La casa ubicada en la calle Juncal al 3200 fue el escenario del crimen de Julio César Delgado y fue el centro de un complejo conflicto entre vecinos, una supuesta banda de usurpadores, que incluyó violencia, desalojos y documentación presuntamente apócrifa.

Según consta en el expediente, el conflicto se originó cuando el 3 de febrero de 2024, cinco personas ingresaron sin autorización a la propiedad mientras sus dueños, no se encontraban en el lugar por un imprevisto. Según la denuncia, los intrusos aprovecharon la ausencia para sacar al exterior todas las pertenencias que se encontraban dentro del inmueble y tomar posesión de manera ilegítima.

La ocupación fue luego sostenida con la incorporación de dos personas más, quienes también ingresaron a la casa y
continuaron impidiendo el acceso a los propietarios, a quienes amenazaron para que se fueran.

Intervino el fiscal Ferreyra, quien inició una causa por usurpación e imputó a todos los involucrados tras las declaraciones de vecinos, que constataron que las víctimas vivían allí desde hacía años. Luego, personal policial de la comisaría cuarta constató que en esa vivienda de Juncal al 3200 habían ocurrido otros hechos similares que incluyeron delitos de agresiones con armas de fuego vinculadas al conflicto por la posesión del inmueble.

En una instancia posterior, el 26 de febrero, una de las mujeres imputadas presentó ante la policía un boleto de compraventa fechado en septiembre de 2008. Sin embargo, la Justicia consideró que este documento sería apócrifo: ya que no existiría constancia de que la persona que firmó el boleto de compraventa haya sido la verdadera propietaria ni que la escribana interviniente haya realizado efectivamente la certificación de firmas.

Ante este cuadro, y tras más de un año de conflicto, finalmente la fiscalía solicitó el desalojo, el cual fue otorgado por la Justicia de Garantías, y dispuso las medidas para que se eviten nuevas ocupaciones irregulares por parte de los imputados o terceros, y se les restituyó la casa a las víctimas. Además, se ordenó una medida de restricción de 500 metros contra los usurpadores.

El fiscal Pellegrinelli dispuso una serie de medidas a la policía y no se descarta ninguna hipótesis en esta causa que provocó tensión en el barrio Bernardino Rivadavia y dejó en evidencia un conflicto sostenido entre vecinos y personas que buscan tomar casas por la fuerza.

El crimen

El hecho había ocurrido el sábado 24 de mayo en una casa de Juncal al 3200. Según explicaron allegados a la víctima a LA CAPITAL, la situación en el barrio Bernardino Rivadavia se había tornado tensa luego de que una banda llegara a la zona para intentar usurpar viviendas. Tras una serie de conflictos y demandas judiciales, los agresores habían desocupado la casa de la familia Delgado, lo que habría motivado que lo atacaran como venganza.

Según consta en una denuncia, las personas que habían usurpado amenazaron de muerte a los dueños del lugar y “escracharon” el frente de la casa con insultos y la leyenda “no se vende”.

El 24 de mayo, Julio César Delgado había recibido un balazo en el hombro izquierdo “sin que su vida corriera riesgo”. Sin embargo, tras permanecer internado más de una semana en el Hospital Interzonal falleció por esa misma herida. Si su cuadro se agravó con el correr de los días o si la lesión que tenía era más grave que la informada por la policía es materia de investigación de la fiscalía.

El hecho es investigado por el fiscal Alejandro Pellegrinelli, quien cambió la calificación del hecho a “homicidio agravado”.