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Cultura 23 de mayo de 2016

Mosaicos (Literatura Brasileña Actual): Contumacia poética de la geografía

Por Agustín Arosteguy // (Desde Brasil)

Género: poesía, páginas: 134, editora: Kriller71, año: 2015.

La geografía también puede ser poética, puede elevarse por sobre la mediocridad humana, puede vestirse de gala y aún así pasar desapercibida. La geografía posee más caras que el dado, tiene más personalidades que el diablo, tiene más vericuetos que el laberinto. Así Marília Garcia en su tercer libro “Engano geográfico” (Engaño geográfico) nos revela que no siempre la geografía es pacífica, mansa, altruista. La geografía nos engaña, es mentirosa, esconde cosas adrede, perturba la consciencia y es capaz de llevarnos hasta el absurdo más estruendoso. La geografía detona realidades y nos pone cara a cara con la crudeza de los territorios. A pesar de todo, existen casos, como este, en que la geografía es un Deus ex machina más grande que una casa.

Tuve el placer de charlar con Marília y preguntarle sobre la relación que existe entre las ciudades y el poeta, entre el poeta y los viajes, y esto fue lo que me contó.

– Para ser poeta y trabajar de poeta, ¿es mejor vivir en São Paulo que en Río? ¿O eso también puede ser entendido como un engaño geográfico?

– Me parece que puede ser entendido como un engaño geográfico… Cada lugar tiene su especificidad y los desplazamientos transforman nuestra manera de ver el mundo y de lidiar con las cosas, pero eso sucedería en cualquier ciudad, me parece. Hay veces que me quedo pensando que si todo el día hago el mismo camino y veo las mismas cosas, y un día despierto en otra ciudad y cambio ese camino y paso a ver otras cosas, eso ya es una transformación enorme, independiente del lugar que esté. Por otro lado, salir de Río de Janeiro, ciudad en donde viví toda mi vida me produjo un efecto de distanciamiento que también me hizo y hace ver las cosas de otro modo. “Un test de resistores” ya es un libro “paulistano”, escrito casi todo aquí y tiene un tono bien diferente de los otros. Fue un libro ya hecho bajo el efecto de ese distanciamiento (de mi ciudad, de mis amigos, de mi vida y de mi antigua forma de escribir) y de las pruebas hechas en otra ciudad.

– Se puede percibir a partir de la lectura de Engaño geográfico y del título del segundo libro (20 poemas para tu walkman) que el viaje como desplazamiento, vivencia de otros lugares, posee una importancia en tu poesía. En tu opinión, ¿ser poeta también implica ser viajante? ¿Cómo entendés esta relación entre poesía y viaje?

– Yo creo que el poema tiene un dispositivo de desplazamiento muy fuerte, que muchas veces no está relacionado necesariamente con el viaje, pero sí a un desplazamiento dentro del propio lenguaje, de la ruptura del verso, por ejemplo, o de la distancia producida por algunas cosas mínimas, un cambio de pronombre, alguna ambigüedad que haga a las personas parar para pensar y rever la forma de mirar y entender las cosas. A veces es algo mínimo. Cambiar un pronombre de lugar, pensar en una preposición diferente, provocar un pequeño desfase. Al traducir, por ejemplo, traemos textos que no fueron escritos en nuestra lengua y que al ser desplazados de esa otra lengua, ellos pasan a decir cosas que muchas veces nos hacen parar y pensar: ponen a prueba nuestro mundo, hacen que reveamos nuestras posiciones o que nos emocionemos con algo. La idea de viaje trae la noción de desplazamiento de forma muy evidente. Creo que la poesía es viajante en el sentido de que puede traer un extrañamiento y desplazarnos de lo que está automatizado, normado. En el caso de mis libros, yo hablo de viaje pero muchas veces no son los lugares que importan sino el desplazarse hacia las representaciones de los lugares y de nosotros mismos, producir otras formas de relacionarnos con las cosas.

– Su segundo libro, ¿guarda alguna relación con “20 poemas de amor y una canción desesperada” de Neruda y con “20 poemas para ser leídos en el tranvía” de Girondo? ¿Por qué eligió ese título?

– De hecho hay una relación con Girondo en el título y también con la idea de desplazarse por las ciudades, de buscar el dispositivo que mencioné en la respuesta anterior, del extrañamiento de aquel que está entre lugares, suspendido y desplazándose por el espacio. El libro de Girondo es lindo porque trae esos fragmentos y recortes de las ciudades y mi libro tiene bastante de ese universo. También me gusta la idea literal de walk-man, de hombre andando (que tiene relación con el tranvía girondiano). Cuento esto en el último libro, Un test de resistores, y allí menciono a Girondo.

– Me gustaría saber cómo fue el proceso creativo de Engaño geográfico y cómo surgió la idea de usar sólo las páginas impares.

– Engaño geográfico fue escrito a partir de un viaje que hice por el sur de Francia en 2009 para conocer al poeta Emmanuel Hocquard. Yo había traducido en esa época un poema de él que me gustaba mucho, llamado “Dos pisos con terraza y vista para el estrecho”. Este es un poema-derrotero en donde él narra un viaje a Tánger (ciudad en donde el autor pasó su infancia y juventud) incluyendo los desplazamientos espaciales pero también los temporales, infiriendo, a su vez, algunos recuerdos de su infancia en el texto. A mí me gustaba mucho el tono de ese poema porque en lugar de tener un tono emotivo o demasiado lírico (después de todo, él está hablando de su infancia, contando sus memorias), en cambio, tiene un tono distanciado que da una fuerza muy grande al poema. Entonces, cuando fui a visitarlo en 2009, resolví que iba a escribir un poema narrando mi viaje en el mismo tono del poema de él, y hasta a veces incorporando algunos versos, pero adaptándolos a mi texto. La idea de usar solamente las páginas impares tiene un motivo bien práctico: es un único poema y el libro precisaba tener un mínimo de páginas. Entonces era una forma de que alcanzase ese número. Por otro lado, uno de los libros que más leí en mi vida y que está presente en todo lo que escribo, tiene esa forma y ocupa apenas las páginas impares del libro: Galaxias de Haroldo de Campos. En el caso de Galaxias, los poemas tienen una diagramación para que se puedan leer en cualquier orden (las páginas no están numeradas ya que él quería que apenas la primera y la última fuesen “fijas”, para permitir la lectura de los demás poemas en el orden que quisiese el lector). Yo enumero mi poema porque quería que tuviese la idea de ser una línea siendo tirada hasta el fin, o sea, el poema es un derrotero y quería que fuese leído respetando la secuencia, pero por otro lado, la idea de superposición de ventanas de texto (que está presente en Galaxias) dialoga con el formato del libro a través de esa superposición de mapas y de ventadas que el poema trae.

– Releyendo Engaño geográfico me encontré con una parte que había dejado marcada: la carta del chino estaba toda hecha de preguntas y Charles Bernstein hizo un poema con ella, Charles Bernstein versificó las preguntas de la carta del chino y llamó su poema “un test de poesía”. ¿Fue de ahí que vino la idea para el título de su último libro: Un test de resistores?

– Sí, ¡buena pregunta! El título de Un test de resistores viene de ese test de Charles Bernstein pero también viene de Un test de soledad de Emmanuel Hocquard y del poema final del libro llamado “¿La poesía es una forma de resistores?” (este título fue una respuesta que el Google me dio cuando busqué la pregunta: ¿la poesía es una forma de resistencia?). Un test de resistencia es un sistema con varias piezas y varios testes: esa idea atraviesa todo el libro y posee en muchos momentos un tono ensayístico, como se precisase de ese tono para testear al poema. En el libro cuento otra vez esa historia de Charles Bernstein y hago mi propio test de poesía, reuniendo algunas preguntas de Hilary Kaplan, que tradujo mis poemas al inglés. La idea de test es bien clara, ya que los procedimientos que uso en los textos son explicitados todo el tiempo.

– Siempre termino la entrevista preguntando si el escritor/a posee algún libro publicado en la Argentina. En tu caso, vi que el segundo libro fue publicado allá en el 2013 por la editora bahiense Vox Editorial. ¿Está en tus planes publicar algún otro libro allá?

– En 2013 salió 20 poemas para tu walkman, por la Vox Ediciones, con traducción de Diana Klinger, Mario Cámara y Paloma Vidal, en una colección de poesía brasileña creada por ellos. En Argentina solo salió ese libro, pero en marzo de este año salió en España, en la Kriller71ediciones, (http://kriller71ediciones.com/marilia-garcia-error-geografico/) editora creada y dirigida por el argentino Aníbal Cristobo, que también cuidó de la traducción, el libro “Error geográfico – entre resistores”, que en verdad es una antología que reúne engaño geográfico, varios poemas de Un test de resistores, algunos poemas de 20 poemas para tu walkman y un poema inédito. No sé si el libro posee distribución en Argentina, pero el poeta Patricio Grinberg escribió la siguiente reseña: http://latribudefrida.com/poesia/poesia-marilia-garcia/.

¿Quién es?

Marília Garcia (Río de Janeiro, 1979): es escritora, traductora y editora. Se graduó en Letras en 2002 en la Universidad Federal Fluminense. Publicó los libros “20 poemas para o seu walkman” en 2007 por la Editora Cosac & Naify y en el 2013 por Vox Editorial de Bahía Blanca, Argentina; Um teste de resistores salió en 2014 por la Editora Kriller71 y en 2015 en Portugal por la editora Mariposa Azual. Engano geográfico tuvo su edición en España bajo el nombre de Error geográfico en 2015. Actualmente trabaja como traductora y es coeditora, junto con los poetas Angélica Freitas, Fabiano Calixto y Ricardo Domeneck, de la revista de poesía Modo de Usar & Co. Desde el 2015 comanda la editorial especializada en poesía Luna Parque.



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