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La Ciudad 18 de junio de 2018

El problema de los perros sueltos y un proyecto modelo para el Bosque

Una fuerte campaña de difusión sobre tenencia responsable, multas a quienes no cumplan con los cuidados necesarios y poder de aplicación a efectivos de la Policía Local.

Foto archivo.

Un joven del Bosque Peralta Ramos se sube a su moto nueva y, tal como promete en un mensaje de texto, se dirige hacia la casa de un amigo para mostrar la nueva adquisición. En el camino, dos perros lo empiezan a atacar, y pese a estar acostumbrado a esquivar mascotas sueltas por la zona, el equilibro lo pierde, la moto se arruina y los canes le alcanzan a provocar heridas.

Situaciones como esta suelen darse “diariamente” en ese barrio de Mar del Plata, según aseguró a LA CAPITAL Martín Nicolás Bernat, el amigo al que Sebastián Barrenechea iba a mostrarle la moto.

Incluso aseguró que los vecinos tienen un grupo de Facebook en el que “todos los meses aparecen casos de personas que fueron mordidas por algún perro suelto”. “A una de las vecinas le pasó también fuera del bosque, un perro le destrozó la mano a su nena”, agregó.

Un proyecto “modelo”

Preocupados por las consecuencias sanitarias que estos casos pudieran ocasionar a los transeúntes e indignados por no poder disfrutar de una caminata por las inmediaciones de sus propias casas, ambos jóvenes se contactaron con el concejal Mario Rodríguez no solo en busca de una respuesta, sino con proyecto concreto para garantizar el cumplimiento de la ordenanza 22031, que desde el año 2014 establece las pautas que implican la tenencia responsable de mascotas en General Pueyrredon.

“La idea es crear un proyecto modelo en el Bosque y que después pueda replicarse en otras zonas. Partimos de la realidad que el bosque es un foco bastante conflictivo y que Zoonosis tiene muy poca gente para hacer algo. La iniciativa que hicimos busca, primero, concientizar a los vecinos y, después, instar a que la policía local sea una autoridad de aplicación de esta ordenanza”, indicó Bernat.

“Por otra parte, también hablamos de que se labren multas, pero no directas, sino que primero se haga un acto de constatación, te den un tiempo para poder hacer, por ejemplo, un alambrado, y ya a la segunda visita si se sigue en infracción ahí sí aplicarla”, agrega.

Pese a que señaló la existencia de perros callejeros, Bernat aseguró que el mayor problema “es el de perros sueltos con dueño”. “Lo que pasa es que el perro crea mucha pertenencia en ese espacio, y el único perro suelto que ande girando, pobrecito, lo destrozan”, indicó.

La ordenanza vigente

En el distrito, la problemática de los perros sueltos y perros potencialmente peligrosos ya se encuentra regulada en el marco de la ordenanza 22031, sin embargo, a cuatro años de su puesta en vigencia, el cumplimiento de la misma se encuentra obstaculizado por la falta de personal que cuenta el área de Zoonosis. En la actualidad, solo hay cuatro profesionales en el área y están mayormente abocados al tratamiento de casos de rabia.

“Contamos con un plantel de profesionales que están abocados a la ley de profilaxis contra la rabia, que justamente son cirugías de esterilización y prevención en la reproducción indiscriminada de mascotas. Pero contamos con poco personal que esté en la parte de inspectoría y actúe sobre denuncias por animales sueltos o mismos por animales que se encuentren en un estado de salud que requiera nuestra asistencia. Es decir, somos pocos para todo el territorio que abarcan Mar del Plata y Batán”, explicó Daniel Gagliardo, veterinario de Zoonosis.

Según señaló, “el inconveniente que se vive en el bosque es una condición que se replica en todo el municipio, con el riesgo que esto conlleva para la salud pública y para la misma salud del animal”, por lo que que, aseguró, contar con la colaboración de la policía local sería “determinante” a la hora de “centralizar la ordenanza” y cubrir la mayor cantidad de áreas posibles.

“Las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud indican que hay alrededor de 1.500 animales domésticos sobre kilómetro cuadrado poblado”, indicó Gagliardo al tiempo que destacó la “ampliación” que ha tenido la ciudad en los últimos años. “Hoy diría que todas las zonas están afectadas por las complicaciones de perros sueltos, salvo el microcentro”, aseguró.

En lo que respecta a las actas de constatación, el profesional indicó que se hacen más de 130 al mes, de las cuales un 80% son por la falta de registro de los perros potencialmente peligrosos. Aunque aclaró que los números no representan estadísticamente el panorama local.

La participación policial

En 2016, Zoonosis ya había hecho público su pedido para que los efectivos de la policía local puedan ocuparse de controlar el cumplimiento de la ordenanza que insta a la tenencia responsable de mascotas. Por eso, y de la mano del proyecto presentado por los vecinos del Bosque, el tema volvió a ponerse sobre la mesa, lo que llevó a una reunión, el pasado viernes, en las instalaciones de Centro de Operaciones y Monitoreo (COM).

Ahí, autoridades de la fuerza mostraron predisposición para colaborar en la iniciativa y pusieron a disposición alrededor de 30 efectivos capacitados para desempeñarse en las tareas de control solicitadas. “En un principio, los efectivos se trasladarán con personal de Zoonosis, pero una vez que ya esté todo aceitado lo harán solos”, indicó Bernat, vecino del barrio.

Así, los policías serían los encargados, en primera instancia, de informar a los poseedores de las mascotas las obligaciones que dispone la ordenanza y tomar los datos personales de los vecinos para que luego Zoonosis pueda verificar, una vez por semana, el correcto cumplimiento.

La intervención de los efectivos también será fundamental en cuanto a logística, ya que los funcionarios municipales solo actuaban en los horarios laborales habituales, mientras que la fuerza local podrá también aplicar la ordenanza a lo largo de todo el día.

La ordenanza que impacta por su incumplimiento

Desde 2014 rige en General Pueyrredon la Ordenanza 22031 que establece las responsabilidades de los tenedores de mascotas y también las obligaciones de la Municipalidad. Aquí una apretada síntesis del extenso texto, que impresiona por su incumplimiento:

– La Municipalidad debe garantizar la existencia de instalaciones adecuadas para la internación de animales, y favorecer su educación y socialización. Está prohibida la eutanasia.

– Se prohibe a los dueños, poseedores y tenedores de perros, que los mismos deambulen sueltos en la vía pública y en lugares de uso público no habilitados para tal fin, quedando obligados al uso de correa, collar y bozal.

– Los dueños estarán obligados a adoptar las medidas necesarias para que la tranquilidad de sus vecinos no sea alterada por el comportamiento de sus animales.

– Se deberán tomar las medidas necesarias para evitar que los animales, puedan afectar con sus deposiciones y orinas los espacios comunes y los pisos inferiores de las propiedades horizontales.

– Queda prohibido el ingreso y/o permanencia de animales en locales donde habitualmente concurra público. Asimismo queda prohibido el ingreso de animales a las playas y balnearios de General Pueyrredon. Se exceptúa a perros de personas no videntes.

– Los propietarios, poseedores, tenedores o paseadores de perros que transiten o permanezcan en el espacio público de la ciudad estarán obligados a recoger las deyecciones de los animales, a tal efecto deberán proveerse de una escobilla y de una bolsa de residuos o cualquier otro elemento apto para la recolección. El producto de la recolección no podrá ser arrojado en el espacio público.

– Se implementará en plazas y parques de la ciudad un sector exclusivo debidamente delimitado, destinado al esparcimiento de los caninos que allí concurran, siendo el único lugar en las plazas donde los caninos pueden estar sueltos, debiendo el propietario, tenedor o paseador levantar sus deposiciones y depositarlas en los recipientes de residuos más cercanos.

– Se consideran perros potencialmente peligros los que pertenecen a razas que por su potencia de mandíbula, musculatura, talla y temperamento agresivo pudieren causar la muerte o lesiones graves a las personas u otros animales. Entre ellos se encuentran los Airedale Terrier, Akita Inu, American Staffordshire Terrier, American Pitbull Terrier, Bóxer, Bullmastif, Bull Terrier, Cané Corso, Doberman, Dogo Argentino, Dogo Alemán, Gran Danés, Dogo Canario, Presa Canario, Dogo de Burdeos, Fila Brasileño, Gran perro Japonés, Kuvas, Mastiff (Mastín Inglés), Mastín napolitano, Ovejero Alemán, Ovejero Belga, Pastor del Cáucaso, Rottweiler, San Bernardo, Schnauzer Gigante, Staffordshire Bull Terrier, Viejo Pastor Inglés y las cruzas de estas razas. También los que, sin pertenecer a dichas tipologías, hayan sido entrenados para defensa o ataque.

– Entran en la misma categoría los que por su tamaño o capacidad de mordedura sean susceptibles de provocar grave daño a terceros o los que registren más de dos mordeduras en el transcurso del año, en circunstancias tales que demuestren su agresividad.

– La ordenanza estableció la creación de la Delegación del Registro de Perros Potencialmente Peligrosos (PPP) en el Centro Municipal de Zoonosis.

– Para ser propietario de un PPP se debe ser mayor de 18 años e inscribirlo en el Registro Municipal Canino (Remca) antes de que el perro cumpla 8 meses de vida.

– Dicho registro se realizará luego de la colocación de microchip, en el cual constarán numerosos datos del animal.

– El propietario de un PPP deberá contratar un seguro de responsabilidad civil para la plena cobertura de la indemnización por los daños y perjuicios que el perro pudiere provocar a terceros.

– Los PPP deberán circular por la vía pública con una correa no superior a los dos (2) metros, collar de ahorque y bozal.

Hay registrados 993 perros potencialmente peligrosos

Según lo relevado en el Registro Municipal Canino (Remca), en Mar del Plata hay 993 perros considerados potencialmente peligrosos. De estos, y tal como lo establece la ordenanza 22301, el 95,5% tienen el microchip que obliga la normativa local mientras que sólo el 4,5% no.

Los números han mejorado si se tiene en cuenta que, en junio de 2016, apenas habían anotados 200 animales, cuando, en realidad, se calculaba desde Zoonosis que la cantidad superaba el millar.

Además de registrarlos, los dueños de los canes deben contar con un seguro contra terceros y aplicar la identificación electrónica (microchips), que es totalmente indolora y dura toda la vida del animal.

Así, se le entregará al poseedor una credencial donde constará la tramitación realizada.

Las razas consideradas potencialmente peligrosas están consignadas en la ordenanza 22301 (ver arriba).
Según indicaron en Zoonosis, las predominantes en Mar del Plata son Pittbull (19,63%) y Rottweiler (8,35%).