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Policiales 27 de enero de 2018

Una de las mujeres implicadas en el homicidio de Tortorella incumplió el arresto domiciliario

Débora Faijós fue detenida en la vía pública luego de que se activara la alarma de su pulsera electrónica. El año pasado había confesado que la policía Rosa Saino, gracias a su ayuda, había asesinado al médico para robarle.

El médico Roberto Tortorella tenía 72 años cuando fue asesinado.

Una de las dos mujeres involucradas en el asesinato del cardiólogo Roberto Tortorella (72) fue detenida en las últimas horas en la vía pública luego de incumplir con el arresto domiciliario y salir del perímetro contemplado.

Fuentes oficiales informaron que Débora Faijós (28) fue detenida en Moreno al 3800, a unos 50 metros del edificio en donde debía cumplir su arresto domiciliario.

La policía pudo detener a la mujer ya que, cuando Faijo salió del perímetro de su departamento se activó la señal de su pulsera electrónica.

Al haber violado el beneficio otorgado por la Justicia de Garantías, la situación de Faijós será revisada y no descartan que pueda ser enviada a la Unidad Penal 50 de Batán.

El asesinato del cardiólogo

Roberto Tortorella (72) apareció muerto y semienterrado el 18 de marzo en un sector próximo a Sierra de los Padres. Débora Faijós y la policía Rosa Saino (30) están acusadas de cometer el crimen, robar objetos de valor, ocultar el cuerpo y luego extraer dinero de cajeros automáticos con tarjetas del cardiólogo.

Para el fiscal Arévalo no quedan dudas de que el viernes 17 de marzo a las 9 de la mañana, aproximadamente, la policía Rosa Saino llegó hasta la vivienda El Zorzal al 400 del barrio Colinalegre y tras coordinar con Débora Faijós -pareja ocasional de Tortorella- ingresó por una puerta lateral. Dentro de la casa y utilizando su arma de fuego que ocultaba en una mochila de color negro, tomó por detrás a Tortorella y le propinó varios culatazos. Faijós colaboró con ella.

Ambas llevaron al conmocionado y dolorido Tortorella hasta la habitación secundaria de la finca, en donde lo pusieron sobre la cama y le colocaron una almohada en el rostro y una de ellas se sentó encima. Antes le habían colocado dos medias dentro de la boca. Entonces Saino lo esposó en manos y pies y de esa manera logró desmayarlo.

Después de limpiar la habitación envolvieron a la víctima en una cobija que tomó del lugar, arrastraron el cuerpo hasta la camioneta Chery Tiggo del cardiólogo y se hicieron de una pala.

Ambas se robaron dos computadoras portátiles, un reloj pulsera, una linterna recargable, tarjetas bancarias y un teléfono inalámbrico junto a su base.

Faijós, que se mantuvo dentro de la casa todo el tiempo, manejó el rodado por el camino Los Ortiz hasta detenerse en proximidades del arroyo De los Padres. Allí las mujeres hicieron un pozo no demasiado profundo y abandonaron el cuerpo de Tortorella. Al día siguiente, a las 18.30, el cadáver fue descubierto.

Faijós fue la única de las imputadas que declaró y admitió el homicidio, aunque colocó en su amiga Saino toda la responsabilidad. Pero su versión de los hechos, por natural garantía de su derecho a defenderse, puede contener falsedades.



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