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Salud 30 de octubre de 2017

“El mundo está evolucionando a un modelo de salud más solidario”

El director de la organización internacional Unitaid, el argentino Lelio Hernán Mármora, considera que "los problemas globales necesitan soluciones globales".

Lelio Mármora.

Lelio Hernán Mármora, abogado y especialista en derecho internacional, dirige desde 2014 Unitaid, una institución que trabaja con la Organización Mundial de la Salud (OMS) para generar tratamientos y productos sanitarios a escala global, con el objetivo de que los sectores más desfavorecidos “puedan disfrutar de los últimos adelantos en tratamientos y tecnologías” para combatir enfermedades como el sida, la tuberculosis y la malaria.

Mármora remarcó que para lograr resultados rápidos y efectivos en salud “es imprescindible un trabajo mancomunado”, destacó como “fundamental” la presidencia argentina del G20 en 2018 para que el país proyecte en el mundo sus “ideas y creatividad”, y consideró que en América Latina todavía “hay mucho por hacer” en materia de salud.

– Hace tres años que dirige Unitaid, ¿cuáles son las tareas principales que llevan adelante?

– La organización, que tiene su base en Ginebra, Suiza, fue creada en 2006 por una iniciativa de varios gobiernos. Allí realizamos un trabajo muy intenso para lograr nuevos tratamientos y productos en el área de salud global a gran escala. Principalmente para que las personas que viven en países con altos índices de pobreza y vulnerabilidad puedan recibir tratamiento y tener acceso a diagnósticos y tecnología para combatir enfermedades como sida, tuberculosis y malaria.

– ¿De qué manera invierten en esos avances?

– Lo que se hace es abordar problemas de mercado y financiar el desarrollo de nuevos tratamientos para combatir pandemias globales y para nuevas tecnologías, siendo un enlace entre la investigación, el desarrollo y la implementación.

– ¿Cómo consiguen los fondos?

– Los fondos se consiguen a través de un microimpuesto de solidaridad que algunos países aplican sobre los pasajes aéreos. Es un pequeño impuesto que oscila entre 1 y 5 euros por ticket. Es un mecanismo de financiamiento sostenible, estable y previsible.

– ¿Cual es la relación con la Organización Mundial de la Salud?

– Unitaid es una organización independiente pero tenemos un acuerdo administrativo con la OMS. También tenemos un trabajo importante con otras organizaciones porque en materia de salud, el trabajo en equipo es fundamental. En la vida, las grandes cosas se tienen que hacer en equipo.

– ¿Cómo ve la situación global con respecto a la salud?

– Notamos que el mundo está evolucionando hacia un esquema mucho más solidario. Principalmente porque los grandes problemas globales necesitan, justamente, soluciones globales. Por ese motivo es muy difícil afrontar las problemáticas desde un solo país u organización. Es imprescindible el esfuerzo concertado entre la comunidad internacional, gobiernos y organizaciones.

– ¿Cómo se hace para trabajar entre las necesidades y los gobiernos e industrias?

– La salud es un área sensible y difícil. Trabajamos entre los genios que inventan nuevos tratamientos y tecnologías en la industria y los héroes que salvan vidas en el terreno. Tender un puente entre ambos es la manera más efectiva para acelerar los pasos. Lo importante es que todos trabajamos con el objetivo del bien común y convencidos de que la globalización sin solidaridad no puede terminar bien. El mundo necesita avanzar a un modelo en el que se saque lo mejor de todos y nos integre.

– ¿Cuál es el rol que le das a las nuevas tecnologías en materia de salud?

– Hoy la ciencia brinda muchas posibilidades que antes eran impensadas. Las tecnologías logran cosas espectaculares y permiten obtener resultados más rápidos, sólidos y efectivos. Ahora, la ciencia sola no soluciona los problemas. Uno tiene que desarrollar un tratamiento pero también posibilitar ese acceso para que los países más desfavorecidos no queden desplazados.

– Ciencia al servicio social…

– Sí. Por ejemplo, si financiamos un nuevo medicamento la primera parte es el desarrollo y la segunda es que los países lo adopten. Hace dos años invertimos en desarrollar una dosis pediátrica fija para tuberculosis y hoy 52 países se están beneficiando de ese adelanto tecnológico. Otro ejemplo de nuestro trabajo son los test orales para el sida. El valor de ellos en Estados Unidos es de 48 dólares por unidad y nosotros los estamos introduciendo en Africa por 2 dólares. Esto es posible gracias a una intervención de mercado que hicimos comprando una cantidad importante y negociando con los fabricantes precios más bajos.

– ¿Cómo ve la situación en materia de salud en América Latina?

– América Latina adelantó mucho en las últimas dos décadas en materia de cobertura universal de salud y realidad sanitaria. La mayoría de los países tiene acceso por ley a medicamentos para el sida, campañas de vacunación efectivas y sistemas de seguro de salud que funcionan. La región no sólo es consumidora en este sentido sino también una generadora de innovación muy importante. Todo el trabajo que se hace en Argentina y Brasil en investigación representa posibilidades enormes para el mundo.

– ¿Cuáles son las deudas pendientes en salud en la región?

– Los esfuerzos que se hicieron son importantes pero queda mucho por hacer, sobre todo en poblaciones de riesgo en las personas que se ubican debajo de la línea de la pobreza. En el caso del sida, puntualmente vemos que en la región la epidemia está concentrada en grupos poblacionales específicos. Los grupos de riesgo son sobre quienes hay que ocuparse de manera especial y es un deber de todos ponerle el hombro. Eso se está haciendo.

– El año que viene Argentina presidirá la Cumbre del G20, ¿es un hecho importante para poner en debate todos estos temas?

– El G20 Salud es fundamental para el país. Creo que le va a dar la oportunidad a la Argentina de proyectarse al mundo como lo viene haciendo desde los últimos dos años. Hay una franca decisión de los argentinos de volver a ser jugadores en el mundo. Toda nuestra creatividad y capacidad de generar tendencia se va a proyectar en el mundo con este evento.

– En términos personales, ¿qué lo moviliza para hacer este trabajo?

– Lo más gratificante es ver los resultados. En estos años el desarrollo internacional tuvo tres cambios. Por un lado, las estrategias internacionales han adquirido confianza para trabajar. Por otro, pasamos de una lógica de interlocución con los gobiernos a una más amplia entre gobiernos, sociedad civil y otros sectores y por último avanzamos a una lógica presupuestaria basada en la transformación.