La sentencia del juicio por el crimen de Jimena Silva se conocerá el próximo miércoles 26 de diciembre a las 12.30 en la sala del Tribunal Oral Nº 1.

Así lo determinaron los jueces Facundo Gómez Urso, Aldo Carnevale y Pablo Viñas, luego de la etapa de alegatos. Durante la misma, la fiscal Andrea Gómez solicitó que el único acusado por el hecho, Nahuel González, sea condenado a prisión perpetua.

Cuando se produjo su turno, el defensor oficial Eduardo Carmona no interpuso objeciones. Cabe destacar que, en el marco del debate, nunca se puso en duda la autoría del hecho.

La fiscal Gómez sostuvo los lineamientos que había expuesto en la primera jornada del juicio oral y consideró que hay pruebas suficientes para condenar a González por “homicidio de una mujer cometido por un hombre mediando violencia de género”. Es decir, femicidio. Además, opinó que se trata de una persona reincidente, debido a que Silva ya había denunciado al imputado -con el que había mantenido una relación sentimental- por violencia de género.

Al comienzo del debate oral, en tanto, el abogado querellante, Lucas Castro, había acompañado el pedido de la fiscal.

La jornada que puso fin al debate y en la que los magistrados dieron a conocer la fecha y el horario de la comunicación del veredicto finalizó con incidentes. Una vez que se dio por levantada la audiencia, familiares de la víctima insultaron fuertemente a González, quien estuvo presente en la sala, al igual que lo había estado el primer día, en la apertura del juicio.

Entonces, Graciela, la madre de Silva, mencionó a LA CAPITAL: “Lo vi a ese desgraciado y me puse mal. No me sostengo por los nervios, por la angustia. Me duele todo el tiempo, no aguanto”.

Y agregó: “Yo quiero que esté preso para toda su vida. Yo no puedo vivir, el pisa tierra y mi hija no pisa más tierra porque la mató”. Por último, exigió “que se haga justicia”. “El mató a mi hija, quiero que se haga justicia”, concluyó.

El hecho

El 21 de febrero de 2017 Nahuel González pasó a buscar a Jimena por la casa de su madre. El hombre llevaba una mochila -que contenía una frazada y unos cables- y, a pesar de que la madre de la joven no quería que saliera con él, porque tenía miedo, Jimena dejó la casa y se fue con su pareja.

Esa noche y madrugada, Jimena y González salieron a tomar alcohol. Luego, cerca de las 4 de la madrugada, cuando estaban en un baldío en Don Arturo y Las Tres Marías del Bosque Peralta Ramos, González hizo lo que tantas veces había dicho que iba a hacer: asesinó a Jimena. Sacó de su mochila un cable blanco y la ahorcó hasta matarla, luego la tapó con una frazada y se quedó junto al cadáver.

Por la tarde de ese 22 de febrero, un grupo de adolescentes que andaban en bicicleta por el Bosque Peralta Ramos encontraron a González junto al cuerpo de de Silva. El hombre, que había estado durante horas junto al cadáver de su pareja, se acercó a los adolescentes, les dio charla y luego se fue. Los jóvenes, atónitos por la situación, inmediatamente dieron aviso a sus padres, quienes luego se comunicaron con la policía.

Esa misma tarde, cerca de las 18.30, González fue detenido cerca de donde había dejado el cadáver. En la escena del crimen, la policía había encontrado el cable blanco con el la había asesinado y, en el bolsillo del hombre, hallaron el celular de la víctima.