Por Pablo Amalfitano / Desde Buenos Aires, especial para LA CAPITAL

Agustín Calleri ya no piensa como jugador. Aquel bombardero que integró la llamada Legión Argentina, el mismo que nos hizo delirar cuando derrotó al número uno Juan Carlos Ferrero por la Copa Davis en Málaga, ahora busca volcar toda su experiencia en conseguir un mejor futuro para el tenis argentino.

El “Gordo” ya sabe cómo se vive en la política porque lleva varios años en la función pública. En ese contexto, el objetivo es muy claro: hoy, desde las 17 horas, lanzará su candidatura para presidente de la Asociación Argentina de Tenis en el mítico Buenos Aires Lawn Tennis Club, durante la disputa del Argentina Open.

El ex número 16 del mundo y ganador de dos títulos de ATP -Acapulco 2003 y Kitzbühel 2006- luchará mano a mano con José Luis Clerc, el hombre del oficialismo, en las elecciones que tendrán lugar luego de la serie de Copa Davis entre Argentina y Chile, que se jugará el 6 y el 7 de abril. Preocupado por el presente de la AAT, le contó a LA CAPITAL las razones por los que emprendió este camino: “Me motivó la mala situación en la que se encuentra hoy el tenis argentino; creo que necesita un cambio profundo, en todo sentido, como por ejemplo apuntalar la parte social de los clubes, el departamento de menores. Hay que mejorar el contacto con las federaciones , que son puntales de la Asociación”.

-En ese camino , ¿cuál es tu plataforma? ¿Cuáles son tus proyectos para implementar esos cambios?
-La primera propuesta es el diálogo, una mejor comunicación con las federaciones. Hay que volver a confiar en los clubes desde que sos pibe. Darles un incentivo a los chicos. Crear un Intercubles social, que no solamente sea para los jugadores de primera o los que quieren llegar a nacionales. Hay que motivarlos para que representen a su club, darles sentido de pertenencia, regionalizarlos. No sirve que un chico de Temperley tenga que viajar a La Plata para jugar. No tiene que ser tan pesado. Hay que motivar de otra forma. No puede ser que hoy la Asociación sólo tenga 12.000 afiliados, en un país que viene de ganar la Copa Davis, con cerca de tres millones de personas que juegan al tenis…

-Justamente, después de haber conseguido algo inédito con lo que siempre soñamos…
-Fijate que después de haber ganado la Davis pasamos de 14.000 a 12.000 afiliados. Eso demuestra que no se están haciendo bien las cosas, y nosotros somos un espacio innovador que no quiere lo anterior. Queremos potenciar todo lo que puede llevar adelante la Asociación. No se aprovechó haber ganado la Copa Davis. Claramente.

-¿Sabés con lo que te vas a encontrar en materia de números?
-Mirá, estuve cuando se hizo la memoria y el balance del año pasado, algo que se tenía que hacer en abril y se hizo en octubre. Y la verdad es que el balance es dudoso. Hay una mala liquidación de gastos con lo de Tecnópolis, por ejemplo (NdR: el Estado Nacional aún le debe dinero a la AAT por las eliminatorias de 2015 ante Brasil y Serbia). Hay juicios laborales. Hay cosas que dan para pensar que la situación de la Asociación en lo económico no es buena.

-¿Cómo la AAT puede dejar de ser “Davis-dependiente” en el aspecto económico?
-Hay que generar hacia abajo, hacia las bases. Los clubes son piezas fundamentales para que el tenis crezca. La Davis es importante como ejemplo, como émulo para los chicos. Es como vos decías antes, se ganó la Davis y parece que no se hubiera ganado nada. No hubo un crecimiento económico y deportivo después de ganar la Davis. Algo falló. En la época de La Legión el crecimiento era constante. Las canchas de tenis estaban colmadas. Todos los chicos jugaban al tenis. Hay que cambiar también el sistema de competencia de los menores, que es muy caro, muy costoso. Es muy solitario también para los chicos y conlleva sacrificios importantes para las familias. Antes se viajaba en delegación, se alojaban en casas de familia, en hogares-escuela. La Asociación Argentina de Tenis, además, no puede hacer pruebas piloto de competencias con el tenis de menores; con los chicos no hay que probar, hay que hacer.

-¿Qué es lo que se puede salvar de esta última gestión, que se puede mejorar, y qué es lo que se tiene que cambiar totalmente?
-No sé si salvar pero yo creo que tiene que haber un cambio a nivel nacional, un espacio innovador, y a eso apuntamos. Pensar que nos apoyan todos los jugadores de La Legión, con toda la experiencia y clubes importantes, yo creo que tenemos todo para poder lograr un cambio radical en la Asociación Argentina de Tenis para que de a poco vuelva a crecer. Esto no va a ser de un día para otro porque hace tres años que no se mueven como se tienen que mover, no atienden como tienen que atender y ahí se ve el resultado de todo esto, entonces nosotros queremos cambiar, queremos formar una Asociación Argentina de Tenis cerca de los clubes y federaciones.

-¿Cuál fue el punto de inflexión que los hizo tanto a vos como a todos los de La Legión que te apoyan lanzarse directamente a esto? ¿Hubo un puntapié inicial?
-Nosotros nos empezamos a juntar a principios de 2016, cuando ya veíamos que la situación no venía bien. Incluso antes de ganar la Copa. La cantidad de jugadores menores había caído y empezamos a trabajar para lograr un cambio. Estamos más fuertes que nunca. Que se haya ganado la Davis no quita que se pueda hacer las cosas mejor. Apuntamos a eso y tenemos el equipo para dar vuelta la situación.

-Ya ratificaste a Daniel Orsanic como capitán de la Davis en caso de ganar las elecciones. ¿También pensás que siga como Director de Desarrollo? ¿Qué opinás sobre esa doble función?
-Ya le transmití a Daniel que, en caso de que ganemos las elecciones, él mismo va a decidir sobre su continuidad. En nuestro espacio estamos contentos con su trabajo. Pero nuestra idea es que el capitán de la Davis sea el capitán de la Davis y que haya otra persona encargada del área de Desarrollo. Y queremos que todos trabajen de manera coordinada, tanto en varones como en mujeres. Queremos un encargado de menores en varones, otro en mujeres, otro en la Davis y otro en la Fed Cup. Y que todos trabajen juntos con su espacio y su lugar.