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La Ciudad 19 de junio de 2017

El mal clima no llegó a opacar los festejos por el Día del Padre

La lluvia no arruinó los planes de las familias marplatenses, quienes haciendo caso omiso al frío salieron a disfrutar de las alternativas que ofreció la ciudad. Los comerciantes, en tanto, aseguraron que vendieron "hasta último momento".

La imagen se repite todos los años. Cientos de familias copan los restaurantes de la ciudad para homenajear a los padres del grupo quienes, satisfechos, disfrutan de los beneficios de ser los protagonistas de la jornada. Regalos, festejos y demostraciones de afecto en un Día del Padre que estuvo gris pero no por eso perdió el color.

Las bajas temperaturas de las primeras horas del domingo y la tenue llovizna que comenzó a amenazar a media mañana bien podría haber echado por tierra cualquier pretensión de salir del resguardo del hogar, sin embargo, fueron varios los que hicieron caso omiso al clima y decidieron homenajear a los padres como estos merecían.
De hecho, algunos locales gastronómicos de la costa ya tenían completas sus reservas para el mediodía, dando cuenta que la vista al mar siempre es uno de los factores más elegidos a la hora del disfrute.

“Nunca pensamos en no venir, salimos a almorzar siempre”, comentó Pedro, en uno de los restaurantes de la zona de Playa Grande.

Por ser el mayor de los padres de la mesa ocupaba la cabecera, pero a su lado se encontraba Juan Manuel, su hijo, que “estrenaba” su día con la pequeña Antonia en brazos.

“Me regalaron una cámara de fotos”, indicó con una sonrisa el flamante papá, cuando el tema de los regalos tuvo lugar. Al ser consultada por la razón de la elección, su mujer, Florencia, aseguró que la decisión fue inducida. “Digamos que implícitamente me hizo saber lo que quería”, aseguró.

Pedro, en tanto, recibió una camisa, pero el tema de los obsequios rápidamente llegó a su fin. Al parecer, a uno de los tres hijos presentes se le había olvidado el festejo y cayó a la reunión con las manos vacías. “¿Podrán borrarlo de la foto?”, bromeó el padre.

Los responsables de agasajar

Todos los terceros domingos de junio se da el momento ideal para cubrir al menos un poco la deuda de cariño y esfuerzo que los padres saben dar a sus hijos el resto del año.

Es por eso que ellos suelen ser los responsables de comprar los regalos, hacer los desayunos y organizar la jornada de festejo.

En el caso de la familia de Alfredo, quienes decidieron disfrutar de un rico almuerzo en una parrilla de la zona de Olavarría, su única hija mujer, Florencia, fue la encargada de comprar el suéter que obtuvo como regalo. Su hijo menor, Facundo, aseguró que al menos la financiación del presente fue compartida.

A unas mesas se encontraba Lucas, padre hace tan sólo veinte días de Bautista. Según indicó la camisa que recibió fue tan sólo una atención, ya que la sola llegada del pequeño fue “el mejor regalo”, señaló con una sonrisa, mientras posaba, junto a su mujer Vanina, en una de las primeras fotos del trío.

En la mesa de Daniel y Jorge, también se destacó la actitud de los hijos. Santiago y Ramiro dieron amplias muestras de cariño al asegurar, muy orgullosos, que era el primer año que compraban el regalo solos.

“Esta vez no necesitamos el asesoramiento de nadie”, indicaron, mientras le pedían a su padre, Daniel, que mostrara el suéter y el reloj que había recibido para intensificar la “hazaña”.

Jorge, en tanto, agradeció a su hija adolescente la remera obsequiada pero le recriminó la falta de desayuno. “Me fui a desayunar con ellos -en referencia a sus hermanos- porque ella se quedó dormida”, señaló entre risas, mientras la adolescente asentía tímidamente.

“Ellas son más generosas”

Si bien los números aún no fueron totalmente analizados, algunos comerciantes se mostraron satisfechos con las ventas registradas por motivo de la festividad.

Este domingo, en el Paseo Aldrey, los locales seguían funcionando a ritmo acelerado, ya que nunca faltan los olvidadizos que dejan la compra del regalo para último momento.

“Todavía no pudimos cerrar los balances, pero a juzgar por el movimiento que tuvimos creo que vamos a estar mejor que el año pasado”, señaló Marta, encargada de la sucursal de Express del centro comercial.

Señaló, a su vez, que vendieron “hasta último momento” y que el sábado la fila de caja llegó a superar las 35 personas.

Lo particularidad de la fecha, destacó la mujer, fue la cantidad de “combos” que decidieron comprar los clientes.

“Las mujeres siempre son más generosas que los hombres. Es por eso que muchas madres vinieron y se llevaron los combos de suéter y camisa. En cambio, ellos, en el Día de la Madre, vienen y con una prenda ya están”, señaló, al tiempo que le preguntaba a un cliente si acaso no estaba en lo cierto.

“Sí, la verdad es que tiene razón”, comentó el hombre, mientras otra cliente, con varias prendas en sus manos, rectificó desde la distancia: “¡Por supuesto que tiene razón!”.

En la misma línea se pronunció la encargada de una de las perfumerías del Paseo Aldrey, quien señaló, además, que “las mujeres son más exigentes” a la hora de la compra.

“Ellas siempre prueban varias fragancias y están tan seguras de la elección final que no piden ticket de cambio. En cambio ellos son más simples, ¡y lo único que quieren es el ticket de cambio!”, señaló.