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La Ciudad 8 de julio de 2019

Lapidario informe científico sobre la gestión en Salud del municipio

Entre 2015 y 2018 se registra una abrupta caída en la demanda en centros de salud por falta de insumos y médicos. En consecuencia, la atención se concentra en los hospitales. Además, consta una constante subejecución presupuestaria.

El Centro de Salud N°2 cerró en el inicio de la gestión, fue trasladado al SOIP y las prestaciones se redujeron un 73%.

Un detallado informe con rigor científico elaborado por investigadores del Conicet exhibe una abrupta caída de las prestaciones médicas en casi todos los Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS), la consecuente y excesiva derivación indirecta a los hospitales y una consolidada subejecución presupuestaria de la Secretaría de Salud en los últimos tres años de gobierno. El resultado de las políticas sanitarias articuladas por la gestión de Carlos Arroyo y del secretario Gustavo Blanco, sostiene la investigación, deja en evidencia que el sistema de salud municipal “está siendo destruido” en todas y cada una de sus áreas.

La situación sanitaria del Partido de General Pueyrredon durante el gobierno de Cambiemos se deterioró en su acepción más amplia, pero específicamente en lo concerniente a la atención, sostiene el informe que lleva la firma de la doctora en Historia e investigadora adjunta del Conicet, Romina Casali, egresada de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

El detallado trabajo de más de 30 páginas presenta una triangulación entre la (sub) ejecución presupuestaria para la Secretaría de Salud entre 2015 y 2018, las consultas efectuadas en los Centros de Atención Primaria y el Hospital Interzonal Especializado Materno Infantil (Hiemi) como argumentación plausible sobre los retrocesos en atención primaria en el Partido de General Pueyrredon.

¿Qué implica esto? En concreto, que a raíz de la falta de insumos elementales en la mayoría de los CAPS, como así también de la reducción de profesionales médicos, se genera una contundente caída en las prestaciones, particularmente en las prácticas de guardia de enfermería, pediatría y medicina general, que cayeron un 87,7 %, un 42,8% y un 71.6% respectivamente

Pero para abundar, las caídas han ocurrido también en la mayoría de los centros; en La Peregrina (Sierra de los Padres) cayeron un 57.2%, en Batán un 47.6%, en Playas del sur 65.8%, y en el barrio Belgrano 41.58%.

Las prestaciones de baja complejidad que se efectuaban cayeron también, las consultas cardiológicas en el 2018 con respecto al 2015 disminuyeron un 55,93%, las ecografías un 62,32%, los electrocardiogramas un 50,04%, los electroencefalogramas un 37,81%, las radiografías un 37.9% y las mamografías un 51,6%.

También se redujeron las prácticas de alta complejidad y de máxima calidad que por primera vez brindó el CEMA a los vecinos, las endoscopías, tomografías computadas y las resonancias cayeron un 48,21%, 84.88% y 22,64% respectivamente.

“Las conclusiones de estas cifras están a la vista, el sistema de salud municipal que trataba de ponerse de pie, está siendo destruido en todas y cada una de sus áreas”, sostiene el informe que advierte haber llegado a “desastrosos resultados estadísticos, los cuales son contundentes e irrefutables”, mientras que, en simultáneo, aumentó el número de personas sin cobertura social que día a día necesitan de estos servicios, en el marco de una ciudad que se encuentra en el podio de la desocupación.

“La gestión municipal no hizo honor a sus incumbencias en el área. No sólo no se instrumentaron paliativos ni se tomaron medidas que neutralizaran algunos de los retrocesos sociales; no sólo no se reforzó el nivel de atención primaria de modo de equilibrarlos mediante esta contención comunitaria específica, sino que se desatendió esta instancia y se incumplieron las funciones propias de los gobiernos municipales, es decir garantizar la Atención Primaria de la Salud (APS) en los Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS)”, alude el informe.

Subejecución presupuestaria

A partir de la información presupuestaria ofrecida por el municipio, la investigadora del Conicet estableció en el informe que durante el gobierno de Carlos Arroyo, entre enero de 2016 y diciembre de 2018, hubo una “constante subejecución” de los montos de la Secretaría de Salud.

El análisis de las aperturas programáticas que componen la Secretaría de Salud -Prevención, Promoción y Atención de la salud (CAPS); Protección sanitaria (Bromatología, Zoonosis y Reinspección Sanitaria), Atención de Especialidades Médicas Ambulatorias (CEMA)- tomadas en conjunto y sin incluir gastos en personal, arroja la siguiente ejecución presupuestaria: 2016, 76%; 2017, 79%; 2018, 77%.

Grafico Presupuesto SaludSi se observa el origen de fondos no ejecutados, las cifras de aquellos municipales guardan correlación con lo expuesto, mientras que los provinciales tienen una ejecución cercana al 100%, excepto para 2018 que fue del 70%. En 2017 y 2018 no se registran fondos de origen nacional.

Detrás de los números subyacen las insuficiencias en materia de bienes de consumo, bienes de uso y los servicios que, desglosados, alcanzan “niveles muy por debajo del promedio en cuanto a fondos de origen municipal ejecutados”.

La sub-ejecución para la Secretaría de Salud en lo cotidiano “se traduce en la falta de insumos y servicios básicos que permitirían el normal funcionamiento de los CAPS y el CEMA”, sostiene el trabajo.

La ejecución de los fondos municipales “es menor siempre en comparación con los promedios totales, excepto para 2017, año en el que probablemente por su cualidad de electoral, los montos ejecutados tuvieron una evolución favorable”.

“Así, para 2016 y 2018 la sub-ejecución presupuestaria resulta más grave si se tiene en cuenta que en 2016 la inflación fue del 40% y el gasto comprometido había aumentado un 30% en relación a 2015 y que en 2018 la inflación fue del 47% y el aumento del gasto comprometido para salud sólo fue de un 23% en relación a 2017”, analiza el informe.

Promesas incumplidas

Entre las conclusiones del lapidario informe sobresale un segmento de “promesas electorales incumplidas” por el gobierno municipal en materia de salud, entre las cuales se destacan la construcción de dos hospitales municipales, uno en el norte y otro en el sur.

“Voy a irme en cuatro años con el Hospital Municipal hecho”, declaró Gustavo Blanco en el inicio de la gestión. Sin embargo, a menos de seis meses de terminar la gestión, la promesa no se cumplió.

A su vez, quedó en suspenso y sin avances la construcción del nuevo centro de salud de Batán y tampoco se continuó con el proyecto para el nuevo Centro de Salud N°2, entre otros incumplimientos con impacto negativo directo.

El informe describe finalmente a la gestión municipal como “una cartera de funcionarios orgullosos de portar estandartes economicistas en su versión simplista de superávit fiscal vía subejecución; con el agravante de que los fondos municipales debieron verse incrementados a partir de los sucesivos aumentos de las Tasas de Servicios Urbanos (TSU) dispuestos cada año por el Concejo Deliberante con mayoría de Cambiemos y de que la auspiciosa consigna de campaña sobre la anulación de nombramientos de empleados, no fue cumplida”.

Cayó un 41% la atención en los CAPS

La atención en el CEMA bajó un 12% pero aumentó 33% en el Materno Infantil