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Interés general 6 de noviembre de 2025

Sobreseyeron al policía que conducía el patrullero contra el que chocó maratonista fallecido

Tal como lo había solicitado la Fiscalía de Delitos Culposos, el Juzgado de Garantías Nº 3 dictó el sobreseimiento de Víctor José García en el marco de la causa en la que se investigó la muerte de José Ignacio Sallago (33). El hecho ocurrió en agosto de 2023.

José Ignacio Sallago era maratonista.

El policía que conducía el patrullero contra el cual chocó el maratonista José Ignacio Sallago (33), quien producto del hecho fallecería luego, fue sobreseído por el Juzgado de Garantías Nº 3.

El caso ocurrió en agosto de 2023, en Paso e Independencia, y el efectivo Víctor José García fue imputado entonces por el delito de “homicidio culposo agravado por la conducción de vehículo automotor”. Sin embargo, más de dos años después, la propia Fiscalía de Delitos Culposos solicitó el sobreseimiento, al que se sumó su defensor particular Martín Bernat.

En mayo pasado, el abogado de la familia de Sallago había pedido la elevación a juicio de la causa, medida a la que se había opuesto Bernat al entender que había actuado en todo momento “con la única finalidad de detener a una persona que escapaba de la policía, tras las modulaciones de otros patrulleros que lo perseguían solicitando refuerzos, y que con ello cumplió los deberes a su cargo”.

En el fallo al que accedió LA CAPITAL, la jueza Rosa Frende sostuvo que García “no violó el deber objetivo de cuidado que le era exigible en el concreto escenario fáctico bajo análisis”.

La magistrada determinó que quedó completamente probado que Sallago, al serle solicitada la detención de su vehículo por parte de agentes policiales, desobedeció la orden y se dio a la fuga a gran velocidad por una zona transitada de la ciudad, al volante de una motocicleta que tenía un pedido de secuestro vigente, mientras cruzaba imprudentemente semáforos en rojo, poniendo en peligro tanto su integridad como la de otras personas.

Además, sostuvo también que el maratonista hizo esa conducción bajo condiciones metereológicas desfavorables, girando su cabeza hacia atrás durante la persecución policial, sin el casco debidamente colocado, bajo efectos de ingesta alcohólica y embistiendo a una velocidad de 92 kilómetros por hora -un 50% por encima del permitido en avenidas- al móvil que ya estaba estacionado sin realizar maniobra de esquive alguna, aunque tenía disponibles carriles liberados que fueron empleados por el otro patrullero que estaba en su persecución.

Para Frende “fue la conducta de Sallago la generadora de una infracción al deber de cuidado por haber incrementado el riesgo permitido que se materializó en el resultado muerte, producto de las lesiones sufridas tras impactar con la camioneta policial, que ya se encontraba detenida”.

 

SALLAGO

José Ignacio Sallago tenía 33 años y había venido a Mar del Plata en busca de su sueño: entrenar para poder triunfar en el atletismo como maratonista. Trabajador y sin antecedentes penales, murió el domingo 20 de agosto a la madrugada tras escapar de la policía que intentó identificarlo en una esquina del centro y chocar contra un patrullero que se le cruzó para cortarle el paso en la avenida Independencia.

Desde Bahía Blanca, en el círculo de atletas, no podían salir del asombro ante la muerte del joven maratonista. Sallago, hijo de un atleta fallecido de esa ciudad, había muerto en Mar del Plata, la ciudad a la que había llegado para intentar competir en el más alto nivel.

Entre los logros deportivos más importantes de Sallago se destacan el tercer puesto conseguido en los 42K del Maratón Mar del Plata en 2022 y también el podio logrado en los 10K del Maratón Mar del Plata 2023.

“Nacho” Sallago es recordado con mucho dolor y cariño por sus compañeros del equipo JM Corredores, quienes lo definen como alguien respetuoso y comprometido con entrenar y progresar. El joven además trabajaba en la firma Arcor, por lo que muchas veces combinar la vida del atleta con la del “laburante” significaba un sacrificio enorme.

No era ningún delincuente“, expresó entonces uno de sus compañeros de equipo, enojado con las primeras versiones difundidas por la policía y agregó: “Tenía los papeles de esa moto, estaba por hacer la transferencia. No sé qué le pasó por la cabeza, solo él sabe por qué escapó“.

En cuanto al rodado marca Bajaj Rouser que conducía, y que había sido robado en febrero, su compañero de departamento y compañero de atletismo aseguró que la había comprado y que incluso estaba por contratar a un gestor para hacer los papeles de transferencia.

“A esa moto la compró por el trabajo, él era vendedor de una distribuidora de golosinas y necesitaba un vehículo más grande para recorrer zonas alejadas de Mar del Plata. El dueño de la distribuidora le había prestado plata y ahí pudo comprar esa la moto”, contó en diálogo con este medio Leandro Pérez Lazarte, quien remarcó que su amigo “no andaba en nada malo”.