Por María Paz Parenti

El 11 de mayo falleció Aidan Chambers, escritor británico conocido por sus aportes a la literatura y la conversación literaria con niños y adolescentes.

Autor de diversos títulos y docente, sus ensayos significaron un gran aporte a la didáctica de la lectura, en particular su libro “Dime”, publicado por primera vez en 2009 por Fondo de Cultura Económica. En este trabajo, plantea un enfoque para dialogar en las aulas en forma participativa y democrática. Propone generar un ambiente de escucha y respeto para conversar sobre lo leído, donde los estudiantes puedan expresarse libremente en sus opiniones, dejando de lado las interpretaciones únicas para centrarse en su polisemia, en lo que pueden decir los vacíos de un texto.

Este tipo de trabajo nutre los espacios de conversación en nuestras aulas dado que posibilita la lectura crítica y personal por parte de los alumnos. Nos invita a explorar, imaginar, teorizar, indagar, conversar, comparar y compartir. De esta forma, la lectura ya no es individual, se vuelve colectiva y crece en diálogo con los demás. Y el docente funciona como un mediador y un acompañante en ese proceso.

El objetivo, entonces, no es que el estudiante memorice respuestas, sino que se construyan colaborativamente las preguntas para que ellos mismos busquen una resolución, que termina de cobrar sentido en la expresión en voz alta con el otro. Leer y conversar. Dialogar y repensar. Escuchar y respetar.

En un momento tan vertiginoso como es la adolescencia, el alumno puede encontrar así un lugar seguro donde va a ser escuchado cuando todo alrededor parece tan incierto y efímero.

Por supuesto, es un entorno que lleva tiempo preparar. Chambers nos enseña que esta práctica, como todas, se va perfeccionando de a poco, pero sus frutos son extremadamente valiosos, no solo para el estudiante como tal, sino en su formación como ciudadano y como persona. Formar un pensamiento crítico, expresarlo y, no menos importante, escuchar diferentes puntos de vista son prácticas que se aprenden en las aulas también a partir de la lectura y la conversación literaria.

A pesar de la distancia en el tiempo que nos separa de esta propuesta, su ensayo significa un gran aporte para los que trabajamos con la literatura tanto en el marco de la educación formal como en espacios comunitarios.

La partida de su autor es un buen momento para volver a su obra y, particularmente a este volumen, en el que invita a los mediadores a construir espacios democráticos y plurales a partir del diálogo. Dime para conversar sobre lo que leímos, dime para que pueda escucharte, dime para poder conocer cómo ves el mundo, dime, en definitiva, para construir(nos) juntos.