El exintendente de Mar del Plata, Daniel Katz, dejó una definición política de alto impacto al afirmar que Maximiliano Abad debería ser el próximo candidato a intendente de la Unión Cívica Radical, y aseguró que trabaja activamente para que el senador tome esa decisión, aun sabiendo que puede generarle incomodidad.

“Dentro de la UCR es la persona con mayor presencia, con una imagen de seriedad y responsabilidad, con alto grado de conocimiento y con lazos construidos con todos los sectores de la ciudad: políticos, empresariales, sindicales y sociales”, sostuvo Katz durante su paso por el programa Mesa Chica, el streaming de LA CAPITAL y Canal 8.

Para el exjefe comunal, el radicalismo marplatense atraviesa un momento mejor que el partido a nivel nacional, donde —dijo— “no se supo interpretar el tiempo político y se fue licuando”. En Mar del Plata, en cambio, destacó la decisión de competir con sello propio en la última elección y subrayó que el bloque de cuatro concejales dejó al espacio “bien parado para disputar el Ejecutivo dentro de dos años”.

Katz dedicó una parte central de su análisis a la figura del presidente Javier Milei, a quien definió como “una expresión clara del hartazgo de 40 años de frustraciones”.

“La gente siente que radicales y peronistas pasaron, que hubo algunas cosas buenas, pero que su vida personal y la de su familia fue empeorando. Entonces aparece la idea de probar con alguien nuevo”, explicó.

Sin embargo, marcó límites claros: consideró que Milei y su espacio interpretan correctamente los códigos del momento —especialmente en términos comunicacionales—, pero advirtió sobre los riesgos de intentar destruir la política como sistema.

“Cambiar la política de los últimos 40 años está bien. Intentar destruir la política no. Eso no está bueno”, señaló, y lamentó la degradación del debate democrático. “Escuchar hoy al Congreso da pena y vergüenza. En los ‘80 era un lujo escuchar a Alfonsín, Cafiero, Moro, Storani o Terragno”, señaló.

También cuestionó decisiones del Gobierno nacional que, a su entender, no logran ser comprendidas socialmente, como los vetos vinculados a discapacidad y universidad pública, y alertó sobre errores políticos que pueden poner en riesgo consensos claves como el Presupuesto o la modernización laboral.

Diagnóstico crítico sobre la UCR

Katz fue especialmente duro con el proceso de debilitamiento de los partidos tradicionales. Aseguró que ni el radicalismo ni el peronismo van a desaparecer, pero advirtió que pueden quedar reducidos a expresiones mínimas.

“Hoy al radicalismo lo sostiene su poder territorial: intendentes y algunos gobernadores que gestionan bien. Pero cuando llega la ola nacional, como pasó con Milei, se los lleva puestos”, analizó.

En ese contexto, insistió en que Maxi Abad es el dirigente mejor posicionado para encarar una reconstrucción local, y sostuvo que su candidatura a intendente sería una síntesis entre experiencia, conocimiento y vínculos políticos.

Consultado sobre la actual gestión municipal, Katz consideró que Agustín Neme enfrenta una situación estructuralmente compleja, no tanto por su perfil personal sino por el escenario político en el que asumió.

“El problema es que Montenegro no renunció, pidió licencia. Eso no es un dato menor. Deja al intendente a mitad de camino”, explicó.

Según Katz, esa indefinición debilita la autoridad política de Neme: “En cualquier evento la pregunta es si Montenegro vuelve o no vuelve. Así es muy difícil construir poder propio. Cualquier inversor va a preguntarse si esa decisión está avalada por Montenegro”.

Aunque aclaró que le desea lo mejor al actual intendente y lo definió como “un gran tipo”, remarcó que el condicionamiento político es real.

El exintendente también repasó la ruptura con el gobierno municipal tras la decisión de Guillermo Montenegro de alinearse con La Libertad Avanza y cortar su mandato.

Recordó que, tras perder la interna, el radicalismo acompañó la gestión y aportó funcionarios, pero que el giro político marcó un límite. “Quedó claro que no iba a haber un gobierno de Juntos por el Cambio, sino uno alineado con La Libertad Avanza. Frente a eso, nos abrimos”, explicó.

Confirmó además que la salida de funcionarios radicales fue gradual para no desestabilizar la gestión en plena temporada, aunque finalmente ratificó que la decisión política fue “clara y definitiva”.