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La Ciudad 21 de septiembre de 2025

Los reparos de Montenegro y una señal contra Milei en el Concejo

El intendente esquiva las declaraciones en el debate de la Zona Fría. Busca no incomodar a su nuevo aliado, el Presidente. El radicalismo se unió con la oposición dura para cuestionar la intención del Gobierno nacional.

Por Ramiro Melucci

Ya no es el primero en reaccionar ni el más determinante. El buzo violeta obliga a Guillermo Montenegro a cambiar hasta lo más clásico de su repertorio. En el momento más delicado del programa libertario, que coincide con su alineamiento pleno a Javier Milei, el Gobierno nacional proyectó derogar la ampliación de la Zona Fría que beneficia a los marplatenses y batanenses en el cálculo de la tarifa del gas.

No cabía jugar al anticipo, como cuando en tiempos de Alberto Fernández fue el primero en advertir que se habilitaba la exploración petrolera offshore (que terminó defendiendo). Tampoco estaba entre las alternativas hablar de discriminación, como ante hechos menos ostensibles le endilgó a Axel Kicillof. El menú de opciones ni siquiera permitía una réplica similar a la que él mismo había encabezado en 2024: un posteo en X en el que aseguraba que no se podían tomar decisiones “solo desde la lógica del AMBA” y deslizaba que la medida perjudicaba “exponencialmente” a los vecinos de Mar del Plata.

Su ubicación en la mesa bonaerense de La Libertad Avanza lo fuerza a tomar mayores recaudos. En lugar de un tuit (desde hace tiempo su herramienta predilecta para difundir lo que le interesa), volvió a apelar a los medios tradicionales para mandar a decir que sigue pensando lo mismo de siempre respecto de la Zona Fría. Que en la ciudad “el invierno pega distinto” y es necesario conservar los descuentos en la tarifa del gas, sin desconocer que “el gran objetivo que tiene hoy la Argentina es sostener el superávit fiscal”. Una aclaración, esta última, para no desairar del todo las intenciones del líder, a sabiendas de cómo ha reaccionado en otras oportunidades ante los herejes del matiz.

La del intendente fue, en definitiva, la manera más amigable con Milei de mantener su coherencia. Ofreció un costado poco explorado como alternativa. Si va a seguir existiendo un fondo para subsidiar parte de la demanda del gas en algunas zonas (como es el caso, porque la eliminación que promueve el Gobierno es la de la ampliación aplicada en 2021), entonces habría que establecer “parámetros objetivos” para determinar qué ciudades deben ingresar. No duda de que Mar del Plata, por su clima en gran parte del año, los reúne.

El Fondo Fiduciario para Subsidios de Consumos Residenciales de Gas –financiado con un recargo en las facturas que pagan los usuarios de zonas no incluidas– era en un principio exclusivo para la Patagonia, el departamento Malargüe de Mendoza y la Puna. El objetivo de Milei es que solo esas zonas mantengan el beneficio. No está claro si podrá lograrlo: si en su luna de miel no lo consiguió (lo había propuesto en la Ley Ómnibus) es razonable preguntarse por qué habría de hacerlo ahora, cuando su raquitismo legislativo queda expuesto en cada sesión del Congreso.

Es el mismo que sufre en la Legislatura bonaerense y el que empieza a percibirse en el Concejo Deliberante. El bloque de la UCR dio una muestra en la Comisión de Salud, donde acompañó sobre tablas una iniciativa opositora para expresar preocupación ante la posibilidad de que el distrito sea eliminado de la Zona Fría. Para no encolerizar a sus aliados libertarios, el PRO se abstuvo. Pero la señal fue enviada: cuando los radicales coincidan con la oposición más dura, nadie podrá frenar los reclamos del Concejo a Milei.

El artículo con la derogación de la ampliación de la Zona Fría apareció en el proyecto de presupuesto enviado por el Presidente al Congreso. Más allá de las posibilidades que tenga de ser aprobado, es curioso que haya sido propuesto después de la derrota electoral en la provincia de Buenos Aires: son justamente los municipios del territorio bonaerense los que más se perjudicarían con la medida. Nuevo insumo para la campaña opositora hacia el 26 de octubre. Gustavo Pulti, Juan Manuel Cheppi y Fernanda Raverta ya lo están utilizando.


La del intendente fue la manera más amigable con Milei de mantener su coherencia. Su ubicación en la mesa bonaerense de La Libertad Avanza lo fuerza a tomar mayores recaudos. 


Podría caber un paralelismo con lo que ocurrió a principios de año por la crisis de la pesca. Cuando el sector fresquero volvía a ponerse en guardia ante el derrumbe de la rentabilidad y la pasividad del Gobierno, el intendente evitó regresar al primer plano que había ocupado en el inicio de 2024, durante la discusión de la Ley Ómnibus. Se refugió en reuniones que no trascendieron. Aquel vacío lo aprovecharon los opositores y hasta su socio radical, Maximiliano Abad.

Son asuntos tan delicados para la ciudad que ni los libertarios locales podrían apoyar con los ojos cerrados las iniciativas oficiales sin contradecirse. En febrero de 2024, cuando celebraba la aprobación de la Ley Bases, Alejandro Carrancio contó que había hecho gestiones en favor de “una industria vital” como la pesca y de que Mar del Plata no saliera de la Zona Fría.

Montenegro ha ido mutando. Toda la contundencia que adquirió para denostar al kirchnerismo la deja al margen cuando afronta temas que incumben a Milei. Y suma escenas inesperadas. Por las necesidades de la ciudad y las afinidades partidarias, podría haberse aventurado que la primera foto de gestión post acuerdo electoral con La Libertad Avanza iba a ser con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Descolocó, en cambio, al aparecer junto a la de Capital Humano, Sandra Pettovello, en la firma de un convenio para otorgar vouchers a niños y adolescentes que se inscriban en actividades deportivas, culturales y educativas.


Baragiola y Montenegro junto a la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello.

Baragiola y Montenegro junto a la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello.


A la cita concurrió también la secretaria de Desarrollo Social, Vilma Baragiola. Sorprendió porque nunca desde que es intendente le había permitido tanto protagonismo al área social. Las intervenciones mediáticas de sus secretarias (antes de Baragiola estuvo la también radical Verónica Hourquebié) fueron contadas y solo ante casos muy necesarios. Por lo general, la versión del área siempre quedó opacada por la de Seguridad. El caso emblemático es el de los “trapitos” y los que duermen en la calle: prefiere mostrar que los destrata antes que insinuar alguna ayuda.

Tanto empeño no ha cambiado, sin embargo, la percepción de los marplatenses sobre la seguridad, responsabilidad principal del gobierno bonaerense. El último relevamiento del Observatorio de la Universidad Fasta señaló que la primera preocupación de un 89% de los 300 encuestados es la inseguridad. “Se repite como principal inquietud en la mayoría de los barrios, donde también se menciona el estado de calles, el ambiente y la limpieza”, señaló el estudio. El 60% respondió que las principales problemáticas se mantendrán igual o empeorarán este año. Solo el 4% avizora que la situación mejorará en la ciudad en el transcurso del año. 

Son números que podrían representar una advertencia para los vencedores de los comicios del 7 de septiembre en Mar del Plata. Unidos a la abstención electoral (40,6%) y los votos que juntaron los candidatos opositores (39,5% solo entre los de la oposición más dura) podrían colocarle un asterisco a la interpretación pública que el oficialismo local ofreció sobre el resultado electoral, condensada en una frase que el candidato ganador, Fernando Muro, lanzó en la noche del triunfo: “Los vecinos apoyan este modelo de ciudad”.