugar detrás del ex Unión y Erviti retrocedió al lugar de Riera, sustituido.

Alvarado ganó en profundidad con el ingreso de Albarracín. El ex Unión, a los 7′, tras un pelotazo largo de Mantia, tuvo una chance inmejorable, pero demoró mucho su remate y terminó desviándolo cuando enfrentaba a Canuto.

Cuatro minutos después, en cambio, Albarracín resolvió con mucha clase. Litre desbordó y sacó un centro bajo y potente. El ingresado controló, pisó el balón para hacer seguir de largo a un defensor rival y remató fuerte y arriba de zurda. Canuto salvó con un manotazo monumental, pero el rebote le quedó a Molina, quien convirtió con un zurdazo potente.

Había mucha tela por cortar todavía. A Chaco For Ever le costó asimilar el golpe. Cuando lo hizo, se adelantó, aunque sin demasiada profundidad.

Alvarado se tranquilizó. El ingreso de “Trapito” Ceballos por Erviti le agregó más pimienta a su ataque. Tanta que Giganti se asustó y, a los 26’, mandó a Caro a la cancha por Litre (¿?).

El conjunto local, de todos modos, tuvo sus chances. Susvielles tirado atrás, iniciador clarividente de muchos ataques, mostró que sí puede jugar junto a Albarracín. Canuto tuvo que exigirse para desviar un violento zurdazo de Molina y más tarde para detener con esfuerzo una media vuelta del propio “Coqui”.

Chaco For Ever, por su parte, pudo empatar con un cabezazo de Russo y con un remate de Villalba Fredes, ambos salvados por Rago.

El partido parecía ir a los penales. Hasta que a los 45’ Susvielles fue a buscar una pelota larga por izquierda. Nadie se mostró para una descarga. Entonces fue retrocediendo con el balón hasta hacerse un hueco y meter un buscapié al área. Albarracín, habilitado con lo justo, fue a buscarlo, sólo ante Canuto. Tuvo que patear tres veces para superar al buen arquero visitante, que tapó las dos primeras. Pero la última fue gol. Para asegurar el triunfo más festejado del torneo. Y la clasificación a una nueva instancia. El sueño por el ascenso sigue intacto.