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Cultura 23 de mayo de 2016

Vicente Cervera Salinas: las claves de la literatura de Borges

La profesora Elisa Calabrase entrevistó al escritor español Vicente Cervera Salinas, en su reciente paso por Mar del Plata. Habló de Borges, a quien dedica su libro. Interpreta el cuento El inmortal, se refiere a su poesía expresionista y cuenta qué lo vincula a Cuba.

El Centro de Letras Hispanoamericanas (Celehis) invitó a Vicente Cervera de la Universidad de Murcia, España, para conversar con Elisa Calabrese y presentar su libro “Borges en la ciudad de los inmortales”. Su visita a nuestro país tuvo como actividad central la intervención en un festival de poesía que se realizó en la Feria del Libro de Buenos Aires. Durante la estadía en Mar del Plata, el encuentro académico tuvo lugar en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Elisa Calabrese, especialista en literatura argentina, entrevistó al especialista: su actividad como profesor, investigador y crítico.

-¿Qué aspectos de la literatura latinoamericana te han interesado más? ¿O te has dedicado exclusivamente a la literatura argentina?

-Me dediqué especialmente a literatura argentina porque mi tesis doctoral se ocupa de la poesía de Jorge Luis Borges y, a partir de allí, incursioné en varios temas de la literatura argentina, siempre de la mano de Borges.

-Entonces, ¿eso quiere decir que llegaste a la literatura argentina a través de Borges?

-Sí, claro. Como te decía, “Historia de una eternidad” es el título de mi tesis doctoral, y es un estudio diacrónico de toda su poesía.

-Ese “toda” que mencionás es importante porque en general la crítica recorta una de las etapas del Borges poeta y deja de lado las otras. Y si hablamos de la primera etapa de su poesía, me interesa destacar algunos aspectos porque, aunque todos hablan del ultraísmo, casi nadie observa la importancia de la huella del expresionismo; recordemos que Borges tradujo a los expresionistas alemanes. Y precisamente sos uno de los pocos que ha estudiado esa faceta.

– Es verdad: pues descubrí, cuando investigaba para mi tesis, que su etapa juvenil, no se englobaba completamente bajo el manto del ultraísmo, que Borges descubre recién cuando llega a España. Antes, mientras él estuvo en Suiza, leyó a todos los impresionistas, en especial al grupo de poetas elegidos para la Antología del expresionismo y esta lectura le dejó una huella muy clara porque el expresionismo tiene una veta política, no sólo lírica. De ahí que en mi tesis distingo la marca del ultraísmo por un lado, pero por el otro, la del expresionismo. Están vinculadas, pero no son idénticas.

– Eso a tu criterio impulsó los poemas rusos, los poemas rojos.

– Exactamente. Si bien no se llegaron a publicar, él tenía dos proyectos: Los naipes del tahur, un poemario de tendencia más ultraísta y Los salmos rojos, bajo la estela del expresionismo. Luego, Carlos Meneses los compiló todos como poesía juvenil de Borges y así quedaron fusionados. Luego está el famoso poema “Himno del mar” (famoso pues es el primero que publica en el año ’18) que no puede ser considerado ni ultraísta ni expresionista, es una cosa rarísima, porque no parece moderno, es un poema romántico, casi esproncediano y whitmaniano -recordemos que él quería ser Walt Whitman-.

– ¡Pero claro! “…aspiré a la vasta respiración de Whitman… después me di cuenta de que se me imponían los ritmos propios del español y sólo había escrito endecasílabos y alejandrinos sin rima…” Estoy citando de memoria y no sé si es exactamente así, pero lo dice en uno de los prólogos de 1969, anteriores a sus poemarios en cuarenta años.

– Ahí tomó consciencia muy rápido de que debía escribir en español, de no ser así, Borges no hubiera sido Borges.

-Dos temas en los que creo, a partir de la lectura de tu libro, que has sido original, lo cual es mucho decir por lo profuso de la bibliografía sobre Borges. Uno es éste que estamos comentando y el otro es tu predilección por “El inmortal”, el menos borgeano de los cuentos de Borges. Con “el menos borgeano” quiero decir el más ajeno a la límpida arquitectura -cuasi matemática como ha sido dicho muchas veces- característica de las estructuras narrativas de Borges.

– Aparentemente sí; sin embargo, yo creo que hay muchas claves de la literatura de Borges en ese cuento, que es lo que intento explicar en el libro. A mí ya me llamó la atención el paratexto, porque es una cita de Francis Bacon en la cual dice, según Platón, “no hay nada nuevo sobre la tierra”, tal como había dicho antes Salomón; es decir: finalmente todo conocimiento no es sino un olvido. Entonces, de esa aseveración es que Borges toma toda esa línea de pensamiento. Ahí ya está contenido todo Borges: está la literatura judía con Salomón y la Biblia; la literatura griega con Platón y la literatura moderna con Bacon, paradigma del ensayismo y la literatura inglesa. Es un compendio de las fuentes. Luego, cuando lees el cuento, en él hay por lo menos, tres cuentos. Primero, la historia del tribuno romano que se hace inmortal para luego descubrir que es Homero. Luego, es la historia de un señor llamado Cartaphilus que lee ese relato y se da cuenta de que es una historia que él mismo ha escrito. De modo que no es solamente un inmortal que va pasando, eso podría ser sólo el cuento del tribuno, pero no, es la historia de un escritor que descubre la narración de lo que él ha producido y que, al leerlo, hace su hermenéutica y esa interpretación es Platón. Es decir, que lo que había escrito, ya lo había hecho y se había olvidado porque era Homero.

Borges lleva la anamnesis platónica a la hermenéutica. Bueno, finalmente es la historia de un manuscrito que pasa dentro de la traducción inglesa de Alexander Pope (un homenaje a Cervantes y a Dante) cuando baja y sube en los círculos en la ciudad de los inmortales. También es un homenaje a la literatura inglesa porque remite a la traducción de Pope de la Ilíada de Homero, que es su preferida. Entonces, al final está Homero como padre de la literatura inmortal.

– Tu lectura es impresionante, no he leído nada que se parezca a tu análisis.

– ¡Gracias! Es coherente con lo que es Borges, al final es una teoría de la literatura. La palabra desplazada, mutilada, palabras de otros, “por las pobres limosnas que me dejaron las horas y los días”.

– Bien, pasemos ahora a otro de tus temas. En cuanto a la literatura cubana, ¿qué te llevó a ella?

– Virgilio Piñera. Yo no lo conocía para nada, descubrí una antología del cuento cubano y allí leí “La caída”, uno de los relatos del volumen Los cuentos fríos (1). Fui a Cuba con una beca Intercampus para investigar sobre este autor; allá descubrí su teatro que me apasionó y también los cuentos. Hice dos ediciones de sus textos: en colaboración con Mercedes Serna, la de cuentos y con María Dolores Adsuar, una selección de nueve piezas de teatro que saldrán próximamente en la editorial Verbum. También me interesó mucho Lezama Lima; tengo algunos trabajos sobre este autor, sobre su poesía y también sobre Paradiso.

– ¿Y tu interés por Sur? Porque has dirigido un proyecto muy importante sobre la revista de Victoria Ocampo. Recuerdo tu anterior visita a Mar del Plata con el grupo que participó en el Ensur (Ensayismo y traducción en Sur) y la jornada donde se presentó el trabajo.

– Mi interés viene de la mano de Borges, él me lleva a Pepe Bianco, a quien estuve estudiando por un tiempo y, por supuesto, a Victoria Ocampo. Nos reunimos con un grupo de gente y propusimos un proyecto sobre la revista Sur, estudiamos en especial el ensayo y la traducción. Esto tiene relación con mi interés por el ensayo como género literario, en su momento implementé un curso de ensayo latinoamericano (2). Ahora queremos pedir un nuevo curso para trabajar sobre poesía y cuento. Tenemos todo el material, la colección completa de la revista. También he trabajado a César Vallejo y a Octavio Paz, a quien hoy abandonan por lo ideológico, pero que volverá a ser interés de investigadores porque los grandes siempre vuelven.

(1) Virgilio Piñera. 2008. Cuentos fríos. El que vino a salvarme. Edición de Vicente Cervera y Mercedes Serna. Madrid, Cátedra, Letras hispánicas.
(2) Cervera, V., Hernández, B. y Adsuar, Ma. Dolores (eds.). 2005. El ensayo como género literario. Murcia: Universidad de Murcia.



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