Juan Ingaramo y Flor Peña: “Agradecemos volver a Mardel con un espectáculo que dignifica la cartelera”
El musical Pretty Woman abrirá este sábado la temporada teatral 2026. Los protagonistas charlaron sobre los detalles de un espectáculo que vuelve a tener el sello de Ricky Pashkus.
Flota entre ellos una química chispeante, con eje siempre en el humor. Se complementan y hasta la ropa que eligieron habla de eso: ella de blanco, él de negro. En Mar del Plata y en el teatro que lleva el mismo nombre que esta ciudad, a dos días del estreno del musical Pretty Woman, Florencia Peña y Juan Ingaramo se abren a charlar sobre sus personajes, los icónicos Vivian Ward y Edward Lewis, que en la década del ´90 interpretaron Julia Roberts y Richard Gere, la fórmula del éxito en la celebrada película “Mujer bonita”.
Este sábado, tras una temporada exitosa en el Teatro Astral de Buenos Aires, la dupla se probará en la misma sala en la que el verano pasado ella brilló con Mamma Mía! Será el inicio formal de la temporada del teatro comercial 2026. Las funciones serán sábado 6, domingo 7 y lunes 8 de diciembre y luego 12, 13 y 14 en el Teatro Mar del Plata (Luro 2335).
“Vivian es una looser (perdedora), es alguien que no sabe qué quiere, que no tiene una vida feliz, que tiene ganas de cambiar y no sabe cómo” (Peña)

Florencia Peña en la avenida Luro, donde se emplaza el Teatro Mar del Plata, escenario en el que estrenará el musical Pretty Woman.
Musical con todas las letras, Pretty Woman propone banda de sonido en vivo, bailarinas, bailarines, una historia de amor, personajes trabajados con mirada Argentina, canciones de Brian Adams y hasta una escenografía montada en los accesos al teatro, para que un público siempre fiel pose para la foto.
“Es una historia de amor muy hermosa, muy graciosa. Es una comedia y también es muy emocionante. Nos encanta poder traer obras grandes, que en general no giran o no van a otros lugares, porque los costos son muy altos. Agradecemos mucho al productor que haya querido volver a Mardel con un espectáculo que dignifica la cartelera”, dijo Peña.
“Hay mucha gente arriba y abajo (del escenario)”, siguió ella. Pretty Woman “tiene muchos artistas arriba del escenario, músicos en vivo, cosa que últimamente los musicales en Argentina no se hacen con músicos en vivo, pero nosotros trajimos a los músicos“, destacó la actriz.
“El desafío diario fue intenso, me preparé para poder afrontarlo vocalmente, pero te digo que no hubo nada muy difícil, es entregarse, eso te diría” (Ingaramo)

Juan Ingaramo en Mar del Plata.
Y señaló que construyeron sus personajes -tan vinculados a la película norteamericana- a partir de una mirada Argentina. “No sabemos contar historias que no sean nuestras. En eso sí tengo mucha expertise. Porque he tenido que sacarle la ‘yanquilada’ a muchas cosas que he hecho. Y Pretty es nuestra. Pretty es una historia de amor de acá que podría suceder en cualquier lugar”, indicó.
-¿Qué tienen los musicales que siguen tentando a espectadores que conocen las historias de antemano pero igual no se los quieren perder?
Peña: -Mammá Mía! nació como un musical. Cabaret también pero Pretty no. Lo interesante es que la gente viene a ver esta historia que ya conoce, pero en versión musical. Hay algo de ese atractivo que completa la historia, porque aparecen los pensamientos de los personajes que en la película vos no los conocés. La película se hizo en los ’90, lleva 35 años y entonces se romantizaba la prostitución. El mundo ha avanzado, las mujeres hemos avanzado y las canciones le dan al espectador la posibilidad de saber qué piensan los personajes. Entonces vos tenés la posibilidad de saber qué le pasa a él que está conociendo esta chica y qué le pasa a esta chica con respecto a su vida. Eso en la película no está. Nosotros la vemos a Julia Roberts divina, hermosa, además tenía una juventud espléndida y ellos dos conectando, pero no sabías qué le pasaba a ella. En el musical vos sabés cuando yo canto qué estoy sintiendo y eso está bueno, tiene un atractivo.
-Aparece la parte vulnerable.
Peña: -Claro, y a mí me encanta eso, como poder pivotear entre la risa y lo vulnerable, porque también esa soy yo la vida, entonces la paso bien.
Ingaramo: -Yo creo que también la gente se siente de alguna manera en casa cuando va a ver una obra que los lleva al pasado, a mí me ha pasado de ir a ver obras que viste en películas o viceversa. Esa relación creo que es linda como espectador.
-¿Cómo llegan a sus personajes, cómo fue el proceso propio?
Peña: -Soy una actriz que acostumbrada a hacer personajes que han hecho grandes actrices en el mundo: Cabaret, Sweet Charity, La Niñera, Casados con Hijos. Esas obras o series las hicieron actrices muy importantes. Pienso cuando voy a encarar a un personaje que ya se hizo en otros lugares, que lo encaro como si nunca lo hubiera hecho nadie. Dije ‘Voy a armar mi propia Vivian y voy a encontrar mi camino con Vivian’, voy a tratar de darle vida a este personaje que es distinto al que venía haciendo, el de Mamma Mía, que tenía una energía más maternal, era una mina empoderada, una mina que había decidido ser madre soltera. Vivian es una looser (perdedora), es alguien que no sabe qué quiere, que no tiene una vida feliz, que tiene ganas de cambiar y no sabe cómo, y se enamora de este personaje que está lleno de prejuicios. Los personajes se arman según quién es tu compañero, o sea mi Vivian está muy supeditada al Edward de Juan. Encontramos en este dúo que tenemos por suerte mucha química, una manera de contar juntos el cuento, porque el cu<ento lo contamos juntos.
-Juan vos venís de la música, ¿qué fue lo más difícil del musical como género?
Ingaramo: –La verdad es que el desafío diario fue intenso, me preparé para poder afrontarlo vocalmente, pero te digo que no hubo nada muy difícil, es entregarse, eso te diría, y poder disfrutar sin pensar en qué dirán. A mí me pasa que como vengo de la música no tengo mucha expectativa en el teatro, ni comparación, ni ambiciones de actuar, simplemente lo hago, lo habito y lo disfruto. Y con una compañera como Flor todo eso es muy fácil que suceda.
-El mundo se complejiza cada vez más afuera y, a cambio, buscamos que el teatro tranquilice. ¿Puede haber una relación en eso?
Peña: Este año hubo (en Buenos Aires) una cartelera teatral de las más importantes. Hay algo de eso, hay algo de la necesidad de la gente y de nosotros los artistas de tener un espacio de encuentro, de comunicación. El arte ayuda a vivir y no es casual que eso esté pasando en el teatro, porque el cine también se volvió un lugar muy elitista porque necesitás mucha plata para filmar y el INCAA está cerrado y no está funcionando. El teatro lo podés hacer hasta en una plaza si querés. Tenés musicales como estos que tienen una gran inversión, pero también tenés obras con mínima inversión, hermosas y conectadas. El teatro para mí sigue siendo ese lugar de resistencia donde tanto espectador como artista se encuentran en ese lugar único y por un rato todo desaparece y ese encuentro se vuelve lo importante.
Ingaramo: -Sí, con cualquier tipo de práctica artística pasa hoy en día. La música también se ha vuelto un tentáculo más de esta sociedad de consumo tan extrema, ¿no? Y lo difícil que es también salirse de esa lógica del mercado para el consumo musical. Sin embargo, está volviendo a aparecer de otro lado un cierto tipo de discurso, no diferente, pero sí que habla de otras cosas, que propone otras lógicas, que no son solamente las del consumo, porque si te ponés a escuchar el mainstream hoy en día, prácticamente te está vendiendo marcas.
