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La Ciudad 30 de marzo de 2018

El obispo reconoció a las mujeres “que se juegan en serio por el amor y la vida”

En la tradicional celebración de la Cena del Señor, Gabriel Mestre distinguió a doce mujeres. "Estoy convencido que representan el amor revolucionario de Jesucristo", remarcó.

 

El obispo Gabriel Mestre tuvo un gesto de profundo reconocimiento hacia las mujeres en la celebración de la Cena del Señor que se celebró en la Iglesia Catedral, con una nutrida participación de fieles.
La eucaristía tiene como gesto profundo y significativo el lavatorio de pies, y en esta oportunidad el obispo eligió a doce mujeres, entre ellas a la hermana Marta Garaycochea trabajadora incansable por los más pobres en el barrio Las Heras, Marta la mamá de Lucía Pérez la adolescente asesinada en el sur de la ciudad; a Ana Laura Vulcano, representante de las comunidades del Sur, a Nora Pompa, delegada para la pastoral familiar, a su propia madre, Ana Luisa; entre otras mujeres.

“Ustedes doce representan aquí a tantas mujeres que se juegan en serio por el amor y la vida”, remarcó y explicó que “no lo hacemos por una cuestión demagógica ni coyuntural. Estoy convencido que representa el amor revolucionario de Jesucristo”.

El obispo explico que “al estudiar las escrituras, podemos ver en la Biblia, como Jesús fue revolucionario en la promoción clara y decidida en la primitiva comunidad cristiana, en la Iglesia y en la sociedad”.  “Con humildad pedimos perdón si algún hijo de la Iglesia no supo, no pudo o no quiso entender y no acompañó como correspondía la integración, la promoción y el desarrollo de la mujer en la sociedad y sobre todo en la Iglesia. Que este gesto sea reparador y la confirmación del agradecimiento profundo que Jesucristo y la Iglesia tienen por la tarea de cada una de ustedes. Ustedes doce representan aquí a tantas mujeres que se juegan en serio por el amor y la vida, que el Señor la bendiga, las ilumine, acompañe y recompense con creces, la vivencia el cuidado de la vida, y la vivencia total del sacramento del amor”, resaltó.

Por otra parte, durante la misa, Mestre destacó la celebración “una vez más, con gozo y alegría y preparando nuestro corazón para la Pascua”.  “El mandamiento del amor, tiene que ser bien entendido y para eso Jesús nos regala el gesto del lavatorio de pies. En la antigüedad y actualmente corremos el riesgo de entender mal la palabra amor, y referirla a situaciones parciales o particulares; y que en algunos casos no tienen que ver con el amor, por ejemplo cuando hay un intento de dominación del otro o actitudes egoístas, y termina siendo totalmente lo contrario”, consideró el obispo.