El presidente de Quilmes, Pablo Zabala, afirmó ayer en una conferencia de prensa realizada en la sede social de la Avenida Luro que los parciales “tricolores” concurrirán al próximo clásico con Peñarol del 3 de marzo vestidos de blanco y sin banderas como símbolo de la paz que debe reinar en este enfrentamiento.
La propuesta de Zabala viene a cuento del ataque a tiros perpetrado contra la sede quilmeña el último 13 de febrero y que tuvo amplia difusión periodística.
“Queremos que todos vayan de blanco y sin banderas para que sea un clásico por la paz”, sostuvo Zabala, quien deslizó que les propuso la idea a sus pares peñarolenses. “Convocamos también a ellos a ir de blanco al estadio, aunque no podemos obligarlos”, reconoció.
El presidente quilmeño insistió en la reunión en que el ataque a la sede social de Quilmes no tuvo que ver con la rivalidad entre las dos hinchadas y que se trató de un episodio aislado. “Tenemos identificada a la persona que disparó contra el club con nombre, apellido y documento. No fue hincha de nuestro club, no sabemos si de Peñarol. Todo está en manos de la Justicia”, señaló.
La primera medida concreta en relación al clásico, por otra parte, es la intención de solicitarle a la AdC que se programe el partido de Liga de Desarrollo entre ambos equipos a las 18.30 del mismo 3 de marzo.
Reglamentariamente la LDD se disputa un día antes del cotejo de Liga Nacional. Pero unificar ambos partidos en un mismo día le evitará a Quilmes pagar dos operativos policiales.
El partido entre los juveniles, entonces, si prospera el pedido realizado por Quilmes, se jugará en el mismo Polideportivo “Islas Malvinas” y a puertas cerradas.
Las puertas del estadio se abrirán cuando finalice ese cotejo. La venta de entradas anticipadas comenzará la próxima semana.