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Arte y Espectáculos 14 de marzo de 2016

El Indio Solari hizo vibrar a un Tandil rebosante de ricoteros

Histórica "misa" con más de 150.000 fans

Pasadas las 21.15 del sábado, el ex vocalista de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota salió a escena en un gigantesco escenario montado en el predio del Hipódromo de la ciudad serrana de Tandil, donde más de 150.000 fans a viva voz cantaban “Indio, indio, indio”.
En un Tandil rebosante de ricoteros, el Indio Solari reconoció que sufre el mal de Parkinson: cuando su banda despachaba algunos acordes, Solari tomó el micrófono y dijo: “Anda circulando una versión de que estoy enfermo y es verdad, ‘Mr. Parkinson’ me está pisando los talones, pero acá estoy”.
El concierto también sirvió para que Solari presentara a la nueva base de su banda ahora conformada por Martín Carrizo en batería, Fernando Nale -ex Cerati- en bajo, además de Gaspar Benegas y Baltasar Comotto en guitarras, y Pablo Sbaraglia en teclados.
El recital se inicio con el clásico ricotero “Nuestro amo juega al esclavo”, al que siguieron “Pedía temas en la radio…”, “Porco Rex”, “Tatuaje” y el “Charro Chino”, estas últimas de su etapa solista.
La temperatura se elevó cuando Solari y su ajustada banda se despacharon con los clásicos de Patricio Rey “Esto es todo amigos”, “Gran Lady”, “Salando las heridas”, “Cruz Diablo”, donde se lucieron Benegas y Comotto. A “Ramas Desnudas” la banda la ensambló con “Ella baila con todos” y “El arte del buen comer”.
Luego Solari enganchó canciones de su repertorio “Todos los botes”, “Torito es muerto”, “Ceremonia durante la tormenta”, “A la Luz de la Luna”, a la que le siguieron los clásicos redondos “Las increíbles andanzas del Capitán Buscapina en Cybersiberia”, “Es hora de levantarse querido. Dormiste bien?” y “Barba azul vs amor letal”.
La euforia y la alegría de sus seguidores no dejó de hacerse sentir en ningún momento en medio de miles de banderas que flameaban bajo un viento fresco de 12 grados de temperatura. El público mostró nuevamente una lealtad a prueba de frío, incomodidades y largas distancias.
Sobrevolando a la multitud podían verse drones, algunos lanzados por la propia organización y otros por los fans, que fotografiaban la increíble geografía del lugar y el efecto constelación, con miles de pantallas de celulares encendidas. Muchas de esas fotos panorámicas hoy circulan por las redes sociales.