CORRESPONSAL (BALCARCE)

“Una de las posibles y principales causas es la proliferación de cianobacterias del género Microcystis sp y Gomphosphaeria lacustris potenciales productoras de cianotoxinas neuro y hepatotóxicas. Estas microalgas aumentan su densidad con la combinación de exceso de nutrientes, altas temperaturas, y bajo nivel del espejo de agua dado por la mayor evaporación del verano, condiciones que reducen el oxígeno del agua. Por otra parte estas cianobacterias liberan diferentes toxinas que en altas concentraciones intoxican a los peces y producen su muerte”, así describió la situación la Dra. Mirta Menone, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnica (CONICET) y docente de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de Universidad Nacional de Mar del Plata.

La profesional aclaró a LA CAPITAL que no se hizo un estudio actualmente sino que los datos surgen debido a los antecedentes ocurridos en enero de 2001 y marzo de 2002, situación descripta en el libro Cuenca de Laguna La Brava Massone, principalmente pejerreyes.

“Durante los momentos de muestreos de aquellos episodios también se pudo detectar niveles anormales o elevados de amonio, nitrito y nitratos, que pueden resultar indicativos de un proceso de eutroficación por el excesivo aporte de nitrógeno al cuerpo de agua, atribuible a un aporte importante de fertilizantes que llegan a la laguna por escurrimiento desde las zonas de agricultura aledaña”, explicó la profesional.

Los datos fueron dados a conocer durante una conferencia realizada en la Municipalidad donde se trató de disipar dudas sobre la mortandad ocurrida entre febrero y marzo de este año.

El Ing. Pedro Platz, director de Gestión Ambiental del Municipio, la presidenta de la Comisión de Ecología y Medio Ambiente, Nélida Pose, y el presidente del Club de Pesca, Miguel Ángel Cassibba, acompañaron a la profesional en la presentación.

Precisamente, Cassibba fue quien manifestó que el espejo de agua se ve de un color verde concentrado que se ha repetido en las anteriores situaciones. Se espera que con las bajas temperaturas del invierno comience a disiparse ese color verde y con ello esas algas tóxicas comenzarán a morir y ello redundará en una disolución del oxígeno que posibilitará la vida.

El dirigente reconoció que no se sabe a ciencia cierta qué cantidad de peces podría estar vivo pero sí confirmó que en un torneo de pesca desarrollado en marzo debieron sortear los premios porque no hubo capturas, un hecho insólito que no se tiene memoria de que haya existido en otras épocas.

Con todos estos argumentos, las autoridades aconsejaron que mientras persistan las actuales condiciones en el ojo de agua no se realicen actividades deportivas y tampoco se consuman ejemplares que allí se encuentren.